Naturalismo
liriko28 de Abril de 2012
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G. Stanley Hall: profeta del naturalismo
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Charles E. Strickland & Charles Burgess
Por varias décadas antes de la Primera Guerra Mundial, Granville Stanley Hall
mantuvo en jaque agrandes segmentos de la comunidad educativa norteamericana con una serie de pronunciamientos asombrosos.
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Este pionero de la psicología poseía una mente pletórica de ideas no ortodoxas, que pasaba de la publicación a la tribuna con una velocidad deslumbrante. Catorce libros y más de cuatrocientas publicaciones provocaron lo mismo cejas arqueadas e irritación que gran entusiasmo, a medida que Hall exponía sorprendentes teorías acerca de la niñez, la adolescencia, la senectud, los instintos, la religión y el destino humano.
Para algunos su trabajo lo convirtió en "el Edison de la psicología", mientras que otros lo calificaron por "debajo de cero" como psicólogo. Según sus contemporáneos, Hall era "el único pensador de la psicología realmente original en toda la historia", o bien "el que sentía una atracción peculiar por los anormales".
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A final de cuentas parece que sus detractores prevalecieron sobre sus discípulos. Hall jugó un papel fundamental en el campo del desarrollo del niño, de la psicología infantil y del adolescente, así como del psicoanálisis, pero sus escritos ofrecieron pocos estímulos a las investigaciones en estas áreas. Los psicólogos han considerado correcto
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"G. Stanley Hall: Prophet of Naturalism", en Charles E. Strickland y Charles Burgess (eds.), Health, Growth, and Heredity. G. Stanley Hall on Natural Education, Nueva York, Teachers College Press, 1965, pp. 1-26. [Traducción realizada con fines didácticos, no de lucro, para los alumnos de las escuelas normales.]
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Afortunadamente, Hall dejó una autobiografía, Life and Confessions of a Psychologist (Nueva York: D. Appleton & Co., 1923), pero hasta ahora no se ha escrito una biografía satisfactoria. La de Lorine Pruette, intitulada G. Stanley Hall: A Biography of a Mind (Nueva York: D. Appleton & Co., 1926), aunque valiosa por las anécdotas personales no incluidas en la autobiografía, no pretende un acercamiento crítico a la obra profesional de Hall ni indica las fuentes utilizadas. Relatos de vida más breves y valiosos son: G. Stanley Hall: A Sketch, de Louis N. Wilson (Nueva York: G. E. Stechert & Co., 1914); los amables pero perceptivos comentarios en The Psychological Review de William Burnham, XXXII (marzo, 1925), pp. 89-102; y el objetivo compendio del trabajo realizado por Hall en educación superior que aparece en el Dictionary of American Biography, VIII (1932), pp. 127-130. Merle Curti analiza la filosofía educativa y social de Hall en The Social Ideas of American Educators (Nueva York: Charles Scribner's Sons, 1935), pp. 396-428.
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La bibliografía más exhaustiva de las obras publicadas de Hall contiene 439 entradas y se puede encontrar en "Biographical Memoir of Granville Stanley Hall, 1846-1924", de Edward L. Thorndike en National Academy of Sciences, Biographical Memoirs, XII (1928), pp. 155-180. Incluso esta lista
podría estar incompleta.
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Edwin D. Starbuck, "G. Stanley Hall as a Psychologist", The Psychological Review, XXXII (marzo, 1925), pp. 107-109. Starbuck basó este artículo en una destacada investigación llevada a cabo después de la muerte de Hall, donde 167 psicólogos daban francas opiniones sobre su obra.
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ignorar su teoría de la recapitulación, atenuar la importancia de la herencia y el instinto en la motivación humana y repudiar el caprichoso concepto de adolescencia emergente.
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Aparte del valor que los historiadores de la psicología pudieran asignar a la obra de Hall, este autor dejó una marca tan indeleble como controvertida en la escuela norteamericana. Era el principal expositor estadounidense de la llamada educación natural o, como las generaciones subsecuentes la conocen: la "escuela centrada en el niño". Al respecto uno podría pensar en el Coronel Francis W. Parker o quizá más fácilmente en John Dewey; pero ninguno de ellos ocupó el lugar más estratégico en la naciente cruzada por una escuela adaptada a la naturaleza del niño. Durante la década de 1890 un creciente número de educadores respetuosos de un enfoque psicológico nuevo y científico acudieron a él. Hall dirigía la Universidad Clark, institución líder en el área de investigación en psicología avanzada, y su reputación en el ámbito de la psicología norteamericana quizá sólo era inferior a la de William James. Más concretamente, los enfoques psicológicos de Hall conferían un énfasis extraordinario al comportamiento de los niños, mientras que sus inclinaciones sociales lo llevaban a intentar aplicar la psicología a los problemas de las escuelas. Desde el principio Hall asumió el liderazgo del movimiento de estudios del niño, y tras él marchó un pequeño ejército de entusiastas investigadores, aunque a menudo no profesionales, quienes proponían lo que esperaban sería la implantación científica del ideal centrado en el niño. El padre de la investigación de la niñez persuadió a un sinnúmero de maestros norteamericanos de que el respeto a la "naturaleza y necesidades del niño en desarrollo" deberían adoptarse como artículo de fe.
