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Psicologia De Las Masas


Enviado por   •  19 de Mayo de 2014  •  1.551 Palabras (7 Páginas)  •  178 Visitas

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Así como la ternura, el sentimiento, a una persona puede provocar lazos afectivos, también el odio es otra manera de establecer lazos. Ya que en toda formación de masas hay un líder el cual, también puede desatar además de afecto cierto odio, tal es el caso que nos exponen de ese sentimiento que tiene el empleado hacia su jefe.

Así como los individuos integrantes de las masas están en ellas por que los mueven ciertas situaciones que son ideológicas, ya sea quizá porque este grupo es pertenencia o referencia, el caso es que el individuo está ahí, y puede entonces, darse una situación más que afectiva de odio u hostilidad. Pero siendo así, me hace pensar, usando el ejemplo del jefe, que también hay unidad entre los miembros de este grupo no con el jefe, la hostilidad es hacia el pero lo afectivo esta entonces con los demás empleados, entre ellos si hay lazos afectivos que se establecieron a partir del sentimiento hostil que se establece con el jefe.

Que de cualquier manera existe ese equilibrio que nos maneja en el texto, siendo que se halla esa distancia media entre la que está el sentimiento hostil al jefe, que hace de cierta forma daño, pero esta ese distanciamiento que da cierto bienestar.

Se me ocurre que es de cierta forma también el caso con los padres y el adolescente; que está en la fase de odio hacia las reglas y todo lo que estos representan (los padres), en el sentido que para el nada cubre ni está de acuerdo a lo que necesita, a lo que siente y experimenta en estos momentos, el conocimiento de sí mismo, del establecimiento de límites, y encontrar el grupo al que pertenece; en su proceso de identificación. Entonces es un hecho que todos los seres humanos estamos propensos a la disposición y reacción al odio, cuando algo con lo que no estamos de acuerdo, ya sea por carácter o por temperamento, nos haga herederos a este sentimiento, arraigado entonces en nuestro ser por situaciones que no somos capaces de deponer y que forzosamente la transferimos a otras personas cercanas o lejanas a nosotros, ya sea indirecta o directamente ponemos estos sentimientos en personas y circunstancias.

En las masas se mantiene las formaciones colectivas y los individuos son capaces de sosportar las diferencias, se consideran iguales, toleran las particularidades de los demás integrantes, y estos integrantes no tienen ningún sentimiento aversivo por los demás, se consideran iguales, parte de… , y Freud nos lo explica como enlace libidinoso a otras personas. En donde el egoísmo juega un papel importante, el individuo no sentirá ninguna aversión, a los miembros de la masa mientras este se vea compensado, y reciba los beneficios que la colaboración de los otros miembros proporcionen.

Así retomamos el ejemplo del empleado, pongamos la situación de que hay la posibilidad de una promoción en el departamento en el cual esta, y este empleado se enfoca, pone toda su energía en realizar lo que el jefe requiere y hasta más para que lo considere para el puesto, y no solo este empleado sino otros más del departamento que buscan el mismo fin, la productividad del departamento se ve favorecida, no pasa desapercibido por los altos jefes, se da la promoción a uno de los empleados, pero claro está, solo puede ser para uno, los demás crearan este sentimiento de aversión, bajaran su productividad, después del evento. En algún momento se dio esta unión en la que si se vieron favorecidos unos de otros y luchaban por un mismo fin, estaban presentes los lazos libidinosos, aunque esto fuera efímero, estuvo presente el egoísmo, hubo identificación, ya que estaban unidos por un sentimiento mutuo, que los movía hacia cierta dirección, al acabarse no acaba la energía libidinal, ya que en todo grupo nos dice Freud está presente, es la que une a los grupos.

La identificación es conocida en el psicoanálisis como el enlace afectivo con otra persona, con lo está más cercano. Es como el yo se conforma adoptando las características que del otro toma, pues le son análogas a él. Lo que a la otra persona le pasa, las situaciones que yo veo son similares, son las que me hacen identificarme con ella. Comprenderla hasta cierto punto, sentirme simpatizada con ella. En el grupo las necesidades, expectativas, deseos, son los que hacen que los individuos se vean identificados y con un grado de cohesión hacia este, y ya veíamos que de esta manera y en tales situaciones se vean también con sentimientos de seguridad, relativamente a gusto en el grupo.

