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Problemas Emocionales

juanitam8525 de Octubre de 2012

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CONFLICTIVIDAD FAMILIAR

SEPARACIÓN Y DIVORCIO

SEGUNDAS PAREJAS

ALUMNOS EN DESVENTAJA SOCIAL

CARENCIAS AFECTIVAS

ALUMNOS MALTRATADOS

V . PROBLEMAS EMOCIONALES Y DEL COMPORTAMIENTO DERIVADOS DE SITUACIONES FAMILIARES ESPECÍFICAS

CONFLICTIVIDAD FAMILIAR

ALUMNOS CON PROBLEMÁTICA FAMILIAR

La conflictividad familiar manifestada en la familia por la existencia más o menos manifiesta de discrepancias, hostilidad, agresividad, distanciamiento afectivo de la pareja, etc. está a la base de múltiples problemas emocionales y adaptativos de los alumnos.

SÍNTOMAS DE CARACTER DEPRESIVO:

Baja autoestima con sentimientos de inferioridad y poca valía.

Tendencia a la autopunición.

Necesidad y dependencia afectiva por carencia.

Inhibición social y retraimiento.

Tendencia a la inculpación.

Ideas y tentativas de suicidio.

Sentimientos de ser diferente.

SÍNTOMAS DE CARÁCTER ANSIOSO:

Tensión muscular.

Ansiedad generalizada.

Existencia de fobias.

Problemas psicosomáticos.

Miedos e incertidumbres.

Problemas de sueño y/o alimentación.

Odio a uno de sus padres.

SÍNTOMAS COMPORTAMENTALES:

Déficit: Inhibición y pasividad relacional. Timidez.

Exceso: Agresividad e ira, comportamientos disruptivos o disociales.

Conductas sustitutivas: alcohol y drogas.

Búsqueda de compensaciones afectivas fuera del hogar (pandilla, sexo, etc.).

Problemas con las figuras de autoridad.

Rebeldía.

Baja integración escolar y problemas de rendimiento.

SEPARACIÓN Y DIVORCIO

ALUMNOS HIJOS DE PADRES SEPARADOS

CONCEPTOS PREVIOS

Separación y divorcio no tienen el mismo significado, aunque tienden a utilizarse de igual manera. Vamos a distinguir y aclarar estos conceptos:

SEPARACIÓN DE HECHO: No existen documentos oficiales, tan solo una ruptura de la vida conyugal.

SEPARACIÓN O DIVORCIO DE DERECHO: Existe una Sentencia de Separación o Divorcio o un Auto de Medidas Provisionales. En esos documentos se regulan las relaciones padres-hijos, que en algunos casos pueden estar pactadas de mutuo acuerdo.

Las separaciones y divorcios (en adelante separaciones) constituyen acontecimientos que cada vez se observan con más asiduidad dentro de nuestra sociedad.

La separación supone un acontecimiento vital que rompe o interrumpe el ciclo vital de la familia con repercusiones profundas en los integrantes de la misma, ya que supone además de las cuestiones estrictamente legales (ruptura del contrato legal) la necesidad de un reajuste brusco en la dinámica familiar.

La separación se plantea como una solución pero es la expresión de un fracaso. Fracaso porque nadie prácticamente se casa para separarse sino que suele acontecer como resultado de un deterioro relacional que suele pasar de un divorcio emocional a un divorcio legal. Solución que acarrea nuevos problemas: sería una solución problemática. Con ello no queremos decir que no sea necesario o positivo separarse. Muchos argumentan que es más patógena para los miembros de la familia –sobre todo lo hijos- una situación familiar conflictiva y adversa sostenida que los posibles efectos de la separación. También que no es necesariamente patógeno. Pero corresponde a otros juzgar el bien o mal, la procedencia o no de tales decisiones. A nosotros nos basta con estudiar el fenómeno, ver como condiciona la vida familiar y personal y ver que posibles actitudes podemos adoptar ante lo que es una realidad social que ha ido en progresión creciente. Y que sin duda se trata de una situación de riesgo para la estabilidad personal de los integrantes de la familia y de los propios niños.

FASES DEL PROCESO DE SEPARACIÓN

PREVIA: Existe en la familia un conflicto abierto o solapado. Lo relevante para los individuos es cómo era el clima familiar en esa etapa. El impacto emocional de una situación que ha sido crónica en el tiempo dependerá en buena medida del tipo de emociones de los padres y de las actitudes y modos relacionales desplegados en la convivencia.

