Reporte de Lectura Psicología Humanista

Reporte de lectura No. 1

El texto pretende ofrecer una visión crítica de la Psicología Humanista, haciendo especial énfasis en seis cuestionamientos sobre descubrir soluciones constructivas a diversos problemas de psicología como disciplina o ciencia, de las cuales me centraré en el cuestionamiento número cuatro. “¿Podemos idear una filosofía de la educación y métodos de educación que sean congruentes con nuestro interés por el ser humano? ¿Podemos en forma efectiva poner en marcha tal filosofía y tales métodos de trabajo?”

Considero que una visión tan idealizada de la educación, forzosamente implica enfrentarse a innumerables problemas, de los cuales enumeraré sólo algunos, considerados, a mi parecer, como los más imperantes en el quehacer docente.

• El proceso de enseñanza-aprendizaje no siempre es percibido de forma semejante por todos sus alumnos, es decir, cada alumno posee un nivel distinto y único de aprendizaje e incluso del mismo profesor (enfoque existencial humanista). Por lo tanto, el maestro debe desarrollar la capacidad de implementar diversas estrategias, técnicas y situaciones que favorezcan el aprendizaje de “todos” sus alumnos.
• Un clima de seguridad o disciplina no es siempre idóneo para facilitar el aprendizaje (enfoque conductual). Se debe poner mucho cuidado en tratar de determinar en qué momentos, y hasta qué punto, se debe intervenir, para lograr que los alumnos se sientan con libertad en el aprendizaje. Sin embargo, esa seguridad puede no ser lo ideal para un aprendizaje situado, pues mientras lo que es favorable para algunos, para otros puede ser agobiante debido a que, como lo señala R. May, “el ser humano es un ser viviente cuyo comportamiento está en constante y continuo cambio, y posee la capacidad única de ser consciente de su existencia dinámica”, es por ello que el docente debe ser capaz de identificar tales cambios en sus alumnos y permitirles sentirse seguros en distintos escenarios de aprendizaje.
• Determinar las calificaciones o notas académicas. El profesor que trabaja tanto en instituciones públicas como del sector privado y que centra su atención en la persona (enfoque existencial humanista), está inmiscuido en un engranaje de requerimientos, procedimientos y normas que se contraponen; por un lado el sistema le exige que evalúe a los alumnos de forma objetiva, para determinar con un número si el alumno ha adquirido o no un nivel mínimo o suficiente de conocimientos; mientras que por el otro, se le pide evaluar de una manera formativa considerando aspectos cualitativos e integrales. Es donde el profesor entra en un dilema de mediar ambas exigencias para conjugar una y otra perspectiva tan extremadamente opuestas.
• Por último, otro aspecto que, en mi opinión, limita enormemente una aplicación de una filosofía y métodos de educación congruente, es que la enseñanza de contenidos es “opcionalmente impuesta”; aunque se mencione que existe una autonomía parece evidente que la asimilación necesaria y suficiente de ciertos contenidos debe respetarse, mientras que otros, por sus características “menos relevantes” se prestan a una mayor flexibilidad. Por lo cual, el docente debe discernir entre los más y menos importantes para propiciar una “autonomía de curricular”.

En lo que respecta a mi opinión, la congruencia entre la filosofía y métodos de la educación, el interés por el ser humano y la efectividad de ponerlos en marcha dentro del trabajo educativo, radica y se enfatiza en lo que puede o no realizar el mismo profesor, ya que él es quien necesariamente debe implementar dicha congruencia con sus propias acciones y decisiones, debatiéndose a sí mismo qué es lo que es mejor para su quehacer docente.

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