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Psicoanalisis


Enviado por   •  31 de Octubre de 2012  •  2.631 Palabras (11 Páginas)  •  232 Visitas

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SILENCIO EXISTENCIAL:

LA SEXUALIDAD COMO LA PIEZA ULTIMA EN LAS HILACIONES DEL APARATO PSIQUICO.

Aquí trataré de hacer una lectura con los ojos bien abiertos, tratando de hilar, a modo que nos explica Freud los temas e ideas que se presentan. El fin del trabajo será ver como es la postura del analista frente al tema de la sexualidad y como abordar la presencia de la transferencia como aquel elemento ambivalente que en la medida que es la mayor resistencia a vencer, sin ella nada es posible.

Quizás podríamos decir que la transferencia es un artificio, que la sexualidad un simple componente en la vida del hombre, y que la palabra nada hace más que nombrar. Pero creo que si seguimos en la línea que pretendo estas falsas conclusiones carecerán de sentido.

En particular quiero centrarme en la sexualidad como aquel lugar donde residen, habitan, las causas del síntoma histérico, como el lugar que se torna refractario a la palabra.

Todo ser humano con el inicio de la vida misma inicia su vida sexual, desde los tiempos más tempranos la sexualidad instaura la hiancia en la vida anímica.

Tomando el tema de la palabra es ella justamente quien nos permite nombrar las cosas para que a partir de esa denominación podamos actuar. Pensar en la palabra como aquello que cura, es decir comprender la cura como posible a partir de la puesta conciente de ese silencio que invade al hombre y que es justamente allí donde entra el psicoanálisis como aportador de conciencia en pleno no saber, en plena inconsciencia.

Hay que entender que el núcleo existencial de cada hombre, digamos su hiancia causal, es aquello que no solo nos individualiza sino que constituye la unicidad de la raza humana. El centro del ser humano es inconsciente y como protagonista de ese escenario, la sexualidad.

Quien conoce las ideas freudianas sabe que al referirnos a los sexual no hablamos solamente de lo físico, que abarcamos un terreno por fuera de la mera reproducción biológica. ¿Pero entonces de que hablamos, qué entendemos como sexual según la mirada psicoanalítica?.Diríamos que el núcleo pulsional, hábitat de la sexualidad, es aquel lugar negado a la palabra. Al encontrarnos con éste algo ajeno al saber es cuando cae la idea de algunos filósofos de una plena conciencia, de un terreno enteramente sabido, pero el psicoanálisis viene a decirnos que el único acceso que tenemos a aquellas cosas reprimidas, son puro material significante, pura construcción simbólica.

¿ Y cómo no nombrar a ésta altura la fantasía histérica como representante majestuosa de ésta significación?. Debemos entender la histeria como una perturbación de la función sexual normal.

Es decir que ante lo imposible de decir, ante las lagunas, la neurótica no hace más que producir dichas fantasías que vienen a cubrir, a simbolizar aquella falla, aquel sin saber primordial, aquel fracaso simbólico. El texto de la fantasía constituye una trama significante en la que dicho texto vela el núcleo pulsional. Y es ella precisamente el sostén de la realidad psíquica, en términos lacanianos en el sostén de Tyche. Hay que entender no ya en el orden del acontecimiento sino que lo traumático emergerá de la significación de aquella vivencia. El recuerdo constituye aquello que funciona como trauma, es decir que solo a partir de la puesta en acto del pasado en el presente, es que éste cobra existencia, solo a partir de formación actual de lo inconsciente. El trauma como falla de la inscripción significante, será la escena relatada en la fantasía.

Pero ya en este punto llama más y más la atención el por qué de este sin saber, la causa, su origen. Es por esto la preocupación de Freud por un método que se encargara de la causa y no exclusivamente del síntoma, y si de método encargado de la génesis hablamos, estamos en presencia de la asociación libre. Si comparamos al psicoanálisis con un cuento encontramos tres partes constituyentes: un inicio, un nudo, y un desenlace, correspondiente éstos tres momentos a formas diferentes de tratar el síntoma. En los inicios de las ideas freudianas encontramos el método hipnótico, también llamado catártico, que muy pronto demostró ser pura terapia sintomática y la preocupación por la génesis quedaba relegada. Aunque permitió pesquisar que todo síntoma posee un sentido y ese sentido está enlazado con la vida psíquica del enfermo, con su realidad psíquica en términos lacanianos.

Pero aún sin cortar los lazos que unía al psicoanálisis con la catarsis aparece una segunda manera, que ubicaré como nudo y justamente le adjudico este lugar no solo por su aparición secundaria siguiendo hilaciones temporales, sino porque como todo nudo desenrollado nos brinda el hilo conductor a seguir. Método sugestivo éste, hablamos del método de la presión en la frente.

Finalmente en la tercer instancia del cuento: l a asociación libre como vía regia hacia lo inconciente, solo a través de la cadena significante, del hallazgo simbólico, es decir del Automaton, es que se enciende la luz en las penumbras del inconciente.

Ésta cadena significante, ésta huella mnémica, nos enseña que el analizado no recuerda lo olvidado, lo primeramente reprimido, sino que lo actúa, no se trata de un recuerdo, sino una acción, repite y repite ahora y aquí. Y es justamente la compulsión de repetir la ley de lo inconciente, cuanto mayor sea la resistencia, más será reemplazado el recordar por el actuar, es decir que se está enfermo por no poder olvidar, pero lo que se recuerda no es más que una representación de la verdadera causa, tratamos con una memoria que en la medida que recuerda pone límites a la rememoración.

Pero esto es solo posible entrando en la dinámica de las representaciones, como lo llama

Freud. Solo a través de la sucesión de ideas, de la asociación libre es que nos acercamos a aquel lugar de plena extranjeridad, a aquellos estratos internos que se enajenan más y más del yo. Freud desplazará la idea de suceso traumático real por la fantasía sexual como la verdadera causa de la histeria. Pero en el lugar de la causa, allí donde está la sexualidad no hay modo de representación, diríamos que hay una oposición entre lenguaje y sexualidad.

Cuando hablamos de la resistencia siempre hacemos referencia a aquello que aparece luego de una representación, es decir que la condición de existencia de dicha resistencia es la presencia de enlaces representacionales. Hablamos indudablemente de lo que Freud denominó falsos enlaces que es el único modo de combinación de las representaciones.

Falsos enlaces, repetición, recuerdos, nos llevan inevitablemente a nombrar la transferencia como la puesta

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