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Psicologia


Enviado por   •  2 de Agosto de 2014  •  7.022 Palabras (29 Páginas)  •  136 Visitas

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Capítulo I

La adolescencia

¿Qué es la adolescencia?

La adolescencia es un periodo en el que se producen muchos cambios hormonales en el organismo. Esos cambios hormonales son los que provocan la transformación física en el cuerpo de los adolescentes pero también sus alteraciones emocionales.

Los adolescentes pasan de la alegría a la melancolía con asombrosa rapidez. En un minuto se comportan como los niños que eran hace nada y al segundo siguiente adoptan posturas mucho más cercanas a la madurez. Esa es una de las características más habituales de la adolescencia. Y en general no tiene ninguna importancia aunque es bueno vigilar si los periodos de tristeza fueran muy prologados o la melancolía excesiva que podrían indicarnos la existencia de problemas psicológicos.

• Atención de los padres

Todos esos vaivenes emocionales provocan en muchos adolescentes un cambio en la forma de demostrar el afecto. Muchos de ellos rechazan los besos y los abrazos, a veces con cajas destempladas. Pero los padres deben saber que no es su amor lo que están rechazando sino la forma en la que este se ha demostrado hasta ahora. Es muy importante entender que los adolescentes siguen necesitando todo nuestro cariño como lo requerían de niños.

• Cambios sociales

Otro de los cambios fundamentales de la adolescencia es la importancia que adquieren los amigos. Nuestros hijos adolescentes necesitan formar parte de un grupo de iguales para ir construyendo su propia identidad. Comenzarán a pasar mucho más tiempo con ellos y menos con su familia, pero esa es también una forma de irse preparando para el futuro. Como en el resto de las transformaciones que tienen lugar en la adolescencia, los padres deben estar atentos a esta y saber muy bien quiénes son los amigos de sus hijos.

• Guías firmes pero sin autoritarismo

Nuestros adolescentes necesitan en esta época de su vida, quizá más que nunca, que sus padres estén pendientes de ellos, que les impongan normas justas para que su vida se desarrolle plena y saludablemente. Pero también necesitan ir ganando cierta independencia y responsabilidad. Por eso los padres de los adolescentes deben alejarse de los extremos autoritarios aunque eso no quiera decir que dejen a sus hijos incumplir las normas impuestas.

• Habla con ellos

La única manera que existe de que esto sea posible es mantener una comunicación fluida con nuestros adolescentes. Los padres de los adolescentes que hablan con ellos de todo lo que les ocurre, de sus problemas, de sus miedos, de su sexualidad o de sus preocupaciones consiguen que sus hijos sean más felices y se adapten mejor a los cambios que están viviendo.

El suicidio en la adolescencia

Puede ser difícil recordar cómo se sentía ser adolescente, atrapado en esa área gris entre la niñez y la edad adulta. Por supuesto que es una época de increíbles posibilidades, pero también puede ser un periodo de estrés y preocupación. Se sienten presionados para adaptarse socialmente, tener un buen desempeño académico y actuar con responsabilidad.

La adolescencia también es una época de identidad sexual y relaciones sociales y existe la necesidad de independencia que a menudo está en conflicto con las reglas y expectativas que otras personas establecen.

Los jóvenes con problemas de salud mental, como ansiedad, depresión, trastorno bipolar o insomnio, corren riesgos más altos de pensar en el suicidio. Los adolescentes quienes pasan por cambios fuertes en la vida (el divorcio de sus

padres, mudanzas, un padre que se va de casa por su servicio militar o por la separación de los padres, o cambios financieros) y aquellos quienes son víctimas de intimidación corren mayores riesgos de pensar en el suicidio.

Los factores que aumentan el riesgo de suicidio entre adolescentes incluyen:

• un trastorno psicológico, especialmente la depresión, trastorno bipolar y consumo de drogas y alcohol (de hecho, como el 95% de las personas que fallecen por suicidio tienen un trastorno psicológico al momento de morir)

• sentimientos de angustia, irritabilidad o agitación

• sentimientos de desesperanza y de complejo de inferioridad que con frecuencia se manifiestan con la depresión

• un intento previo de suicidio

• antecedentes de depresión o de suicidio en la familia

• abuso emocional, físico o sexual

• falta de un grupo de apoyo, malas relaciones con los padres o sus pares y sentimientos de aislamiento social

• hacer frente a bisexualidad u homosexualidad en una familia o comunidad que no lo apoya o en un ambiente escolar hostil

El suicidio en adolescentes con frecuencia ocurre después de un evento estresante en la vida, como problemas en la escuela, la rotura con un novio o novia, la muerte de un ser querido, un divorcio o un fuerte conflicto familiar.

Los adolescentes que piensan en suicidarse podrían:

• mencionar el suicidio o la muerte en general

• insinuar que ya no estarán más

• mencionar los sentimientos de desesperanza o de culpa

• retraerse de amigos o de la familia

• escribir canciones, poemas o cartas sobre la muerte, la separación y pérdida

• empezar a regalar objetos valiosos a hermanos o amigos

• perder el deseo de participar en cosas o actividades predilectas

• tener dificultades para concentrarse o pensar con claridad

• mostrar cambios en hábitos de alimentación o de dormir

• participar en comportamientos riesgosos

• perder interés en la escuela o en los deportes

Muchos adolescentes quienes logran o intentan suicidarse dan algún tipo de advertencia a seres queridos de antemano. Por lo tanto, es importante que los padres conozcan las señales de advertencia de manera que los adolescentes con tendencias al suicidio puedan obtener la ayuda que necesitan.

