No es fácil adaptarse al modo en que el psicoanálisis ordena y construye las ideas y conceptos que manipula en su práctica.
Camila TuninettiResumen1 de Noviembre de 2016
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El Modelo pulsional- Oscar Masotta-
Capítulo I
No es fácil adaptarse al modo en que el psicoanálisis ordena y construye las ideas y conceptos que manipula en su práctica.
El duro concepto de pulsión, ¿qué significa la tan vapuleada frase que habla de “relación de objeto”? ¿hay tal cosa? ¿el objeto en cuestión es el objeto de la pulsión? ¿tiene la pulsión objeto desde siempre?
La palabra pulsión en los textos de Freud acarrea de por sí alginas dificultades. Éste es un concepto y como tal exige una definición univoca, mientras que la palabra se refiere al concepto puede cobrar más de una significación.
La pulsión de Freud remite a dos sub campos teóricos que por motivos heurísticos conviene distinguir. Por una parte remite a lo que podríamos llamar avatares y la historia del Gran Modelo Pulsional. Pero simultáneamente a la doctrina de las pulsiones parciales. Estos dos sub campos remiten o confluyen en la definición misma del concepto de pulsión. La pulsión-dice Lacan- es siempre parcial.
La expresión de Gran Modelo Pulsional –que introduce Massota ya que Freud no la utilizo- nos permite evocar una exigencia epistemológica.
Freud intentara siempre hacer depender la neurosis y el conflicto psíquico de la teoría de un dualismo pulsional subyacente, darse a si mismo una guía, un marco de referencia mayor para recoger los datos de las practicas, observar y modificar las observaciones clínicas. Construye un PRIMER MODELO y habla de PULSIONES DE CONSEVACION y de PULSIONES SEXUALES, resume y reduce la pluralidad de tendencias y de los instintos de las teorías psicológicas y sociológicas de la época.
Freud introduce durante el periodo de su obra que llamó “codo de los veinte”, un nuevo modelo de las pulsiones y hablo entonces de PULSIONES DE VIDA Y PULSIONES DE MUERTE.
Freud trata de vincular las hipótesis de trabajo y observación clínica, que presiden las transformaciones del gran modelo pulsional. Dos cosas se nos escapan de este autor; por un lado la vocación altamente especulativa del modelo pulsional. Cuando en mas allá del principio del placer introduce la hipótesis, de una pulsión de muerte , solo puede hacerlo echando mano de analogías más o menos masivas con la biología de su tiempo.
Cuando se refería a su teoría del dualismo pulsional Freud hablaba, de “nuestra mitología”. Pero sabia mantenerse intransigente cuando se intentaba desmantelar la relación de una especulación justa con los fundamentos de la teoría. Solamente en un párrafo de su introducción al narcisismo parece contradecir el postulado que une especulación y observación. Escribe entonces que las ideas especulativas y teóricas no son el fundamento en que descansa toda ciencia, esas ideas “no son la base sino el techo de toda la estructura” y que esas ideas como el techo de cualquier edificio, pueden “reemplazarse y descartarse” sin dañar al edificio mismo. Pero en el mismo contexto Freud denuncia el monismo de Jung y muestra hasta qué punto el techo de recambio junguiano podría aplastar al edificio entero de la teoría.
La palabra pulsión (Trieb) aparece por primera vez en 1905 en los Tres Ensayos sobre una Teoría Sexual, pero la necesidad del concepto había precedido a la aparición del término. Freud entiende ceñir, mediante la pulsión, especificidad de la sexualidad humana. Esta especificidad exigía un modelo dualista en el cual las pulsiones sexuales fueran distinguidas y aisladas de otro tipo de pulsiones. Se distinguirán entonteces, La sexualidad de la necesidad biológica, lo que pertenece al Eros de lo que pertenece a la relación del organismo y su medio. Distinguir el hambre del amor (en términos de Freud)
Sorprende comprobar cómo la literatura psicoanalítica es escasa cuando se trata de la historia del Gran Modelo Pulsional en la obra de Freud.
se multiplican en cambio artículos que se refieren a aspectos parciales de la cuestión de la pulsión con el propósito de negar muchas veces la investigación freudiana, rechazar por ejemplo el concepto de pulsión de muerte y retrotraer el pensamiento freudiano de la agresividad a los datos de una psicología anima, por lo demás, hoy superada.
En 1905 fecha de la publicación de los Tres Ensayos, Freud va levantando el dualismo de las pulsiones de conservación vs pulsiones sexuales. Esta oposición debía estar en la base del conflicto psíquico; pero muy difícil se encontrara ejemplos que den cuenta de la conexión. Para la misma época apuntalaba el modelo posicional con el primer modelo de la defensa, el Yo ejerciendo la represión contra la sexualidad, para ligar los conceptos a conflictos observables en la clínica.
según el modelo de la defensa, el Yo no es sino un conjunto de representaciones que mantiene entre sí una relación de coherencia.
