Psicología

“ATAQUE AL VÍNCULO”

Utiliza el término “vínculo” porque considera la relación del paciente con una función más que con el objeto que desempeña esa función; le interesa no sólo el pecho o el pene o el pensamiento verbal, sino su función de proporcionar un vínculo entre dos objetos.

Considera como prototipos de todo vínculo el pecho y el pene primitivo, pues coincide con Melanie Klein en los siguientes aspectos: a) las fantasías infantiles de ataques sádicos al pecho, b) la escisión, c) la identificación proyectiva y, d) los estadios tempranos de complejo de Edipo. Así mismo, considera los ataques fantaseados al pecho como el prototipo de todos los ataques a objetos que sirven de vínculo y la identificación proyectiva como el mecanismo utilizado por la mente para deshacerse de fragmentos del yo producidos por su propia destructividad.

Con respecto a la relación con el paciente, menciona que la propensión del paciente a atacar el vínculo entre dos objetos, se ve simplificada porque el analista establece un vínculo con el paciente a través de la comunicación verbal, y la relación creativa dependerá por esto.

Los ataques al vínculo se originan en lo que Melanie Klein llama la fase esquizoparanoide. Este período está dominado por relaciones con objetos parciales. Si se tiene en cuenta que el paciente establece una relación de objeto- parcial con él mismo, y también con objetos que no forman parte de él, se comprenden frases como “parecería”. Cuando el paciente dice “parecería” se refiere muchas veces a un sentimiento –un sentimiento de “parece”- que forma parte de su mente y sin embargo no es sentido como parte de un objeto total.

Esta relación de objeto-parcial no se establece con las estructuras anatómicas, sino con la función, no con la anatomía sino con la fisiología, no con el pecho sino con la alimentación, el envenenar, el amar, el odiar.

Vuelve nuevamente a Melanie Klein, tomando de esta, que la importancia del uso excesivo de la escisión y de la identificación proyectiva para producir una personalidad muy perturbada. También habla de la “introyección del objeto bueno, en primer término el pecho de la madre, como prerrequisito para un desarrollo normal”. Por su parte, Bion supone que existe un grado normal de identificación proyectiva, que junto con la identificación introyectiva, constituye el fundamento para el desarrollo normal.

Con respecto a la relación entre paciente y analista, o niño y pecho, considera que el mecanismo que se usa de manera excesiva es la identificación proyectiva y que estos ataques destructivos contra ese vínculo se originan en una fuente externa al paciente, trayendo esto como consecuencia un deterioro de su proceso de desarrollo.

Las características innatas y el rol que desempeñan en la producción de ataques por parte del niño contra todo lo que lo vincula al pecho, es decir a la agresión primaria y a la envidia. La gravedad de estos ataques se ve aumentada si la madre manifiesta un tipo de incomprensión, y se ve disminuida, si la madre puede introyectar los sentimientos del lactante y permanecer equilibrada. En un niño psicótico la gravedad permanece

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