Ser Feliz

Hola Niña Hermosa,

Yo no era feliz, no sabía cómo serlo, tenía todo en la vida, pero un día decidí buscar la felicidad, algo que no encontraba en mis estudios, en mi profesión, en mi trabajo, en mi familia, etc. Viajes a tantas partes buscando esa felicidad, hasta que llegue a tarapoto, lleno de angustia y estrés. Hasta que sucedió algo.

Era de noche. Y decidí salir a caminar a la plaza de Armas de tarapoto, fue allí cuando te vi. Me senté a observarte, yo en la plaza y tu detrás de esos espejos donde se deslumbra una hermosa chica, sentado suspire una y otra vez.

Estabas tú allí atendiendo a unas damas cuando de lejos pude apreciar tu hermoso cabello lacio y tus lindos ojos oscuros.

Se fueron todos y quedaste tu y parecía que tu observabas por el vidrio hacia el lugar donde yo estaba, por un momento me alegre tanto, y lo repetías una y otra vez, como si me observaras fue allí cuando entendí que no fue real lo que estaba viviendo, me di algunas palmaditas en el rostro para poder estar estable nuevamente, fije nuevamente mi mirada en ti y te vi con un pequeño niño haciéndole jugar, te admire por un rato hasta que te diste la vuelta nuevamente y me hice como si no te estuviera observándote, luego te mire y estabas allí saltando con una sonrisa hermosa de un lugar a otro como una niña esperando con ansiedad un regalo.

¡Como lo disfrute! ¡Eres una ganadora! Verte alegre así, me hizo entender algo de la felicidad.

Cuando al fin te cansaste saliste a sentarte afuera con dos damas, mirando fijamente hacia donde yo estaba, te sentaste en el lumbral de la entrada de la tienda, mirándome. Esa no era una conducta normal, así que empecé a hablarte dentro de mi imaginación.

--Hola…..Niña hermosa……Soy yo. Tu admirador secreto. Estoy aquí muy asustado.

Fijaste nuevamente tu mirada en mí como para ponerme atención; trague saliva; ¡que niña más extraña!, ¿no serás un extraterrestre?

--¿Sabes por qué estoy en Tarapoto? Porque después de tanto trabajar en varias partes, decidí buscar la felicidad, último me aburrí de vivir y trabajar en Yurimaguas así que vine a tarapoto. No se estar tranquilo. No tengo paz…. Y muchas veces soy un gruñón. Desde que tengo uso de razón siempre he sufrido estrés, por muchas cosas raras que me pasaron desde que era niño y hasta el día de hoy me siguen estos recuerdos, más malos que buenos. Es así que algunas de las cosas raras es que crecí rodeado de personas mayores (buenos y malos) donde el cual me ayudo mucho a madurar, además teniendo un tono de mi piel trigueño me decían “El negro que habla claro”. Esto me hizo un gruñón y bravo competidor para todos, estudiaba más que todos y peleaba por cualquier cosa. Acumule mucho resentimiento y para entonces mi felicidad era sobresalir en todo, en mi vida he alcanzado metas altas. Pero ¿para qué? Estoy muy cansado de ir de un lugar a otro, a los veintitrés años ya me siento viejo. ¿Lo puede creer? Soy muy infeliz. Tengo tanta angustia acumulada…….. No sé si pueda ser un buen amigo para ti……….

Te volteaste parecía que te aburrías de lo que decía. Me quede callado.

Aquella noche sentado en la plaza y tu aun sentada con tus amigas en el lumbral de la tienda de Chocolate. No pare de contemplar tu sonrisa y tu felicidad natural, entendí entonces el sentido de la vida.

Te levantaste con un gran salto de alegría por una amiga que llegaba, lo saludaste y te fuiste con ella……..

--Me pare y di un grito muy fuerte dentro de mí: Hey niña hermosa, no te vayas.

Te detuviste y diste la vuelta, y por arte de magia volviste a la tienda y luego apuntaste hacia el lugar donde estaba y fue extraño pero cruzaste la pista con tu amiga con una actitud de enfrentarme y decirme por qué rayos no me dejas en paz.

--Escúchame. Quiero confesarte algo. No

...