PROBLEMAS DE INDISCIPLINA

FORMACIÓN PERMANENTE DEL DOCENTE

Actitud del maestro vs. disciplina

“La disciplina es el entrenamiento de las facultades mentales, morales y físicas, por medio del conocimiento, el control y la ejercitación”.

La mejor actitud que debe asumir el docente es la de ser tranquilo pero firme, amistoso y no engañoso, porque de él depende el logro de la disciplina de su grupo escolar.

Las técnicas específicas que con frecuencia ayudan a mantener un buen orden en el aula, sin rigidez ni sobresaltos y donde se respire libertad para desarrollar las actividades, les presentamos a continuación:

Se debe ser firme pero razonable. Si se muestra vacilante, inseguro y dubitativo, los alumnos perderán tiempo y trabajarán solo en una forma esporádica y a medias. Un maestro no necesita ser autócrata o dominador para dar direcciones precisas y hacer que su grupo las cumpla. Los niños quieren que se les diga qué van a hacer; pero no quieren que se les digan demasiadas cosas a la vez.

Un buen maestro acostumbra a decir a sus alumnos desde el principio en qué consistían las reglas y les asignan un trabajo. Habrá buena aplicación y ningún desorden. Un maestro sustituto, que no sabe qué hacer, tropezará en todo y preguntará a los niños qué era lo que hacían usualmente. Pronto comenzarán a predominar las risas y el ruido.

No se debe combatir el fuego con el fuego. Este antiguo adagio se aplica a las conductas desafiantes. Nunca debe entrar en una competencia de gritos con los alumnos; el maestro siempre será el perdedor. Si el niño se vuelve inmanejable y desobediente, debe reprendérsele en privado, nunca aparezca ante él enojado o asustado; muéstrese calmado, sereno y dueño de sí mismo.

Se debe ser justo con los elogios pero no exagerar. La mayor parte de los niños reaccionan con bastante emoción y en forma positiva ante los elogios. Las recompensas verbales refuerzan las respuestas elogiadas; pero si el docente se excede en los elogios, el refuerzo pierde todo valor.

No se dé por enterado de ciertas actitudes. Siempre que sea posible, de forma prudente omita advertir actitudes tendientes a atraer la atención, Si se les retiene, no deben cargárseles las actividades de aprendizaje con el desagrado inherente. La retención puede convertirse en un refuerzo positivo si se teatraliza en la corrección del orden.

Varíe la actividad dentro del aula. Si los alumnos comienzan a mostrarse inquietos y comienza el desorden por causa de falta de interés en el tema, realice creativamente una actividad complementaria al tema de manera dinámica y agradable.

No soborne. Es un mal criterio prometer mejores calificaciones para mejorar la conducta; la siguiente vez tendrá que ofrecerles

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