NARCISIMO Y FUSTRACIÓN DE AMOR

NARCISISMO Y FUSTRACIÓN DE AMOR

EL DESARROLLO DEL NIÑO

Los dos Instintos Vitales de expansión y de Conservación

Al comienzo de la vida, el niño no tiene la noción de su existencia como individuo, en el seno materno, donde lo recibe todo. Si no estuviese aún estrechamente protegido por su madre, le asegura el medio indispensable para su crecimiento, hacia el final de su primer año, el niño empieza a reconocerse como un cuerpo individualizado y ya no encuentra extraña su imagen en un espejo, se constituye un primer esbozo del yo.

También muy apoyada por las inevitables frustraciones de la vida, existe un mundo exterior distinto de él, ocasionará sufrimientos. Para la psicología clásica el yo era el sistema percepción conciencia de fenómenos psíquicos conscientes. Pero el psicoanálisis nos ha enseñado que su papel es mucho mayor, que considerarlo como una instancia encargada de adaptar el organismo al medio que lo rodea.

El niño, al entregarse sin freno al movimiento que lo lleva hacia adelante, en cuanto se aventura fuera del medio de protección inicial, ha de chocar con numerosos obstáculos del medio y por ello corre gran riesgo de perecer. Interviene yo su función de vigilancia, estando en contacto permanente con el medio exterior, adquiere lo que es o no es peligroso.

El yo tiene pues un papel de selección, permite la expansión; cuando es desfavorable, hace intervenir el instinto de conservación.

Expansión – conservación, este es el movimiento incesante de la vida, adaptación al mundo exterior.

I. EL INSTINTO DE EXPANSIÓN, IMPROPIADAMENTE LLAMADO NARCISISMO PRIMARIO.

En los primeros años, predomina abiertamente, exigencias del crecimiento, a veces se les reprocha a los niños. El niño se cree el dueño del mundo, no tolera que sus deseos no sea satisfechos inmediata.

Los psicoanalistas describen la noción de libido, en el plano biologico, se confunde con nuestra fuerza vital de expansión. El investimiento del yo persiste y se conduce para con los investimientos de objetos como el cuerpo de una ameba para con los pseudópodos que ha emitido.

Asi libido del yo se llama también libido narcisista. Se usan las palabras: plenitud narcisista y herida narcisista, la primera para designar el equilibrio idel del niño de pecho en expansión vital en un medio de protección, y la segunda para designar la ruptura de este equilibrio como consecuencia de las frustraciones.

II. LAS PULSIONES Y SU DEVENIR

Adquiere poco a poco la madurez funcional hará llegar progresivamente a la organización adulta. El amor de si mismo, el también las diferentes funciones; de ello de la consumación de ésta se une un sentimiento de valor, la fuerza de expansión vital nativa es el único motor del crecimiento, aporta al niño toda la nutrición que necesita: en primer lugar el alimento, el aire que respira, el espacio para la motricidad y los estímulos sensoriales.

Le da el niño a esta aprobación: ¡Mamá, mírame te dice constantemente para hacerle ver progreses. Importancia que tiene la separación entre las pulsiones y el amor de si mismo.

III. EL IDEAL DEL YO

Acabamos de ver que la aprobación o desaprobación de los padres desempeña de capital importancia en la vida pulsional

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