Algunos adultos piensan que los jóvenes que dicen que se van a lastimar o a matar "lo dicen sólo para llamar la atención". Es importante darse cuenta que si se ignoran a los adolescentes que llaman la atención, podría aumentar la posibilidad de que sí se lastimen.

Llamar la atención por medio de visitas a la sala de emergencias, consultas médicas y tratamiento en institutos por lo general no es algo que deseen los adolescentes, a menos de que sufran de una depresión seria y piensen en el suicidio o que deseen estar muertos. Es importante considerar las señales de advertencia como serias, no como formas de "llamar la atención" que se pueden ignorar.

Observe bien a un adolescente retraído y con depresión. Comprender la depresión en adolescentes es muy importante ya que puede parecer diferente a las creencias comunes acerca de la depresión. Por ejemplo, puede presentarse como tener problemas con amigos, con las calificaciones, el dormir o estar de mal humor o irritable en vez de llorar o de sufrir de tristeza crónica.

Es importante tratar de mantener abierta la comunicación y expresar su preocupación, su apoyo y su amor. Si su adolescente le confía, demuéstrele que toma en serio esas preocupaciones. Una pelea con un amigo puede no parecerle importante en un contexto más amplio, pero para un adolescente puede ser intenso y abrumador. Es importante no minimizar o descontar lo que su adolescente está enfrentando, ya que esto podría aumentar su sentimiento de desesperanza.

Si su adolescente no se siente cómodo hablando con usted, sugiérale una persona más neutral como otro pariente, un miembro del clero, un entrenador, un consejero en la escuela o el médico de su adolescente

La tragedia de la muerte de un joven debido a desesperanza o frustración abrumadoras resulta devastadora para la familia, los amigos y la comunidad. Padres, hermanos, compañeros, entrenadores y vecinos podrían quedarse con la duda si pudieran haber hecho algo para impedir que ese joven decidiera suicidarse.

Aprender más acerca de los factores que podrían llevar un adolescente al suicidio podría ayudar a prevenir más tragedias. Aunque no siempre se puede impedir, siempre es buena idea informarse y tomar medidas para ayudar a un adolescente con problemas.

Cuando alguien intenta suicidarse y sobrevive, ciertas personas podrían temer o sentirse incómodos de hablar con él acerca de eso. Dígale a su adolescente que resista este sentimiento; éste es un momento en que una persona definitivamente necesita sentirse unido a otras.

Ante el suicidio de un estudiante, muchas escuelas traen consejeros especiales para hablar con los estudiantes y ayudarlos a enfrentarlo. Si su adolescente enfrenta el suicidio de un amigo o compañero de la escuela, motívelo a usar estos recursos o a hablar con usted u otro adulto de confianza.

Para los padres, la muerte de un hijo es la pérdida más dolorosa que uno se puede imaginar. Para los padres que perdieron un hijo al suicidio, el dolor y la pena pueden ser aún mayores. Aunque estos sentimientos tal vez nunca desaparecerán por completo, los sobrevivientes de un suicida pueden tomar medidas para iniciar el proceso de recuperación:

• Mantenga el contacto con los demás. El suicidio puede ser una experiencia muy aislante para los miembros sobrevivientes de la familia ya que amigos a menudo no saben qué decir o cómo ayudar. Rodéese de personas positivas que den le su apoyo para hablar con ellas acerca de su hijo y sus sentimientos. Si los que lo rodean parecen incómodos al tratar de ayudarlo, inicie la conversación y solicite ayuda.

• Recuerde que otros miembros de la familia también están sufriendo y que todos expresan dolor de su propia manera. Sus otros hijos, especialmente, pueden tratar de enfrentar su dolor por su cuenta para no molestarlo con preocupaciones adicionales. Estén presentes el uno para el otro entre todas las lágrimas, el enojo y los silencios y, de ser necesario, busquen ayuda y apoyo activamente juntos.

• Esté consciente de los aniversarios, cumpleaños y días festivos podrían ser difíciles. Los días importantes y los días festivos a menudo despiertan los sentimientos de pérdida y de ansiedad. En esos días, haga lo que considere mejor para sus necesidades emocionales, ya sea rodearse de la familia y de amigos o pasar un día tranquilo para reflexionar.

• Comprenda que es normal sentirse culpable y preguntar cómo pudo pasar esto, pero también es importante reconocer que es posible que nunca obtenga las respuestas que busca. La recuperación que se lleva a cabo con el tiempo resulta al alcanzar el punto de perdonar, tanto para su hijo como para usted.

• Los grupos de asesoramiento y de apoyo pueden contribuir de manera significativa para ayudarlo a reconocer que no está solo. Algunos miembros de familia afligidos se unen a la red de prevención del suicidio, la cual ayuda a padres, adolescentes y escuelas a aprender cómo ayudar a prevenir tragedias en el futuro.

Los suicidios de adolescentes también tienen sus particularidades. En México, por ejemplo, se ha observado un incremento de suicidios o intentos de en los jóvenes en los últimos años. Algunos de estos casos han sido por problemas familiares, abusos sexuales, abandonos de hogar, violencia familiar. Estos son sólo algunos ejemplos de los que han considerado motivos para los adolescentes a suicidarse, por otro lado, si el adolescente muere a causa de un accidente automovilístico son considerados como un comportamiento de alto riesgo.

Según los datos del INEGI de los últimos años, los intentos suicidas han aumentado en el sexo femenino que en el masculino, y aumenta de casi 20 casos en el grupo menor de 15 años a poco más de 80 en el grupo de 15 a 19 años. Pero para los suicidas consumados, éstos tienen mayor frecuencia en los hombres menor a 15 años a poco más de 250 para el grupo de 15 a 19 años. Las diferencias entre intentos suicidas y suicidios entre hombres y mujeres es algo realmente notorio.

