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NIVELES DE ANSIEDAD Y DEPRESIÓN EN PACIENTES VIH/SIDA

OLGAHUAYTACHAMPEInforme14 de Agosto de 2012

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NIVELES DE ANSIEDAD Y DEPRESIÓN EN PACIENTES VIH/SIDA

LA ENFERMEDAD POR VIH/SIDA

RESUMEN

La enfermedad por VIH/SIDA ocasiona un fuerte impacto psicológico en el paciente afectado, principalmente cuando se entera de su diagnóstico y durante la etapa temprana de la enfermedad. El objetivo del presente trabajo fue identificar y comparar los niveles de ansiedad y depresión en pacientes (18 a 42 años) con el VIH, tanto asintomáticos (n = 10) y sintomáticos (n = 10).Para evaluar a los pacientes se utilizaron el Inventario de Depresión de Beck y el inventario de autoevaluación de ansiedad. Los pacientes, en general, presentaron mayor incremento de la sintomatología de depresión en el área física, cuanto más recientemente habían conocido su diagnóstico. Si bien, los pacientes sintomáticos tuvieron un mayor nivel de ansiedad y depresión que el grupo asintomático, las diferencias no tuvieron significancia estadística. El análisis de las áreas efectiva, cognitiva, conductual y motivacional de ambos grupos, tampoco demostró diferencias significativas.

Dentro de la patología del VIH-SIDA, se a el manejo de su patología a futuro, en el caso de la mujer sobresalen muchos aspectos concomitante vislumbra un sinnúmeros de intervenciones que tienen que ver con el manejo de esta enfermedad, con el propósito de mantener al paciente asintomático y hoy por hoy uno de los aspectos importantes dentro de este proceso tan complejos es tratar, manejar y canalizar todas aquellas reacciones emocionales de impacto al que enfrenta el paciente al notificarle a través de un Western Blot (prueba confirmatoria para VIH) su diagnóstico como conviviente con el virus de la inmunodeficiencia humana. El manejo de esta etapa inicial al que se enfrenta el paciente es patognomónico o determina la actitud que el paciente asuma con respecto debido que en ella se involucran una serie de factores de índole interno como externo que presionan su estado emocional y de esta forma la capacidad de resiliencia se debilita perpetuando muchos síntomas que desfavorecen su estado clínico a nivel integral.

En el marco de la bioética para la atención de la salud se abordan innumerables implicaciones éticas. Dentro del rubro de la prevención es importante la manera dinámica y continua en la que se trabaje evitando la discriminación en la atención al paciente con VIH por nuestros propios miedos, actuar de la manera más eficaz y con las técnicas adecuadas para cada paciente, sin importar las condiciones de cada uno de ellos es actuar con ética y es un derecho imputable para el paciente con VIH, dentro de las intervenciones conviene no dejar del lado los principios ético, procurando la elaboración de cogniciones positivas, para afrontar los problemas presentados en dicha enfermedad, proporcionando un servicio con respeto, responsabilidad, procurando velar siempre por la dignidad humana.

INTRODUCCIÓN

La epidemia del VIH/SIDA ha provocado un fuerte impacto en la población general así como en toda la comunidad científica. La magnitud del problema es mayor aún en los mismos pacientes, de ahí que deben ser manejados en forma multidisciplinaria, poniendo especial énfasis en el aspecto psicológico. Recibir la notificación de estar enfermo por un mal como el VIH/SIDA, provoca una inestabilidad emocional de reacciones impredecibles y una reacción que debe que ser bien manejada por el personal de salud que atiende al paciente.

Hess (1988) menciona el proceso de "duelo" por el cual atraviesa un paciente infectado por el VIH/ SIDA siendo su ansiedad y depresión entre otras, algunas de las respuestas emocionales en este proceso; más tarde, Miller (1985) y Prhen (1987) consideran "...que la inmunodepresión producida por el estrés psicológico puede aumentar la vulnerabilidad del organismo a la enfermedad" y Abreud y col (1989) en Brasil, realizaron una investigación en pacientes con SIDA y encontraron una incidencia de 21.6% de déficit cognitivo y 60% de depresión; así mismo, en el Perú, Mazzoti (1993) encontró una prevalencia de 12% para la depresión mayor en seropositivos asintomáticos y un 10,6% para la distimia. Los trastornos de ansiedad que aparecen al conocer el diagnóstico de la enfermedad, o durante la espera del resultado de las pruebas diagnósticas, son variados y van desde la simple ansiedad (nerviosismo, trastorno del apetito, insomnio), hasta verdaderas manifestaciones de pánico, fobias o cuadros obsesivo-compulsivos. El trastorno de ajuste es una respueta mórbida al estresor que constituye el recibir el diagnóstico de enfermedad por VIH y que, además, está condicionado por diversos factores como grado de vulnerabilidad psicológica del paciente, coexistencia de trastornos de la personalidad o psiquiátricos, entorno familiar, social y laboral, y acceso a una adecuada consejería. Se ha identificado algunos trastornos de ajuste que pueden involucrar al área afectiva (ansiedad, depresión), de la conducta (vg. agresión) o somática (vg. cefalea, fatiga), y también trastornos de ajuste que manifiestan aislamiento e inhibición sea laboral, académica o social.