Cuando ésta es perturbada por representaciones que no pueden ser incorporadas por el vínculo que liga al conjunto, el Yo ejerce su acción represora y el resultado es la escisión psíquica. Freud a esa representación cuyo destino era ser, rechazada, por el contenido de las representaciones, rechazadas por el yo pertenecía al orden de la sexualidad.
Los motivos de la represión según el primer modelo simple de la defensa son exteriores al sujeto: la coherencia del conjunto de representaciones que constituyen al Yo o no es tal vez sino la norma social moral. La sexualidad Freudiana señalaba ya sus diferencias a con el saber medico y en el sentido común: la referencia a la primera infancia, el trauma de la seducción, el esbozo de los conceptos de fantasía y Edipo.
La función teórica que Freud hubiera querido asignarle, el primero modelo pulsional, resultaba útil en relación con dos puntos. Por una parte permitía imaginar una cierta génesis precisa de la sexualidad, rastrear la erogenizacion del cuerpo a partir de la dependencia biológica con el objeto primordial, la madre. Freud gesta un concepto de apoyo (anlehnung). Los primeros objetos protectores del niño. Se tornan modelos para la capacidad de amar del sujeto; es el amor anclítico de los autores ingleses. Pero aun, la determinación de las zonas erógenas depende del apoyo, el sujeto erogeniza las partes de su cuerpo que cumplen una función biológica. La sexualidad nace apoyada en los bordes exteriores del cuerpo que cumplieron muna función biológica (alimentación, excreción).
Si la sexualidad humana nace así de apoyada es porque se sostiene mal. Simultáneamente el primer modelo pulsional permite acentuar la necesidad de un dualismo de las pulsiones: es necesario, para otorgar a la sexualidad lo que le es específico, poder distinguirla de un manojo de pulsiones o de un campo No sexual.
El modelo Pulsional se mantiene inmodificado hasta 1911, fecha en que publica su ensayo sobre trastornos psicológicos de la visión. Para entender la ceguera psíquica hay que partir del reconocimiento de la doble utilización del ojo, los ojos también apresan y vigilan las características y propiedad sexuales de los objetos, guían y presiden la elección del objeto erótico. En un texto donde Freud no deja de disculparse por una cierta falta de claridad de la exposición, afirma que la patología psíquica de la visión resulta de la lucha, de la antítesis, entre dos pulsiones. Introduce una innovación, en relación con el modelo pulsional: señala por un lado hacia las pulsiones sexuales, pero por otro lado habla simultáneamente e indistintamente de Pulsiones de Conservación o de Pulsiones Yoicas. Funde así en aquella etapa el modelo anterior de la defensa con el gran modelo pulsional.
¿Cuál es la razón de la posición entre las dos pulsiones? Son tanto de orden general como particular. Nos remite al trabajo de Freud de 1905: la sexualidad pasa por evoluciones parciales, la analidad, la oralidad, deber ser sojuzgados por imposición de la cultura. He aquí la razón, por otra parte, que permite a Freud hablar de Pulsiones del Yo. Yo entendido como conjunto de representaciones, no habrá que olvidar que esas representaciones son el producto de la cultura, remiten a la relación individuo con el sistema de valores y significaciones sociales. Freud así justifica a menudo la hipótesis teórica del modelo pulsional señalando su utilidad para dar cuenta del conflicto neurótico, e insistiendo que tal modelo le ha sido impuesto por la observación y la clínica del neurótico.
En segundo lugar tanto las pulsiones del Yo o de conservación como las pulsiones sexuales tienen los mismos órganos a su disposición.
Doble función del órgano, se ve obligado a servir simultáneamente a “dos señores”, y oposición simultanea de las exigencias de la vida (conservación del individuo biológico indiscernible de su medio cultural) contra las exigencias de la sexualidad. Nos encontramos así con el punto que ya habíamos encontrado, la posición cultura/sexo no podríamos sobrepasar la idea de la que toda cultura ordena y regula el comportamiento sexual de sus miembros.
¿Qué es lo que obliga, por otra parte, a la cultura a ejercer imposiciones, ordenaciones y regulaciones sobre la sexualidad? ¿Qué hay en la sexualidad que la torna peligrosa para los fines de la cultura? Se contestará que casi no hay cultura que no castigue el adulterio y no regule los casamientos
Volviendo al texto de Freud sobre las perturbaciones de la visión no se siente satisfecho con su oltima parte del mismo: “podemos preguntarnos si el sojuzgamiento de las pulsiones sexuales parciales, impuesto por las influencias de la vida, es suficiente por si solo para provocar los trastornos de los órganos o si han preexistir además circunstancias constitucionales que impulsen a los órganos
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