Se han realizado algunas investigaciones acerca de la ideación suicida en las mujeres adolescentes y se encontró que en diversas regiones del mundo y durante los últimos años ha habido un incremento paulatino, aunque constante, de la conducta suicida en los adolescentes. Esto sucede en todo el mundo, el problema amerita ser considerado, por su naturaleza incipiente y su rápido crecimiento hasta hoy. Para esto es necesario no perder de vista en contexto social, identificando los grupos de población, por ejemplo en México ha sido identificado un mayor riesgo de la conducta suicida entre las mujeres de 15 a 19 años de edad.

Capitulo II

Suicidio: definición, componentes y tripología

Desde hace ya tiempo atrás, el suicidio se ha venido investigando, pero no por eso se ha avanzado mucho en la actualidad. Se ha incrementado su incidencia junto con la prevalencia.

Es suicido es consecuencia de varios factores sociales, demográficos, ambientales, económicos, psicológicos, históricos incluso hasta filosóficos y estos se manifiestan en el colectivo de la sociedad como en las expresiones y la forma de ser de cada uno que integra estas sociedades. El suicidio es algo sumamente complejo por lo que puede ser visto desde diferentes ángulos y puntos de vista distintos.

Según cifras de la OPS, en 1977 morían 1000 personas diariamente a causa del suicidio (en la actualidad esta cantidad ha incrementado bastante).

Durkheim hizo algunas investigaciones, pero antes de estas el suicidio era considerado como algo clínico, pero a partir de algunos resultados se comenzó a considerar como algo que lo favorecían. Sin embargo, en México en base a los reportes que hay se sigue considerando como algo clínico y demográfico. A pesar de saber varias cosas aún no logran desarrollar estrategias adecuadas para atenderlo y a su vez evitarlo.

El suicidio ha evolucionado de tal manera que ha hecho difícil su delimitación.

Panorama del comportamiento suicida: tipos de suicidio, características y tendencias.

Naturaleza del suicidio

El suicidio no necesariamente es considerado el acto de un psicótico, pero se piensa que en el momento del acto suicida existe un quiebre psicótico. El suicidio es el resultado de alguna conducta psicopatológica, la cual pueden catalogar como un fracaso adaptativo. El suicidio se realiza en medio de una crisis, la cual los trastornos emocionales le produjo un bloqueo cognitivo que lleva al individuo al suicidio al no encontrar una mejor solución a su problema.

Se cree que después de haber intentado quitarte la vida y fallar en el intento es poco probable que la persona lo vuelva a intentar, puede que disminuya la depresión y la idea del suicidio en esta persona.

En la conducta suicida existen tres formas que realizarlo:

El gesto suicida: es la conducta mediante la cual se ingiere algún tipo de producto o algo dañino pero que sabes que no son letales, con el afán de manipular a los demás.

El intento suicida: es cuando haces el intento de suicidarte, pero que por algún tipo de ayuda o algo que no fue suficientemente letal no lo logras.

El suicidio: en esta se logró el objetivo que era quitarse la vida.

La intención de quitarse la vida es un acto que se realiza con un sentimiento de ambivalencia, por quitarse la vida, pero en el cual la conducta es auténtica.

Razones del suicidio

Sin importar cuál sea la manifestación del suicida, este siempre ocurre en un acto personal. Una manera que nos ayudaría a comprender el por qué las personas se suicidan sería diferenciar entre las condiciones que son de riesgo y las que son detonantes o precipitantes del suicido.

Los factores condicionantes son el conjunto de condiciones que han permanecido con el individuo a lo largo de su vida en el desarrollo al limitar o debilitar alguna fuerza en su estructura psicológica, y también los patrones adaptativos que podrían ser, las condiciones en que éste nació, los antecedentes familiares y de la salud, los momentos sociales, las condiciones económicas, etc.

Reyes Zubiria propone algunas condiciones que pueden inducir al suicidio:

• Problemas sexuales bien definidos.

• Algún tipo de problema grave entre el suicida y la madre/el padre, por lo que quizás alguno de los dos le impuso su personalidad.

• Un “yo” demasiado débil.

• Un problema de adicción.

• Fuertes momentos claves de desesperanza en la vida del individuo.

• Algún tipo de presentimiento o anuncio de la propia muerte.

Generalmente estas condiciones no se presentan solas, y en casos de suicidio son tan comunes que, se puede considerar el suicidio como una conducta social.

En muchas ocasiones se hace la pregunta, ¿por qué se suicida la gente? Y la respuesta nunca seria permanente ni acabada, siempre irá evolucionando y se tendrá que actualizar dependiendo las épocas y condiciones en la que nos encontremos.

Conductas autodestructivas en el ser humano

En el ser humano a menudo se llevan a cabo conductas que pueden dañar nuestro propio cuerpo, por ejemplo; fumar, beber, poner tu vida en riesgo, etc. Pero en sí la idea no es acabar con nuestra propia vida sino experimentar algún tipo de placer que estas nos puedan proporcionar. Y cuando una persona busca llevar a cabo el suicidio no busca el deleite, sino realmente terminar con el sufrimiento por el cual está pasando, busca esta manera porque la oscuridad en la que se encuentra no le permite ver otras posibles salidas.

Las terminologías más conocidas son las siguientes:

• Suicidio consumado: sus conductas autodestructivas lo llevan a la muerte.

• Suicidio frustrado: suicidio que no se lleva a cabo porque algo o alguien que no estaba en los planes del suicida se lo impiden.

