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PSICOANÁLISIS – Tópicas – Transferencia – Mecanismos de defensa - Estructuras

Mariana_johannsoSíntesis23 de Noviembre de 2020

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PSICOANÁLISIS – Tópicas – Transferencia – Mecanismos de defensa - Estructuras

¿Qué es el aparato psíquico?

El aparato psíquico es el término que utiliza Sigmund Freud para denominar a la mente humana. El aparato psíquico funciona con energía (también llamada afectos, placenteros y displacenteros) y representaciones. Imaginemos que cumplimos años y nos regalaron la torta que tanto queríamos. Al recibirla nos pusimos muy contentos, sentimos una emoción placentera, por lo tanto, a la idea o imagen de torta que me quedo hay ligado un afecto placentero. También puede suceder que asociado a las representaciones queden ligados afectos displacenteros. En este caso podría ser por ejemplo la representación con efecto displacentero de que la torta se cayó al momento de apoyarla en la mesa.

Tanto el placer como el displacer son energía que circula entre las representaciones que están en el aparato psíquico.

Freud denomina con la palabra aparato a la mente para subrayar la capacidad de la misma para transformar esta energía psíquica. A su vez señala instancias o partes que modulan y controlan los recorridos de dicha energía, lo que hemos visto como “topicas” del aparto psíquico.

Pulsión y libido

Para Freud la libido es considerada sobre todo como un concepto cuantitativo, su aumento, disminución, tensión y desplazamiento, le permiten entender los procesos psicosexuales.

Dice Freud:” Libido es la expresión tomada de la teoría de la afectividad. Llamamos así a la energía, considerada como una magnitud cuantitativa (aunque actualmente no pueda medirse) , de las pulsiones que tienen relación con todo aquello que puede designarse con la palabra amor”(1921).

Recordemos que el significado de la palabra pulsión es el del empuje de energía, que tiene un objeto y un fin sexual (de vida) o tanático (de muerte) no determinado por lo genético; en los animales Freud habla de instinto, con un objeto y un fin predeterminado por la especie.

La pulsión sexual se sitúa entre lo psíquico y lo somático; la libido en cambio, designa su aspecto psíquico, es energía sexual psíquica, entendiendo la sexualidad en un sentido amplio, no solo genital o erótica.

Freud habla de dos clases de libido: la objetal (dirigida a un otro) y la narcisística (dirigida al yo), en todo sujeto existen los dos tipos de libido, pero cuando predomina la narcisística hablamos de un sujeto con un narcisismo exacerbado o incluso una neurosis narcisística (muy comunes en nuestro tiempo), cuando predomina la objetal, hablamos de un sujeto que ama con entrega o pasión.

Transferencia y contratransferencia

Para ubicar el tema en el marco de la teoría psicoanalítica comenzaremos por decir que Transferencia es uno de los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis.

Son los demás: Inconsciente, Pulsión y Repetición.

La palabra “transferencia” nos remite desde ya a la idea de traslado, de corrimiento desde un lugar o un tiempo a otro. Como primera aproximación podríamos decir que transferir es, en alguna medida, poner afuera personajes internos.

Freud inicia su proceso investigativo con Charcot utilizando el método hipnótico, continúa luego con Breuer mediante el método catártico, y recién después se define por la libre asociación, propia del psicoanálisis.

Cuando recurre a la hipnosis intenta, en una primera fase, eliminar el síntoma -la parálisis, la ceguera y otras manifestaciones conversivas-; más tarde, desde el mismo método, busca inducir en la paciente el recuerdo traumático -definido en ese momento como origen del síntoma-, lo que configura la catarsis o descarga emocional que gatilla la palabra.

Mientras Freud operaba con el método catártico, comenzaron a emerger fenómenos inesperados, incluso enamoramientos o rechazos inesperados e inexplicables de sus pacientes y es aquí donde acuña el concepto de transferencia.

La conclusión de Freud ante estos procesos transferenciales es categórica: no se trata de actitudes del terapeuta sino de la actualización de escenas propias de cada paciente. Se trata de un falso enlace, de la puesta en acto de situaciones vividas por el paciente en el pasado, donde un personaje central ha sido reemplazado por el propio Freud. O, dicho de otro modo, es la figura actual -Freud mismo- la que resulta investida u obnubilada por un personaje arcaico.