Antes de ocupar un lugar prominente en educación y psicología, Hall tenía en
mente hacerse ministro, lo cual puede explicar el fervor religioso con que emprendió sus varios proyectos para mejorar la escuela norteamericana. Nacido en 1846, en el occidente de Massachusetts, desde la adolescencia Hall soñaba "hacer algo y ser alguien en el mundo", y por un tiempo el oficio de ministro parecía ser la vía más
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Algunas evaluaciones de la contribución de Hall a la psicología las ofrecen Edward L. Thorndike en National Academy of Sciences, Biographical Memoirs, XII (1928), pp.135-154; Sara Carolyn Fisher en The American Journal of Psychology, XXXVI (enero, 1925), pp. 1-52; y Edwin G. Boring en A History of Experimental Psychology (2a. ed.; Nueva York: Appleton-Century-Crofts, Inc., 1950), pp. 517-524 y 545-546. Arnold Gesell, uno de los discípulos de Hall, presenta un enfoque relativamente más favorable en Edwin G. Boring, et al. (eds.), A History of Psychology in Autobiography, IV (Worcester, Mass.; Clark University Press, 1952), pp. 123-142. Robert E. Grinder y Charles E. Strickland trataron recientemente de hacer una evaluación de la obra de Hall sobre psicología adolescente en The Teachers College Record, LXIV (febrero, 1963), pp. 390-399.
conveniente para escapar del estrecho mundo rural donde había crecido.
La familia Hall no era rica, pero con el apoyo de su madre, el joven logró prepararse convenientemente para ingresar en 1863 a la Universidad Williams. En 1867, Hall se fue a trabajar por un año al Seminario Teológico de la Unión en Nueva York.
El año vivido en ese lugar, debilitó seriamente su ortodoxia religiosa, tanto, que un viejo profesor de teología en vez de criticar su sermón de prueba se hincó para orar por el alma del joven. Más adelante Hall refirió: "no tenía gusto ni aptitudes para el trabajo parroquial, ni el don para predicar desde el pulpito; era abiertamente incompetente y no poseía capacidad mental para elaborar los cerca de cincuenta o cien edificantes sermones por año, y sobre todo era demasiado escéptico a los fundamentos de la doctrina como para conservar mi lugar en cualquier iglesia ortodoxa...".
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Se apegó a la idea de hacerse profesor universitario y decidió explorar la principal fuente de herejía contemporánea: las universidades alemanas. Tras asegurarse un préstamo mediante la ayuda de un clérigo solidario, el aventurero intelectual salió de Estados Unidos en la primavera de 1868 para iniciar el primero de los dos largos periodos de estudio en el extranjero.
El trabajo de Hall en las universidades alemanas lo familiarizó con algo más que ideas heréticas en teología. El primer periodo de estudio, de 1868 a 1871, lo llevó de la teología a la filosofía, la fisiología, la física y la antropología. La falta de recursos lo obligó a regresar a casa, pero mientras enseñaba literatura inglesa y filosofía en la Universidad de Antioch, se empezó a entusiasmar con la posibilidad de trabajar cerca del psicólogo experimental alemán, Wilhelm Wundt.
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En 1876, Hall dio un giro al recibir el ofrecimiento de enseñar inglés en Harvard, y la demora le brindó la posibilidad de trabajar con William James, psicólogo experimental. Dos años más tarde, recibió el primer doctorado norteamericano en psicología, aunque ese honor no lo disuadió de volver a Alemania. Así, pasó de 1878 a 1880 trabajando con Wundt y otros científicos alemanes en Leipzig.
Estudiar con Wundt y James le brindó una inmejorable preparación para emprender una carrera en psicología científica, pero Hall resultó capacitado para un trabajo que no existía todavía. Luego de regresar a Estados Unidos en 1880, pasaron dos años antes de que Hall recibiera como premio la cátedra de psicología y pedagogía en Baltimore en la Johns Hopkins, nueva universidad estilo alemán. Ahí organizó un laboratorio y dio cátedra a estudiantes tan notables como John Dewey, James McKeen Catell y Joseph Jastrow. En 1887, Hall fundó The American Journal
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