• Intento de suicidio: daño autoinflingido, con diferente grado de intención de morir o lesiones.

• Ideación suicida: pauta de la persona a enfrentar los problemas que éste tenga por lo que lo lleva a pensar en suicidarse.

• Gesto suicida: amenaza de que hará algo en su contra, suele llevarse a cabo con simbolismos.

• Amenaza suicida: amenaza verbal de autodestruirse.

• Equivalentes Suicidas: automutilaciones que puede hacer la persona, poniendo en riesgo su vida.

• Suicidio colectivo: la conducta autodestructiva de varias personas, por lo general una persona es el líder y los demás sólo lo siguen.

• Suicidio oculto: actitud pasiva que puede ser reconocida o no, con la intención de terminar con su vida de una manera vedada.

• Suicidio racional: tras una larga enfermedad, la persona decide que es mejor suicidarse.

Algunas de estas mencionadas son sólo maneras de llamar la atención y algunas otras van con la intención de realmente hacerlo, por lo que de la misma manera se tiene que tener cuidado con el suicida.

Capitulo III

Lo que necesitas sobre el suicidio

En la actualidad, el suicidio es una de las principales causas de muerte entre los jóvenes

El suicidio es el asesino número dos entre los jóvenes de entre 15 y 24 años de edad, tanto en Estados unidos como en Canadá. Los accidentes, incluyendo sobredosis de drogas, accidentes de un solo automóvil, heridas por disparos de bala autoinfligidos, caídas de puentes y edificios y auto, envenenamientos, ocupan el primer lugar.

Quienes estudian los suicidios adolescentes piensan que muchas de estas muertes accidentales fueron en realidad suicidios que simularon ser accidentes. En ocasiones, la policía no califica de suicidio una muerte a no ser que la persona haya dejado una nota, y la mayoría de aquellos que se suicidan no la dejan. A veces la policía simplemente no puede estar segura de que una muerte en particular haya sido un suicidio, y duda de calificarlo como tal a no ser que esté segura.

Cada año un estimado de 500,000 jóvenes intentan suicidarse. Es difícil imaginar a un grupo tan grande, así que piensa en todos los habitantes de una ciudad como New Orleáns o Denver intentando suicidarse el mismo año. Estudio tras estudio muestra que al menos un tercio de todos los jóvenes ha pensado seriamente en quitarse la vida. El rango de edad para el suicidio está bajando, y niños cada vez más jóvenes piensan, intentan y cometen el suicidio. Se predice que durante los próximos diez años, el porcentaje aumentará más rápido entre niños de entre 10 y 14 años de edad.

Pocos suicidios suceden sin alguna advertencia

La mayoría de los adolescentes que intentan o cometen el suicidio han dejado un rastro de pistas o señales de advertencia. Han dicho o hecho cosas para comunicarles a los demás que están en problemas y que piensan en morir. Pocos adolescentes mantuvieron en absoluto secreto su intención de morir. La mayoría al menos le contó a un amigo sobre sus planes.

El suicidio es prevenible

Algunas personas piensan que si los jóvenes son suicidas, no hay manera de evitar que se quiten la vida. Muchos también creen que aquellos que no logran cometer el suicidio en el primer intento lo seguirán intentando hasta que lo logren.

La verdad es que la mayoría de los adolescentes tienen pensamientos suicidas solo una vez en sus vidas. Una gran cantidad de ellos son peligrosos para sí mismos sólo por un breve periodo de tiempo, entre 24 y 62 horas. Si alguien evita que lleven a cabo sus planes y les muestra adonde recurrir por ayuda, es muy probable que no vuelvan a intentar suicidarse en toda su vida.

Hablar del suicidio no les dará ideas a los adolescentes

Algunas personas piensan que hablar de cualquier cosa peligrosa hará que los adolescentes quieran intentarlo. La verdad es que hablar del suicidio no hace que los adolescentes quieran suicidarse. En su lugar, hablar del tema les da a los adolescentes suicidas la oportunidad de comunicar que la idea del suicidio les ha estado carcomiendo el corazón y el cerebro.

El suicidio y los comportamientos suicidas generalmente ocurren en personas con uno o más de los siguientes factores:

• Trastorno bipolar

• Trastorno límite de la personalidad

• Depresión

• Dependencia del alcohol y de las drogas

• Esquizofrenia

Cuestiones de vida estresantes, como problemas serios a nivel financiero o en las relaciones interpersonales

Las personas que intentan suicidarse con frecuencia están tratando de alejarse de una situación de la vida que parece imposible de manejar. Muchos de los que cometen intento de suicidio están buscando alivio a:

• Sentirse avergonzado, culpable o como una carga para los demás.

• Sentirse como víctima.

• Sentimientos de rechazo, pérdida o soledad.

Los comportamientos suicidas pueden ser causados por una situación o hecho que la persona ve como agobiante, tales como:

• El envejecimiento

• La muerte de un ser querido.

• La dependencia de las drogas o del alcohol.

• Un trauma emocional.

• Enfermedades físicas graves.

• El desempleo o los problemas financieros.

Los factores de riesgo del suicidio en adolescentes abarcan:

• Acceso a armas de fuego.

• Miembro de la familia que cometió suicidio.

• Antecedentes de autoagresión deliberada.

• Antecedentes de abandono o maltrato.

• Vivir en comunidades en donde ha habido brotes recientes de suicidio en personas jóvenes.

• Ruptura sentimental.

La mayoría de los intentos de suicidio no terminan en muerte. Muchos de estos intentos se llevan a cabo en una forma en que el rescate sea posible. Estos intentos a menudo representan un grito desesperado en busca de ayuda.