En la identificación no siempre el yo toma las cualidades de la persona amada; o sea, refiriéndose a cosas que son “buenas”, en el sentido de ser aceptadas socialmente, sino que puede ser que esta identificación sea con la persona no amada; aquí refiriéndose a situaciones que no son del todo aceptadas por la sociedad.

Hay veces entonces en que los individuos tengan identificaciones con otras personas que no son objeto de sus instintos sexuales, sigue una línea regresiva en donde cambia al objeto de sus instintos libidinales, como por introyección del objeto en el yo. Entonces se dice que hay un nuevo enlace.

El enamoramiento, es poner la energía libidinal en el objeto que se cree amar, esto es, que por medio de este objeto amada dar satisfacción sexual al yo. El autor dice que el objeto es tratado como el propio yo, esto es, que tratamos al objeto libidinal, tal como si fuéramos nosotros mismos, le adjudicamos todo lo bueno que deseamos para nosotros, le ponemos, virtudes que vemos y requerimos en nosotros, puede ser que también haya cosas no tan buenas que tenga el objeto, pero las omitimos, nos reusamos a verlas, solo podemos ver lo bueno, que es realmente lo que queremos e insisto en este punto necesitamos para nosotros; el yo. Es lo que tantas veces hemos escuchado ya como un dicho; el amor es ciego. Y tan es así que es idealizar a la persona “amada”, al objeto libidinal, y como ya dije ponerle y adjudicarle atributos, que realmente ni los tenga, pero deseamos los tenga y los vemos en esa persona, todo para nuestra propia satisfacción.

Igual pasa no solo con la pareja, sino con los amigos, los hijos, los maestros, los jefes, etc. Con las personas que se quieren, que se les tiene afecto, pero que insistimos sean como nosotros queremos, ponemos expectativas en ellos, ponemos virtudes que muchas veces son casi superdotadas, más que irreales, por el hecho de no pertenecerles, tales virtudes, sino porque verdaderamente, son algo fuera de contexto.

Hay algo en las personas enamoradas que hacen pensar que están en un trance muy similar a la hipnosis; estar hipnotizado. Se dice que el amor es similar a la hipnosis; que el hipnotizado en relación con su hipnotizador, el primero da muestras de total sumisión ante el segundo, la relación que se establece con los enamorados es similar a esta otra, en donde el enamorado, deja en manos y a disposición de su enamorado, toda su voluntad. Hay un total abandono sexual, en este punto me parece algo muy importante de reflexionar, y es que así me sucedió al momento de leerlo, se pueden tener experiencias de vida, y escucharlo de varias personas, la misma situación, en relación a estos temas del amor, de las relaciones afectivas, hombre mujer, principalmente, en donde son temas difíciles, ya que de por si las relaciones interpersonales mismas en sí, son difíciles y se complican más, porque se ven involucradas en ellas otras situaciones más como la misma cultura y el tiempo en que se desarrolla cada historia, las costumbres familiares, las cuestiones económicas y más.

Además nos dice el autor que el amor que se culmina en una relación sexual, lo dice de otra manera; “el amor sensual está destinado a extinguirse en la satisfacción”. Tiende a desaparecer en un tiempo determinado por las cuestiones de que de alguna manera el objeto deseado se ha alcanzado, se ha gozado. Que aunque el enamorado se entregue por completo al otro ser, anteponga su autonomía en el mejor de los casos, terminara perdiendo más, pues ahí, lo menos que dejara en la relación será su tiempo, autoestima, sentimientos, etc. Entonces nos hace reflexionar que el amor que solo se queda en el imaginativo, el no consumado en la satisfacción es el que perdurara. Porque sigue alimentándose de lo que puede ser, de las fantasías, que cada uno de nosotros alimenta, y que la mente siendo tan creativa en dichas fantasías.

El sujeto en fase de enamoramiento tiende a desvalorizar un tanto al yo, por el hecho de sustitución del este yo por el objeto mismo, se ve mermado el narcisismo, se minimiza el sujeto, quedando este en segundo término, habiendo casos en los que el objeto toma completo dominio de las emociones y decisiones del sujeto, son las relaciones que están destinadas al amor desgraciado. En donde el amor no es compartido, sino unilateral, porque cuando el amor es compartido es cuando se expresan los afectos y se da como consecuencia la relación sexual, y como ya dije anteriormente, según el autor esta también tiende a desaparecer a la larga, precisamente por esta culminación sexual.

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