¿Qué es el estructuralismo?

¿Qué es el estructuralismo?

Es un método que se centra en los elementos fundamentales del pensamiento, la conciencia, las emociones y otras clases de estados y actividades mentales (Feldman, 2006). También es un elemento que estudio la mente y la experiencia consciente: de esas percepciones, por medio de la introspección. Desde luego se constituye por ser un fundamento de la percepción, es decir, de la consciencia, el pensamiento, las emociones y otros estados y actividades mentales.

Wilhelm Wundt (1832-1920) es considerado el padre de la psicología experimental y creador del primer laboratorio de psicología en Leipzig, Alemania. En 1879, la mayoría de sus estudios tenían como objetivo calcular el tiempo de reacción. Editó la primera revista del mundo de psicología y escribió un libro clave en la Historia de la Psicología titulado “Principios de la Psicología fisiológica”.

Después de Wilhelm Wundt llegó Edward Bradford Titchener (1867-1927), discípulo de Wundt, fue quién propiamente introdujo el estructuralismo. Para Titchener el estructuralismo lo relacionaba como un método empleado en sus investigaciones ya que fue utilizado de manera introspección analítica, que se refería a un autoexamen de nuestros propios estados emocionales y nuestros procesos mentales. Para el estructuralismo su objeto de estudio se conformaba en la conciencia y en la idea principal de los estructuralistas porque se basaba de un elementalísimo y el asociacionismo. Por tanto, la mente o conciencia inmediata no es algo sustancial, sino un proceso, de hecho, los elementos simples e irreductibles son aquellos que descansa toda la actividad mental tales como: la sensación, el sentimiento y la imagen.

Incluso, el estructuralismo tiende a ser método de investigación por la introspección, aunque en un tiempo este componente no dispuso de suficiente confianza o recursos que pudieran aumentar su validez a través de las ideas. La observación interior variaba de unas personas a otras y por ello, esto se dependía de la “habilidad” de los sujetos para convertir sus ideas en un contenido verbal; porque de ello se requería de una reflexión sobre sus estados de ánimo o su conciencia, dejando de este modo un sesgo que causaba una necesidad de seguir buscando respuestas ante la evolución mental del ser humano.

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