Algunas personas intentan suicidarse de una manera que sea menos probable de llevar a la fatalidad, como envenenamiento o sobredosis. Los hombres, especialmente los ancianos, tienen mayor probabilidad de escoger métodos violentos, como dispararse. Como resultado, los intentos de suicidio por parte de ellos tienen mayor probabilidad de consumarse.

Los parientes de personas que intentan o cometen suicidio a menudo se culpan o se enojan mucho y pueden ver el intento o el acto como egoísta. Sin embargo, las personas que intentan cometer suicidio con frecuencia creen erróneamente que les están haciendo un favor a sus amigos y parientes al irse de este mundo.

A menudo, pero no siempre, una persona puede mostrar ciertos síntomas o comportamientos antes de un intento de suicidio, entre ellos:

• Tener dificultad para concentrarse o pensar claramente.

• Regalar las pertenencias.

• Hablar acerca de marcharse o la necesidad de "dejar todos mis asuntos en orden".

• Cambio repentino en el comportamiento, sobre todo calma después de un período de ansiedad.

• Pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba.

• Tener comportamientos autodestructivos, como tomar alcohol en exceso, consumir drogas ilícitas o hacerse cortaduras en el cuerpo.

• Alejarse de los amigos o no querer salir.

• Tener dificultad repentina en el colegio o el trabajo.

• Hablar acerca de la muerte o el suicidio o incluso declarar el deseo de hacerse daño.

• Hablar acerca de sentirse desesperado o culpable.

• Cambiar los hábitos alimentarios o de sueño.

• Preparar maneras de quitarse su propia vida (como comprar un arma o muchas pastillas).

Es posible que las personas que están en riesgo de comportamiento suicida no busquen tratamiento por muchas razones:

• Creen que nada va a ayudar.

• No desean contarle a nadie que tienen problemas.

• Piensan que buscar ayuda es un signo de debilidad.

• No saben adónde acudir por ayuda.

La mayoría de las personas suicidas no están mentalmente enfermas

Debido a que la conducta suicida no es vista como algo normal o sano, muchas personas equivocadamente creen que la gente suicida debe estar “loca”. Agrupan a los suicidas junto con aquellos que padecen una enfermedad mental severa. Algunos creen que los suicidas son peligrosos tanto para sí mismos como para el resto de las personas.

Las personas suicidas podrían comportarse d manera “loca” o “enferma”, pero su conducta no necesariamente surge de una enfermedad mental diagnosticada. En su lugar, sus acciones y pensamientos son el resultado de algo que ha salido mal en sus vidas. Además, la mayoría de las personas suicidas no son peligrosas para los demás. Tal vez estén enojadas, pero su enojo está dirigido hacia ellos mismos.

Los jóvenes que intentan o cometen el suicidio o están “locos”, y por lo general no son peligros para nadie que no sean ellos mismos. La mayoría de ellos se debaten con problemas emocionales de corto plazo, que los hacen sentir suicidas por un breve periodo de tiempo. Sólo una pequeña cantidad de estos jóvenes padece de problemas físicos en el cerebro que los hacen actuar o sentirse raros por largos periodos de tiempo.

Las personas que sufren de depresión maniaca, esquizofrenia o de niveles bajos de serotonina pueden estar profundamente deprimidas o enojadas la mayor parte del tiempo, no porque sus vidas sean miserables, sino porque los químicos de sus cerebros los hacen sentir desdichados o enojados. Algunas personas que padecen de enfermedades mentales sí se suicidan. No pueden soportar vivir con sus dramáticos cambios de estado de ánimo y conductas incontrolables.

Muchas cosas llevan al suicidio

Por lo general la gente no intenta cometer suicidio porque le ha pasado una cosa. Por lo general, su acto suicida tiene lugar después de que han pasado varias cosas malas.

Se está estudiando la serotonina, un químico que se encuentra en el cerebro, a fin de conocer los posibles efectos que tiene el suicidio. Los investigadores que estudian la serotonina y el suicido han descubierto que las personas que han intentado y cometido el suicidio tienen niveles más bajos de lo normal de este químico en el cerebro. Estos investigadores piensan que la serotonina podría actuar como “freno” para los impulsos violentos, y la gente que no tiene la suficiente podría dañarse a sí misma.

Las personas que sufren de depresión maniaca, esquizofrenia o de niveles bajos de serotonina pueden estar profundamente deprimidas o enojadas la mayor parte del tiempo, no porque sus vidas sean miserables, sino porque los químicos de sus cerebros los hacen sentir desdichados o enojados. Algunas personas que padecen de enfermedades mentales si se suicidan. No pueden soportar cambios de estado de ánimo y conductas incontrolables.

Capitulo IV

“que no se culpe a nadie de mi muerte” suicidio, culpa y familia

El suicidio como elección voluntaria

Numerosos estudios señalan las circunstancias presentes en el momento del acto suicida; depresión, desesperanza, desesperación, eventos traumáticos, fracasos en varias áreas, parecen ser eventos acompañantes, pero no suficientes para explicar un suicidio. Leenars, al decir que el suicidio es un evento multideterminado, que incluye factores que no comprendemos, que quedan más allá del alcance del conocimiento subjetivo del que comete un acto suicida, y también más allá del alcance del investigador que intenta comprender la magnitud de este acto.

Los adolescentes que intentan el suicidio o se suicidarán se caracterizan por tener diversos factores de riesgo para esta conducta, entre los que se encuentran:

Provenir de medios familiares con desventaja social y pobreza educacional

• Estar más expuestos a situaciones familiares adversas que condicionan una niñez infeliz.

