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¿Por que muerden los niños?

PRINCESSMARINA795 de Marzo de 2014

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A los educadores nos preocupan mucho los niños que se expresan mordiendo pues aunque estemos vigilantes son tan rápidos que muchas veces no llegamos a tiempo para evitarlo. Además, es una conducta que hace daño a los demás niños y genera mucho malestar entre los padres.

Para que esta conducta no se llegue a convertir en un hábito, es importante ofrecerle, mostrarle al peque otras maneras de expresarse y relacionarse con sus compañeros. Si solo se le riñe y penaliza sin mostrarle alternativas, tan sólo estamos castrando su expresión emocional, pero no dándole salida a través de otras maneras, de otras conductas.

Como actuar tanto educadoras, como padres, tíos, abuelos, etc. Es importante que tanto en casa, como en el centro educativo, se actúe igual:

1. No gritarle, no pegarle en la boca ni reñirle diciéndole ¡eres malo/a! ¡siempre igual! ¡estoy harta de que siempre hagas lo mismo!, pues no sirve más que para humillar.

2. Ponerse a su altura y decirle con cara seria y tono contundente, sin chillar y sin estar enfadada “eso no se hace, has hecho daño a tu amigo/hermano, mira como llora, con la boca se dan besos, dale un beso para curar pues le has hecho daño”. Si le gritamos y le exigimos el beso puede que el niño/a no quiera hacerlo por miedo y porque se sentirá bloqueado. Es importante tener una actitud de serenidad pero no de amenaza, el beso es para curar el daño, para que conozca otra manera no dañina de usar la boca y para inculcarle respeto por el otro. Pero el respeto por el otro no lo llegará a entender sino es también tratado con respeto. Digamos que el mensaje sería has hecho algo malo, repáralo con un beso y te voy a enseñar con respeto y paciencia otra manera de actuar.

3. Si en ese momento se intuye el motivo de la mordida, debemos ofrecerle al niño/a cómo debería haberse expresado sin morder. Nuestro tono ya no debe ser contundente, ni de enfado. Usemos un tono más bien reconciliador y una expresión amorosa “Qué querías ¿Qué te diera un juguete? Pues se lo pides, por favor me dejas tu muñeco”. “¿te sentías asustado porque jugaba muy cerca, pues le dices no me molestes, o te vienes a jugar aquí que esta zona es más tranquila”. “¿Hoy estás de mal humor? Pues patalea con los pies, pega a la almohada, o muerde este juguete (un mordedor) así no harás daño a nadie. A esto si le puedes morder.”

4. Aunque no se sepan los motivos de la mordida es necesario darle un mensaje alternativo para que vaya aprendiendo cómo podría haberse expresado sin dañar. Da igual tenga 10 meses, como 18, como 2 años o 3. Aunque sean bebés ¡si entienden! Captan perfectamente el mensaje que le estamos transmitiendo. Y mientras le mostramos otra manera de expresar sus sentimientos, recuerden no usar una actitud de enfado.

5. Evitar con los padres, con los hermanos juegos del tipo “te voy a comer” “te quiero tanto que te como” tan típicos en estas edades (ya que realmente están para comérselos de guapos, dulces, inocentes) pues potencian el poder de la boca y claro, para ellos ya tiene suficiente significado.

6. Elogiar, alabar cuando el niño resuelve sin morder. “muy bien, les has tomado su juguete, sin hacerle daño”. “muy bien, muerdes el mordedor y así no haces daño”, ¿estás cuidando tu muñeca?, ¿lo haces con besitos?.con la boca se dan besitos, seguro que tu muñeca está muy contenta de tus cuidados”.

7. Aprovechar cuando coma para resaltar que se muerde la comida “ves se muerde la manzana para comer, ñam, ñam. Eso sí se hace. A la manzana no le haces daño, si lo haces a tu hermano /amigo si”.

8. Necesita la misma actitud de respeto y amorosidadque todo niño. no etiquetarlo de niño/a difícil, ni conflictivo/a.

Se havisto niños/as que tras estar meses (¡sí meses!) transmitiéndoles este mensaje después de morder instintivamente a un compañero besarle acto seguido e incluso acariciarle para curar sin haber intervenido ningún adulto. Niños mordiendo sus ropas o cojines, en un momento de euforia emocional, en vez de morder a otro niño. Niños/as muy orales (y por tanto mordedores) que poco a poco han bajado la intensidad de sus mordidas.

Tratar el tema con los padres de los niños mordidos con naturalidad y honestidad. Es muy normal les disguste hagan daño a su peque y lo muestren a las educadoras con quejas, enfados, o reprochando no hacen bien su trabajo. Pero sin entrar en enfrentamientos les transmites que son peculiaridades normales del mundo infantil (como las rabietas, el gusto por los cuentos, el no!, el control, de esfínteres, etc.)