La transferencia supone una situación vincular del pasado, un nexo afectivo entre el protagonista y el personaje interno, que es depositada de manera inconsciente en el terapeuta.

Citando a Lacan podemos decir que “toda transferencia es la puesta en acto de una realidad de lo inconsciente”.

Esto significa que la transferencia como tal es inaprehensible, irreconocible, pero es eficaz -produce efectos- en el plano consciente.

En el tratamiento psicoanalítico se parte de esos efectos actuales desplegados entre el paciente y el terapeuta, con el objeto de rastrear las escenas ocultas que los originaron.

Es como la punta de un ovillo que nos permite, mediante un trabajo elaborativo, conducirnos a través de un hilo conductor hasta un núcleo inconsciente generador de los síntomas actuales.

Pero es necesario recordar que los procesos transferenciales no se dan únicamente en el plano de la terapia psicoanalítica, sino que ocurren a menudo en la vida diaria, y por eso  es necesario reconocerlos para poder trabajar también la contratransferencia, que es el mismo fenómeno pero que se da en respuesta a la transferencia, también de forma inconsciente.

La necesidad ineludible de todos los que trabajamos en salud mental, de reconocer y trabajar los procesos transferenciales, se debe principalmente a que la existencia de escenas inconscientes deslizadas sobre escenas actuales, supone la puesta en marcha de procesos de resistencia y represión que dificultan nuestra tarea y los procesos terapéuticos diseñados para cada caso.

TÓPICAS:

Freud, desarrolla dos tópicas para explicar el funcionamiento del Aparato psíquico.

 Tópica viene del griego “topos” que significa lugar. Es decir, Freud va a desarrollar una teoría del aparato psíquico en donde habría lugares para cada una de las instancias, con reglas y modos de funcionamiento propios. Aunque no sea un lugar “físico” que pueda observarse.

Primera tópica: LUGARES

(Años 1913-1915): Consciente (Cc) – Preconciente (Pcc) – Inconsciente (Icc)

Segunda Tópica: INSTANCIAS

(Años 1920 en adelante): Yo – Ello – Superyó.

 El crear la segunda teoría o tópica sobre el aparato psíquico, Freud no abandona la primera, sino que la complejiza.

PRIMERA TÓPICA:

El Sistema Consciente: Este sistema es el que nos hace relacionarnos en forma directa con la realidad a través de todo lo que percibimos. Las representaciones conscientes son todo lo que registramos ya sea afuera nuestro (lo que vemos, escuchamos, hacemos, etc.) como lo que pasa dentro (lo que recordamos, deseamos, sentimos, etc.). Sin embargo para la teoría psicoanalítica no sólo el sistema consciente es el que percibe. También lo inconsciente y lo preconsciente están presentes en el momento de percibir. Esa presencia hace que muchas veces la percepción esté distorsionada por algún deseo inconsciente que esté incidiendo.

El Sistema Preconsciente: Es el sistema situado entre el inconsciente y el consciente, separándole de aquél, la censura. Está formado por aquellos sentimientos, pensamientos, fantasías, etc. que no están presentes en la conciencia, pero que pueden hacerse presentes de manera fácil. Cuando decimos por ejemplo: “Lo tengo en la punta de la lengua” casi siempre estamos haciendo referencia sin saberlo, a algo que está representado en nuestro preconsciente.

El Sistema Inconsciente: Lo inconsciente está separado, escindido, del pensar consciente. 
El inconsciente, es el nivel donde se encuentran todos los contenidos, emociones, deseos, ideas, vivencias y conflictos reprimidos que no tienen lugar en la conciencia, debido a que la intensidad que poseen produce displacer (sufrimiento) a la persona cuando los recuerda, por ello los reprime y permanecen por fuera de la consciencia.

En palabras de Freud: “Una representación inconsciente será entonces una representación que no percibimos, pero cuya existencia estamos, sin embargo, prontos a afirmar, basándonos en indicios y pruebas.” Esos indicios y pruebas pueden ser las llamadas formaciones del inconsciente: Síntomas – Actos fallidos – Lapsus - Sueños – Chistes.

Freud va captando y desarrollando las características distintivas que presentan los contenidos de ese oculto sistema. Freud lo explica de la siguiente manera: “El psicoanálisis nos ha revelado que la esencia del proceso de la represión no consiste en suprimir y destruir una idea que (…) sino en impedirle hacerse consciente.”

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