• Presentar mayor psicopatología, incluyendo depresión, abuso de sustancias y conducta disocial así como baja autoestima, impulsividad, desesperanza y rigidez cognitiva.

• Mayor exposición a situaciones de riesgo suicida o eventos vitales suicidógenos como las relaciones humanas tumultuosas, los amores contrariados o problemas con las autoridades policiales.

• Intentaré desarrollar cada uno de estos aspectos por separado para que el lector pueda conocerlos en detalle.

Factores individuales, familiares y transgeneracionales en el suicidio

La relación entre el suicidio, las ideas suicidas y la adolescencia se debe a las complicaciones que esa edad tiene para muchos chicos y chicas. La adolescencia es un momento de cambios muy profundos. Esos cambios se producen en todos los ámbitos. Los adolescentes viven una profunda transformación física en sus cuerpos. También pasan por un gran cambio emocional e incluso sexual. El paso de la niñez a la edad adulta que es la adolescencia tiene una complejidad que puede resultar fatal para algunos de ellos.

Pero el suicidio no es una amenaza igual de grande para todos los adolescentes. Hay algunos factores que hacen que algunos chicos y chicas tengan más pensamientos suicidas o incluso lleguen a matarse.

Los datos dicen que las niñas piensan más en suicidarse pero lo hacen menos que los chicos. Aunque ellas piensan en el suicidio en un porcentaje que dobla al de los chicos, son estos los que cometen suicidio en más ocasiones. La cifra de chicos muertos en la adolescencia por suicidio es cuatro veces mayor que la de chicas muertas a esa misma edad.

A pesar de que en ocasiones pueda parecer una decisión racional, la complejidad del suicido nos lleva a considerar la presencia de múltiples factores, tanto individuales como familiares y sociales, tanto comprensibles para la persona como desconocidos e inexplicables para ella misma y para los que están cerca de ella.

Aunque es incuestionable que los factores sociales influyen en la epidemiología del suicidio, en el grado de aceptación-rechazo a la persona, y en las formas especificas en que se lleva a cabo, cada suicidio es más que todo un evento personal, lo que nos lleva a mirar más de cerca las condiciones de vida específicas de cada sujeto. Aun así, las causas individuales no nos parecen suficientes para explicar la determinación de quitarse la vida, especialmente en niños y jóvenes.

Consideramos como muertes traumáticas a los fallecimientos ligados a intenso dolor, miedo, vergüenza, culpa, impotencia, muertes en circunstancias de mucha violencia y fallecimientos debidos a accidentes sorpresivos, que son difíciles de manejar abiertamente en el grupo familiar y afectan de diferentes maneras a cada uno de sus integrantes.

Son importantes por tanto:

• El vínculo familiar y afectivo con la persona que muere

• Las circunstancias de la muerte

• La respuesta de los padres al evento traumático

• El manejo familiar que se deriva

• La edad de desarrollo y la posición en la dinámica familiar ocupada por cada uno de los hijos.

Experiencias traumáticas colectivas y privadas.

Además de la importancia de la perdida en sí de una persona significativa, la muerte de alguien cercano puede servir como activador en contenidos familiares ligados a la idea de muerte; y el hecho de que en un grupo familiar alguien más haya pensado en el suicidio como opción u optado por éste, nos lleva a la consideración de que más que una conducta de imitación, refleja el trastorno familiar compartido por los parientes, que sirve de base para la experimentación de lo presente

Las diferencias observadas entre tentativas de suicidio y suicidios consumados han llevado a algunos investigadores a considerarlos como fenómenos con dinámicas diferentes. En muchos jóvenes las tentativas de suicidio pueden reflejar la ambivalencia hacia el acto suicida y el intento de pedir ayuda.

En cambio, en algunas personas se observa lo que parece ser una clara determinación hacia la muerte; algunas personas en riesgo de suicidio se sienten bien, sin manifestaciones de angustia o depresión, porque interiormente se han despedido de todo. Una vez que la idea de suicidarse aparece, se presenta como opción en diversas situaciones; el acto suicida no parece ser fruto de una condición actual insoportable de angustia o desesperación, sino el resultado de una idea de tiempo atrás, suspendida temporalmente, en espera del escenario adecuado para entrar en acción.

Cuando las ideas, los personajes y los escenarios están en sincronía, se lleva a cabo este drama individual, que siempre es también un drama familiar.

Los roles pueden desempeñarse de manera funcional o generar respuestas negativas, según las circunstancias familiares; por ejemplo, un hijo mayor puede desempeñarse en una posición de responsabilidad y liderazgo, o puede sentirse muy ansioso e inseguro ante las fuertes presiones familiares; un hijo menor puede mostrarse cooperador y cercano, o sentirse desamparado y con poca fuerza en situaciones difíciles.

Las funciones atribuidas a algunos hijos pueden ser complementarias, intercambiables, o ir tomándose por turnos, de acuerdo a los requerimientos derivados del crecimiento de los hijos y las circunstancias vividas por la familia. El riesgo se presenta cuando un hijo queda atrapado en su rol, llevando esto a la rigidización de tareas, características, exigencias y comportamientos.

La respuesta de los padres a las situaciones traumáticas es clave en la organización familiar que se dará, y en los patrones individuales que casa hijo desarrollará a partir de la experiencia misma y la respuesta familiar.

Cuando la experiencia sobrepasa el límite de tolerancia de uno o de ambos padres, se ve afectada su habilidad parental, tienen menos posibilidad de desarrollar una relación afectiva saludable con sus hijos, de enseñarles habilidades de sobrevivencia y relación, de apoyarlos y servirles como elemento de contención en situaciones difíciles, y de transmitirles y enseñarles estrategias apropiadas para hacer frente a situaciones estresantes.