SEPARACIÓN EN SI MISMA: El proceso propio de la separación conlleva desequilibrios y desorganización en la dinámica familiar. Trae consigo un procedimiento legal, una necesidad de replanteamiento económico, una ruptura mayor o menor de la convivencia, cambios en los vínculos afectivos, repercusiones en el entorno familiar más extenso y de relaciones sociales.

En mayor o menor medida pueden aparecer en esta etapa un cierto grado de afectación o convulsión psíquica.

POSTERIOR A LA SEPARACIÓN: Se da un período de acomodación a la nueva situación que precisa ir estabilizándose y definiéndose. Para algunos autores esta etapa dura aproximadamente entre 1 y 3 años, aunque en algunos casos se puede cronificar durante mucho tiempo la etapa anterior. Pero es de esperar que los problemas emocionales y relacionales se vayan reduciendo.

RESOLUCIÓN: Se debe de producir un reajuste y superación de la situación. Cada miembro es de esperar que se reconstruya social y laboralmente y que afectivamente esté recuperado y estable estando ya diferenciado de la situación familiar rota y establecido como persona independiente, autónoma de la misma.

REACCIONES DE LOS PADRES

Son múltiples y variadas las posibilidades de reacción de los padres ante la separación. La insatisfacción, las diferencias existentes, la falta de armonía, desavenencias, etc. se tienen que plasmar en una decisión y eso conlleva estrés. Pueden aparecer múltiples y variados sentimientos que van desde la incertidumbre por la situación y anticipaciones negativas sobre el futuro, inseguridad, culpabilidad o inculpación del otro, sentimientos de rechazo y abandono, deseos de venganza, sentirse traicionado, de haber malgastado la vida, sentimientos de soledad y baja autoestima, sentirse incompetente, tristeza o depresión, intentos se suicidio, regresiones afectivas, ansiedad, preocupación por la salud, miedo por los hijos o por perderlos, por el qué dirán, dependencia y búsqueda de afecto y cariño, cierta promiscuidad sexual, celos, sentimiento de amor no correspondido, humillación al otro, confusión, desorientación, ambivalencia afectiva (amor - odio), refugio afectivo en los hijos, .... Puede asociarse a disputas y conflictos abiertos y “guerra declarada” con niveles de agresión verbal e incluso física derivadas del resentimiento, ira acumulada, etc.

La alteración de los padres puede conllevar una falta de atención adecuada de las necesidades afectivas o vitales de los niños. Además pueden ser más incoherentes o más faltos de control, menos afectuosos o por el contrario excesivamente afectivo, modelos negativos de ansiedad, tristeza o agresividad. Las discrepancias sobre la educación de los hijos pueden pasar a formar parte de las discusiones o suponer modos de acción diferentes o contradictorios más o menos abiertos. En ocasiones los hijos serán utilizados como instrumentos de conflicto y manipulación afectiva más o menos conscientes o más o menos abiertos.

En el padre puede darse un sentimiento de pérdida que hace que tienda a querer incrementar los lazos afectivos con los hijos. Esto muchas veces choca con la historia de la relación padre-hijo(s) produciéndose en ocasiones un cierto rechazo al alterar el hecho de tener que ir con el padre el sistema habitual de vida del chico. En ocasiones hay padres que tienden a dejar al niño con los abuelos paternos en los períodos que les corresponden de visita. Los mayores contactos del padre con sus padres de origen (que puede llevar incluso a la vuelta a casa al tener que salir el padre debido a la separación de su propio) pueden reavivar una conflictividad ya olvidada del período adolescente. Lo cual puede ser más problemático en el caso de que el padre tenga niveles económicos bajos o se encuentre en situación de paro, siendo entonces más dependiente de sus propios padres.

En el caso de la madre un factor agravante de la situación también puede estar relacionado con el aspecto económico. Y pueden verse abocadas o cambiar en bastante medida la organización familiar. La búsqueda de apoyos de familiares, introducir más personas que ayuden a cuidar a los niños o verse abocada a trabajar si era ama de casa pueden ser fuente de cambios importantes en su vida. En ocasiones surgen verdaderos problemas para mantener la autoridad con los hijos o aumentan los anteriormente existentes. Puede haber un incremento del número de recursos educativos de intento de control: voces, azotes, amenazas, etc. Algunas madres indican que sus hijos se han vuelto más desobedientes.

Se han observado en algunas madres conductas más o menos regresivas en lo afectivo que lleva al hijo mayor a adoptar el papel de padre.

La nueva situación relacional puede ser un campo de cultivo de problemas emocionales o comportamentales: madre en situación afectiva débil, uso de castigo como sistema de control, inconsistencia en la administración de los mismos ya que el intento de control puede alternar con el dejar hacer por derrota, pueden

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