No les hables mal del niño/a mordedor para aliviar su enojo de padres heridos, pues con ello estas animando a que los padres critiquen o juzguen cómo lo hacen otros padres, a que crean su hijo se relaciona con niños conflictivos o malos, o que sientan que su hijo es víctima mientras los otros tienen más poder, que su hijo es un blando porque no se defiende.

Todos los padres deben comprender que son reacciones (como el pegar, empujar, llorar, besarse) que se dan en esta fase del desarrollo de sus hijos, al igual que entre los adultos existen las envidias, los engaños, el orgullo, el resentimiento, la venganza). Aspectos y sentimientos que dañan y que usamos los mayores y en cambio, son inconcebibles e inexistentes en el mundo infantil.

Transmitir a los padres seguridad, que estás trabajando el tema diariamente y que necesitas de su paciencia y colaboración.

Se requiere tiempo y constancia. No basta con actuar así cuatro días y al quinto estar hartos/as porque sigue mordiendo. El niño/a necesita más tiempo para aprender nuevas alternativas y constancia en el mensaje, es decir, repetirle siempre lo mismo.

Resulta cansado para las educadoras pues además de atender y educar al niño que muerde, hay que atender al que ha sido mordido, y además, hemos de estar por mil cosas más (pues tenemos otros 10 o 18 niños por atender).

Resulta cansado para los padres, pues al quinto día llegan a pensar que su bebé de 10 meses o niño de 2 años, no les entiende, se rinden y acaban por etiquetarlo de imposible o conflictivo y con ello dejan de actuar. Eso es un grave error pues es como dejar de echar semillas en una tierra muy fértil. No se recogerá ningún fruto por haberse rendido demasiado pronto. ¡Constancia, tiempo, coherencia, respeto por el niño, amorosidad, confianza y presencia! Nadie dijo que educar fuera fácil, ni para los padres, ni para los profesionales de la educación. La mejor orientación es primero saber la importancia de la boca en el desarrollo de los niños. Para un bebé de meses y hasta 3 años la boca es una fuente importante de conocimiento y expresión. A través de ella no solo comen, beben, emiten sonidos y besan, también aprenden, experimentan y expresan sus emociones.

No todos los niños/as utilizan la boca para aprender y expresar con la misma intensidad, ni durante el mismo tiempo. Quiero decir, un bebé puede no mostrar mucho interés en llevarse las cosas a la boca y seguir así al año; otro bebé, en cambio, se puede llevar todo a la boca para aprender y a los 12 meses hacerlo mucho menos; y en cambio, otros son muy orales y con 1 año y con 2 la boca sigue siendo un canal significativo de relacionarse con el entorno.

El morder al otro es un acto instintivo (por eso es tan rápido), inconsciente, cuyo origen se encuentra en la defensa y supervivencia de la especie. Esto aplicado a nuestra vida social actual, el niño que muerde se está defendiendo porque se siente agredido, amenazado, violentado (aunque desde fuera no se vea así, él así lo siente). El niño que llora, grita, también lo hace para defenderse (intenta ahuyentar a quien le hace daño o molesta y, además, reclama al adulto para que le ayude), pero en esta estrategia no hay agresión, ni daño para el otro, por lo que a los padres y educadores no nos preocupa tanto. Es muy importante tener en cuenta que el niño/a que muerde a sus compañeros en clase, o a sus hermanos/as en casa, NO es ni malo, ni conflictivo, ni agresivo.

El niño/a que muerde se está comunicando sin utilizar el lenguaje (porque aún no lo domina). ¿Qué está expresando? Lo que siente o lo que le pasa interiormente.

 Puede que la aparición de los dientes y muelas le haga estar más irascible y rabioso y lo expresa con la boca “se acerca un compañero sin ninguna intención y el niño/a muerde para descargar en él su malestar”.

 Puede que se sienta inseguro, impotente en algunos momentos y muerda a los demás compañeros (a hermanos/as) para demostrar poder, un compañero grita cerca de él, o juega enérgicamente a su lado y eso le puede provocar susto, inseguridad, por lo que se defiende mordiendo.

 A lo mejor se siente alegre y vigoroso y lo expresa con la fuerza de sus dientes y mandíbula.

 A lo mejor no sabe canalizar las intensas experiencias y emociones que va acumulando en su desarrollo (que a estas edades son muy vivas) y el morder sea una válvula de escape.

Lo más importante es entender, tanto educadoras como padres , que el morder en un niño de 1 a 3 años aproximadamente, es un medio de expresión que necesita ser canalizado, conducido, hacia otras maneras de expresión, no dañinas para el otro. Debe ser conducido sin amenazas, enfados, humillaciones y sin etiquetarlos de niños/as conflictivos.

EL NIÑO QUE MUERDE A OTROS. QUÉ DEBEN HACER LOS PADRES

Los niños que muerden pueden estar sufriendo algún problema emocional.

La acción de pegar o morder puede convertirse en un problema si no se controla y evita. A los 3 años de edad los niños tienen mucho, contacto con sus iguales y se espera que ellos sean capaces de hacer amigos y llevarse

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