Si uno de los cónyuges tiene un percance severo, es determinante la respuesta del otro cónyuge para salir adelante y responder adecuadamente a la situación traumática. Cuando la persona no recibe apoyo de su pareja o de sus familiares adultos, y cuando hay mucha presión sobre la pareja conyugal, se observan algunos mecanismos para evitar la ruptura y la desintegración de la pareja y la familia, entre ellos la involucración de uno o varios hijos, para apuntalar el sistema familiar.

El hijo puede ser invitado a participar en la dinámica conyugal, como un mediador entre sus padres o para llenar parte de los huecos funcionales y afectivos dejados por uno de los cónyuges. De esta manera, el hijo puede participar como un tercero que apoya, compensa, sustituye, acompaña, controla, reclama, defiende y consuela.

Los sobrevivientes al trauma y los hijos de éstos, no muestran como grupo un mayor grado de psicopatología ni caen en determinadas categorías diagnósticas. Sin embargo, se ha observado en los hijos de sobrevivientes un menor grado de diferenciación y de autonomía; dificultad para regular la agresión; mayor tendencia a experimentar ansiedad, culpa y depresión, junto con un mayor riesgo a desarrollar trastornos por estrés postraumático cuando ellos mismos se ven expuestos a situación traumática.

Capítulo V

Métodos de investigación

EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA Y RIESGO SUICIDA

Tener la posibilidad de intervenir en la atención del suicidio requiere que el especialista haga una valoración del riesgo que se corre. Reconocer un posible caso de suicidio necesita tomar en cuenta algunos elementos asociados a una forma de vida.

Evelyn May G. y Reyes Zubiría concidieron en proponer la evaluación del riesgo

de suicidio comienza con el reconocimiento de éste y los factores de riesgo

asociados con suicidio:

• Los antecedentes psiquiátricos.

• Sexo masculino (aunque la distinción en menos importante en pacientes psiquiátricos que en la población general).

• Edad: hay diferencias según el grupo de edad al que se pertenece.

• Raza: riesgo mayor en blancos.

• Diagnósticos: principalmente depresión, alcoholismo y esquizofrenia.

• Consumo excesivo de alcohol y/o drogas.

• Intentos previos.

• Posibilidades de comunicación personal.

• Pérdida vital reciente (especialmente en personas alcohólicas).

• Sentimientos de desesperanza y baja autoestima.

• Adolescentes: historia de abuso de sustancias y problemas conductuales.

• Red social de apoyo deficiente.

• Naturaleza de los juicios valorativos.

• Pérdidas recientes.

Una evaluación precisa del riesgo de suicidio debe incluir una historia psiquiátrica detallada, historial familiar y examen mental.

El riesgo suicida se debe evaluar permanentemente en cada contacto con el paciente, pues los pensamientos suicidas pueden fluctuar en el tiempo.

FACTORES PRECIPITANTES

Durkheim, Ruiz Harrell plantea que los seres humanos no tenemos límites a nuestros deseos y que a sociedad no sólo marca dichos limites, sino también pone fronteras y nuevas jerarquías a nuestros deseos y valores. Pero que cuando estos límites ya no sirven con contención, el ser humano queda a merced de sus propios recursos y de las fuerzas que lo mantienen vivo e impulsan su existencia.

Se han generado varias propuestas de clasificación de los factores desencadenantes o precipitantes al suicidio:

• Problemas de la pareja y/o familiares.

• Enfermedades psiquiátricas (depresión o algunas adicciones).

• Dificultades personales.

• Problemas laborales y/o económicos.

• Enfermedad física.

• Problemas escolares o de algún otro tipo.

• Asuntos amorosos y conflicto sexual.

• Esfuerzos para prevenir la separación de la familia.

En resumen, para evaluar el riesgo de suicidio se plantea ola siguiente lista:

• Edad y sexo.

• Estado civil.

• Empleo.

• Salud física y mental.

• Historia previa.

• Desesperanza.

• Duelo.

• Estrés.

• Conflictos interpersonales.

• Evidencias biológicas.

• Identificación y genética.

Factores de riesgo de suicida

• Existencia de antecedentes de conducta suicida previa.

• Presencia de patología psiquiátrica que confiera vulnerabilidad.

Dichos factores adquieren importancia si están las dos primeras: sexo masculino, soltería, adultez o edad avanzada, viudez o separación, desempleo, enfermedad médica crónica y acontecimientos vitales negativos.

Factores asociados a reintento

• Ideas suicidas.

• Trastorno del ánimo: depresión.

• Trastornos por consumo de alcohol y otras sustancias.

• Trastorno de pánico.

• Trastorno de conducta alimentaria.

• Trastornos de la personalidad.

• Esquizofrenia.

Indicadores psicológicos de riesgo suicida

• Desesperanza y conducta suicida.

• Factores cognitivos.

• Riesgos y dimensiones de la personalidad.

• Aumentan el riesgo: rasgos antisociales, impulsividad, hostilidad, agresividad, pesimismo, baja autoestima y consumo excesivo de drogas.

• Disminuyen el riesgo: rasgos histriónicos de la personalidad.

• Eventos vitales y apoyo social en la conducta suicida.

• Problemas más eventos negativos: rupturas afectivas, acontecimientos adversos, dificultades familiares, de pareja y de muerte de pareja.

• Estresores que dependen de la etapa vital.

• Red social.

