Rol Del Hombre En La Sociedad

Todos actuamos y nos comportamos de diversas maneras, siendo influenciados ya sea por el contexto temático o situacional en el cual nos encontremos y por supuesto que por la forma en que acostumbramos desenvolvernos, actuando de acuerdo a nuestros valores, creencias, educación y en algunos casos herencia, pero de manera muy independiente a lo que nosotros hacemos y cómo actuamos, la sociedad siempre espera y esperará algo de nosotros, implicándonos un comportamiento regido por nuestro género, esperando que pongamos en práctica una serie de comportamientos que por a, b o c motivos son los calificados idóneos para “ser”, ello es un rol, sin embargo, cuando pienso respecto de nuestra tardía inserción en la sociedad y de cómo a pasos agigantados hemos ido avanzando, con ello creo que los roles han cambiado, sobre todo el de la mujer y cada día vamos por más.

Si hacemos el ejercicio de imaginar una familia, es inevitable imaginarla con un padre que cumple el rol trabajador y protector y a una madre que está en la casa cumpliendo roles domésticos y afectivos, por supuesto que con todas las deformaciones que suscita la sociedad, sin embargo, más allá de nuestras retrogradas imaginaciones teñidas por los medios de comunicación de masas, hay gente que vive y piensa diferente, teniendo la astucia de atreverse a hacerlo.

Sin tener mucho que ver con las herramientas que debiese poner a disposición de mi escritura, me resulta imposible superar la idea de no tener que poner sobre el papel partes del escrito “Ser hombre, Ser mujer” simplemente me superan las frases como: “Por cada mujer cansada de ser calificada de "hembra emocional", hay un hombre a quien se le ha negado el derecho de llorar y ser delicado. Delimitando absolutamente el rol de “protección” del hombre y el rol de la “emocionalidad” a la mujer, “Por cada mujer que se siente atada por sus hijos,

hay un hombre a quien se le ha negado el placer de la paternidad” y “Por cada mujer que da un paso hacia su propia liberación, hay un hombre que redescubre el camino hacia la libertad” (María José Arana)

Luego de esto, no puedo preguntarme otra cosa más que ¿Qué hemos permitido que la sociedad haga con nosotros y las futuras generaciones? Francamente no me sorprendería escuchar que no importa porque “Chile va al mundial” si hemos sido capaces de aceptarlo todo ante nuestras caras, una respuesta así sería afín…

Si recorro en mi mente lugares donde se alojan los más antiguos recuerdos, encuentro vagos pensamientos del jardín infantil, siempre me sentí muy deferente a mis compañeros, no por poseer un título de niña índigo ni mucho menos, sino que algo tan habitual como solamente ver mamás en lugar de encontrarme con un escenario algo más equitativo, más adelante y con los años en reuniones de apoderados, prácticamente (por no decir solamente) rodeadas y plagadas de mujeres y yo solo con mi papá y así suma y sigue y a lo que realmente quiero llegar con tanto recuerdo, no es precisamente a la oculta intención de narrar mi vida, sino que sustentar mi pensar y opinar desde vivencias reales y no desde la ideología donde todo parece perfecto.

Lo usual de una familia, que se cumplía en todas o casi todas como un patrón repetitivo, no se encontraba en la mía y todo esto no por tener la desgracia de no tener mamá, porque gracias a la divinidad que sea siempre he tenido la dicha de tenerla conmigo, sin embargo, en esta familia se vivió con particularidades que la hicieron una muy diferente, sobre todo calculando la época en que esto sucedía, comienzos de los años 90’s dando la bienvenida a la democracia y como se vivía en aquellos renombrados tiempos, mi mamá decide que por nada del mundo se quedaría en la casa

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