PARA QUE UN BEBÉ LLEGUE A SER UN SER HUMANO

La idea del texto, es mostrar cómo el bebé logra ser él mismo y el poder separarse de su madre, perder su cuerpo arcaico para poder ser un ser humano. Ramírez plantea tres tareas que debe desempeñar el bebé para que esto suceda, y depende tanto de la madre como de él mismo, pues las vivencias y las relaciones entre ellos son fundamentales y definitorias para que este periodo sea afrontado exitosamente, si por el contrario, no es así, se evidenciará de muchas formas como lo plantea la autora en ciertos casos, como el rendimiento académico, la personalidad, las relaciones interpersonales, la seguridad propia, entre muchas otras formas que puedan evidenciar el malestar en la psiquis del sujeto.

Las tres tareas que plantea Ramírez para que un bebé pueda ser un ser humano, son: primeramente, permitir al niño vivir en continuidad en el inicio de su existencia. Luego, permitir al niño construirse psíquicamente y, finalmente, permitir al niño separarse o liberarse de la relación fusional.

Primeramente, el bebé, al ser cargado, según la autora, permite la continuidad de la vida intrauterina que llevo durante nueve largos meses, y esto es necesario mientras el bebé toma conciencia de sí mismo, de su gravidez. Este cargar al bebé, también permite la construcción del psiquismo y es ahí donde la madre juega un papel más importante, sin desvalorizar lo que ha hecho hasta el nacimiento de su hijo, es la forma en como carga a su bebé, no físicamente, sino desde su mirada, desde su atención y acompañamiento permanente que hace a éste para evitar ese sentimiento de caer, de abandono que por lo general tiene repercusiones negativas en el futuro ser humano, si es que lo llega a ser.

Ahora, hablaremos de la segunda tarea, la de permitir al niño construirse psíquicamente, que consiste básicamente en la relación fusional , que es cuando el bebé logra establecer una comunicación con la madre para que esta pueda responder a sus necesidades, no únicamente a las necesidades como la alimentación, proteger del frío o demostrar que hace falta cambiar un pañal, sino también la demostración de afecto, sentir la mirada de la madre, sentir los arrullos y el cariño, lo que llena la psiquis del bebé.

La última tarea del bebé, es la de separase, la tarea de de-fusión, que consiste en la interiorización de los límites, la figura paterna, la diferencia entre el adentro y el afuera, es la consecución del niño de una especie de autonomía, un desprendimiento. El bebé ha conseguido la última tarea, cuando la madre entiende y siente cuales son las necesidades de éste, y cuando ambos entienden que ha tomado un lugar y cierta seguridad de acuerdo al acompañamiento que haya recibido desde afuera.

Puedo concluir resaltando la gran importancia de la relación madre-hijo para la buena formación del bebé en un ser humano. Que no solo el acto de cargarlo es sostenerlo en los brazos, sino también

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