Sin entrar en muchos detalles, basta decir que en los casos de suicidio y tentativa suicida, incluso en los de ideación suicida, los factores que más resaltan son los problemas familiares, las enfermedades mentales (se incluyen las adicciones y la depresión) y los problemas laborales y económicos, en un orden que varía según el grupo de la edad. Las causas menos frecuentes, pero que no dejan de ser importantes son los problemas amorosos, los problemas sexuales y las enfermedades físicas.

En el caso de los problemas escolares, estos son más frecuentes en el grupo de edad de niños y adolescentes. Cabe señalar que en ninguna de las propuestas se mencionan las condiciones de abandono y de soledad que la gente puede experimentar, ni se mencionan las condiciones de desarraigo que pueden generar gran soledad, ni la falta de un soporte espiritual definido que puede ser de mucha ayuda.

PSICOPATOLOGÍA DE L A CONDUCTA SUICIDA

Esta psicopatología puede tener dos tipos clínicos: uno agudo, llamado síndrome presuicida, que se presenta de forma aguda en las crisis depresivas, y el otro es la conducta suicida como estilo de vida y que es el rasgo patológico de los trastornos severos de la personalidad.

La psicopatología de la conducta suicida se caracteriza por la depresión aguda severa con sentimientos de devaluación, desamparo, desesperanza , culpabilidad, rabia, impotencia y angustia intensa, cuya evolución es acompañada de ideas suicidas y acopio de medios para autolesionarse, en un medio familiar desorganizado y caótico con ausencia de red social de apoyo, todo esto entremezclado con manifestaciones de cuatro trastornos subyacentes los depresivos, los esquizofrénicos, las demencias y delirios, el alcoholismo y las adicciones. También cabe señalar la presencia de la depresión enmascarada, que se puede manifestar por patrones de comportamiento caracterizados por actividad intensa y una alegría superficial o no autentica, que puede darla falsa impresión e que no hay problema alguno.

La depresión también puede esconderse tras una aparente recuperación de las actividades diarias. Se puede plantear de manera que pareciera que la persona tiene una motivación para recuperar lo cotidiano de la vida y pudiera ser que la persona en realidad puede estar pasando por un momento de gestación de la energía necesaria para efectuar el acto suicida.

Existen casos en los que los posibles suicidas dan señales de sus intenciones y perciben cierta presencia social de sus allegados, sus intentos serán más difusos pero no menos letales. En casos como esos lo más crítico es que no siempre los más allegados al potencial suicida están dispuestos a reconocer los riesgos de ciertas formas de relaciones familiares, personales o de estilos de vida.

NOTAS SUICIDAS

Hay una fuente importante, pero no siempre presente, para comprender el suicidio son las notas que algunos suicidios dejan. En ellas existe una fuente invaluable de expresión de sentimientos y emociones.

Schwartz y Jacobs, plantean que “… las notas suicidas son una exposición

espontánea de los pensamientos y emociones de las victimas acerca del

acto que pretendía realizar…”

Sin embargo, no siempre se hace una nota suicida, ya que en muchas ocasiones no sabría el suicida a quien dirigirle la nota, o que sería exactamente lo que le querría decir.

En cambio, respecto a las personas que dejan una lista de cosas por considerar, difícilmente se puede asumir que llevaron a cabo un acto suicida espontáneo e impulsivo. Dado esto, se puede pensar que quien tiene un momento para escribir tiene el suficiente control para comunicar algo que aquellos que no escriben nada.

Schwarts y Jacobs señalan lo importante que es reconocer que en su gran mayoría las notas suicidas parecen racionales y coherentes y no resulta fácil reconocer los factores inconscientes del suicidio que, además, pueden ser verificados. Esto hace pensar que si el suicidio realmente fuera un acto de locura ¿podría haber una coherencia, o encontrarse con cierta regularidad una racionalidad en lo escrito por el suicida?

Se elaboró una investigación de 112 jóvenes en intento suicida o suicidado y se corroboró algo que suele confirmarse en la práctica clínica: en la mayoría de las notas está implícita o explícita la noción de los autores de las notas “no deseaban que las cosas sucedieran de este modo, pero. . .” desde esta expresión se considera que los suicidas se ven a sí mismos como inocentes, pero también saben que son percibidos como violadores de la confianza, pues quienes los rodean desde fuera no sabe cómo se siente por dentro y por eso no comprenden sus actos. En el acto del suicidio, el suicida ve la libertad potencial que tanto ha buscado en la vida.

Puede ser que al momento de leer las notas suicidas pareciera que ya no existiera el sufrimiento o el problema se hubiera solucionado, aun cuando sea tentativamente. En algunas notas se puede incluir mensajes que:

• Se recrimina a algo o alguien.

• Se solicita perdón por el acto a cometer y el daño causado.

• Se solicita apoyo parar dejar las cosas en orden.

• Se expresa el deseo de reencontrarse con alguien querido.

• Se reconoce un sentimiento de fracaso personal.

• Simplemente se despiden del mundo.

Los escritos de los menores y adolescentes suelen mostrar más resentimiento, odio, culpa e incluso agresión.

En realidad no hay mucha información metodológicamente sustentada para investigar las notas suicidas.

Bibliografías:

Richard E. Nelson, Judith C. Galas (2004)

Mi amigo habla de suicidarse.

Un manual de prevención para jóvenes

Panorama editorial

Ana María Chávez Hernández (2005)

Elección final

Ensayos sobre suicidio y Eutanasia en el mundo contemporáneo

Universidad de Guanajuato

Buendía V., (2004)

El suicidio en adolescentes:

Factores implicados en el comportamiento suicida

Ed. Universidad de Murcia

Quintana F. (2007)

Comportamiento suicida

Ed. Pax México, S.A.

México, D.F.

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