La investigación realizada en el presente trabajo, ¿Para que nos va ha servir? Tiene por objetivo identificar y comparar los niveles de ansiedad y depresión en pacientes con enfermedad por VIH, tanto asintomáticos como sintomáticos; así mismo, enfocar la intervención psicológica en los grupos que presentaron diferencias estadísticamente significativas y qué factores causaron el incremento de mayor ansiedad y/o depresión.

¿Porque es importante esta investigación?

En la actualidad, sigue sorprendiendo a la sociedad una lucha desesperada por exterminar la pandemia del VIH SIDA. La dimensión de este problema que genera este virus con la muerte nos hace pensar que no hay una técnica terapéutica más eficaz que la prevención e intervención biopsicosocial desde una visión bioética. Todo conocimiento científico asevera que la atención del ser humano enfermo debe ser de manera integral, cubriendo el área física, mental y espiritual.

La magnitud que se presenta a nivel mundial sobre una de las principales causas de muerte en el mundo es el caso de VIH SIDA, la cual preocupa al área de la salud entre ellos médicos y psicólogos que al ver las cifras de porcentaje que existen es alarmante para la sociedad en la que México reporta cerca de 45,000 casos nuevos de SIDA por año. A la fecha (2007) hay 118 mil personas infectadas con SIDA en México, aunque la prevalencia se da entre varones homosexuales, drogadictos y mujeres sexo-servidoras. A nivel mundial la población de seropositivos en el mundo es de 33.2 millones de personas, adultos infectados de los cuales el 15.3 millones son mujeres Los niños menores de 15 años afectados hasta Diciembre de 2007 fueron 2.5 millones. Los casos nuevos de SIDA suman 4.9 millones, de los cuales, 4.2 millones son adultos y 700 mil son niños menores de 15 años. En 2007 murieron por SIDA 2 millones de personas, de los cuales, 1.8 millones eran adultos y 200 mil eran niños. Las poblaciones de mujeres y niños son las más afectadas en los países pobres (24.5% de mujeres embarazadas, y 1.7 % de niños huérfanos. (UNOSIDA, 2007). Esto lleva a la necesidad de aportar nuevas estrategias de prevención e intervención psicológica.

DESARROLLO DEL VIH-SIDA

En principio, para poder desarrollar el tratamiento de esta enfermedad, es preciso describir ¿Qué es el SIDA?¿De qué formas se transmite?¿Cuáles son sus síntomas más comunes?¿Cuáles son los aspectos psicológicos del paciente infectado?, entre otras cuestiones.

Contrariamente a lo que creían los líderes de la salud pública allá por los años 80, las enfermedades infecciosas no fueron derrotadas, ni se estaban desvaneciendo como causas importantes de enfermedad y mortalidad. La doctrina de la transición epidemiológica estaba atrozmente equivocada: las enfermedades infecciosas son un problema mayúsculo de salud en todos lados. Una de las varias pruebas fehacientes de tal equívoco es el descubrimiento del Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida, allá por el año 1981. El SIDA, constituye la fase final de la infección causada por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). El VIH, como todo virus, es una pequeña partícula infecciosa que sólo puede vivir como parásito de las células del organismo, donde se multiplica. Fuera de las células sobrevive con dificultad y durante poco tiempo. Hasta el momento se conocen dos tipos: el VIH1 y el VIH2, ambos poseen un genoma similar y componentes químicos que provocan reacciones agresivas.

El VIH tiene la particularidad de atacar a los linfocitos3 T4 (ya que el virus tiene tropismo: atracción instintiva por dichos linfocitos) que son los responsables de la inmunidad celular (alta densidad de receptores CD4). Aunque su presencia también fue detectada en varias células: linfocitos T como macrófagos, linfocitos B, algunas células intestinales, y en menor cantidad, en neuronas.

El virus se fija en la superficie del linfocito T4 y se instala en él. Incorporado a la proteína CD4, libre de la cápsula, ayudado por la enzima (transcriptasa reversa), transforma el RNA en DNA (código genético). Después de un período de incubación, variable de una persona a otra, destruye el linfocito y se reproduce, y el proceso se repite; el virus ataca otros linfocitos y se multiplica aceleradamente.

Dentro de la célula, el virus causa lesiones permanentes porque destruye

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