Niño de 7 años que presenta conductas sexualizadas

Caso:

 Niño de 7 años que presenta conductas sexualizadas arrojo las siguientes hipótesis.

Hipótesis  1:

 Trastorno por estrés post traumático  

Es un tipo de trastorno de ansiedad que puede ocurrir después de que uno ha observado o experimentado un hecho traumático que involucra una amenaza de lesión o de muerte. El factor estresante puede involucrar la muerte de alguien, alguna amenaza a la vida del paciente o de alguien más, un grave daño físico o algún otro tipo de amenaza a la integridad física o psicológica, a un grado tal que las defensas mentales de la persona no pueden asimilarlo.

En los niños mayores de 6 años, se pueden producir juegos repetitivos en los que se expresen temas o aspectos del suceso  traumático, tales como sueños angustiosos recurrentes en los que el contenido o el afecto del sueño está relacionado con tal suceso traumático. En los niños, pueden existir sueños aterradores sin contenido reconocible. Pueden existir reacciones disociativas en las que el sujeto siente o actúa como si se repitiera el suceso. Estas reacciones se pueden producir de forma continua, y la expresión más extrema es una pérdida completa de conciencia del entorno presente. Generalmente en  los niños, la representación específica del trauma tiene lugar en el juego. Los síntomas del estrés post traumático se pueden asociar de tres maneras:

- Re experimentación: Las víctimas reviven la experiencia traumática en forma de pesadillas, imágenes y recuerdos involuntarios. Produciendo malestar psicológico intenso y deterioro de la función social y escolar, pudiendo haber restricción de la vida afectiva así como pesadillas, alteración del sueño y depresión.

- Evitación: Los pacientes evitan los lugares o situaciones asociados al hecho traumático, incluso se niegan a hablar de lo ocurrido, para evitar la re experimentación. La evitación que se produce a nivel psíquico es el bloqueo de sentimientos, tanto negativos como positivos, que tiene como consecuencia un deterioro de las relaciones personales.

- Hiperactivación fisiológica: Las víctimas muestran una respuesta de sobresalto exagerado, hipervigilancia, insomnio, irritación, dificultades de concentración, etc.

Con el trastorno de estrés postraumático, cambia la respuesta del cuerpo en un momento estresante. Luego  del momento estresante, el cuerpo logra recuperarse las hormonas y los químicos del estrés que el cuerpo secreta debido a dicho estrés regresa a los niveles normales. Por alguna razón, en una persona con trastorno de estrés postraumático, el cuerpo sigue secretando las hormonas y los químicos del estrés.

Las conductas sexualizadas en un varón de 7 años, se pueden relacionar directamente con un episodio de estrés post traumático el cual vivencio un acontecimiento de carácter sexual, ya sea tocaciones o directamente penetración. Esta situación que resulto ser amenazante o catastrófica para el niño, trae por consecuencia que manifieste un exceso de curiosidad sexual, así como también precocidad de conductas sexuales.

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Hipótesis 2:

Abuso sexual infantil

El abuso sexual infantil ha estado estrechamente asociado a conductas sexualizadas en los niños. A través de una experiencia traumática lo que es vivido por la víctima como un atentado contra su integridad física y psicológica, y no tanto contra su sexo, por lo que constituye una forma más de victimización en la infancia, con secuelas parcialmente similares a las generadas en casos de maltrato físico, abandono emocional, etc. Si la víctima no recibe un tratamiento psicológico adecuado, el malestar puede continuar incluso en la edad adulta.

Según un cálculo entre el 5 y el 10 % de los varones han sido objeto en su infancia de abusos sexuales y, de ellos, aproximadamente la mitad ha sufrido un solo abuso.

Algunos autores como Friedrich han argumentado que las conductas sexuales infantiles pueden ayudar a detectar abusos sexuales, apoyándose en diversas evidencias empíricas. En primer lugar, la mayoría de estudios que han comparado las conductas sexuales de víctimas de abuso sexual con las de muestras normativas o psiquiátricas de niños y niñas no víctimas han podido constatar más problemas de conducta sexual entre aquellos que han sufrido abusos. Concluye que el aumento de la “conducta sexualizada” es uno de los efectos más típicos del abuso, siendo frecuente su manifestación en forma de juegos sexuales con muñecos, introducción de objetos en la vagina o en el ano, masturbación excesiva, conductas seductoras y conductas o conocimientos sexuales impropios de la edad.  Los abusos tienen efectos diferentes para niños y niñas. Los niños varones que han sido agredidos es más probable que abusen de otros menores y suelen mostrarse agresivos, mientras que las niñas suelen sentir depresión y ansiedad. No todas las víctimas necesitan tratamiento tras la agresión, pero todas precisan ayuda. Una ayuda que el 60% no recibe.

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