Sigmund Freud, la sexualidad infantil

Sigmund Freud, la sexualidad infantil.

Sigmund Freud explica con mucha razón y estudios las etapas de la sexualidad infantil, algo que en aquella época daba miedo investigar y sería nuevo para la gente que no estaría de acuerdo. Freud se opuso a todo aquello y empezó a explicar con interés y pasión todo lo que conlleva, consecuencias y demás.

El descuido de lo infantil:

La opinión popular de que la pulsión sexual falta en la infancia  y solo despierta en la pubertad  no solo es un error, el culpable de la ignorancia acerca de las bases de la vida sexual.

La amnesia infantil:

Cubre los primeros años de vida hasta los 6 u 8 años. Convierte la infancia de cada individuo en un tiempo anterior y le oculta los comienzos de su propia vida sexual. Las impresiones olvidadas son determinantes para todo el desarrollo posterior.

El período de latencia sexual:

El neonato trae consigo gérmenes de mociones sexuales que siguen desarrollándose durante cierto lapso, recién hacia los 3 ó 4 años su sexualidad se expresa de manera observable.

Las inhibiciones sexuales: Durante los periodos de latencia total o parcial se producen los poderes que inhibirán y dificultarán la pulsión sexual: el asco, la vergüenza, los ideales estéticos y la moral.

Formación reactiva y sublimación: Un proceso que merece el nombre de “sublimación”. Las mociones sexuales infantiles, serian por una parte inaplicables, pues las funciones de la reproducción están diferidas, lo cual constituye el carácter principal del periodo de latencia. Partirían de  zonas erógenas y se sustentarían en pulsiones que dada la dirección del desarrollo del individuo solo provocaría displacer.

Rupturas del periodo de latencia: De tiempo en tiempo irrumpe un bloque de exteriorización sexual que se ha sustraído a la sublimación, o cierta práctica sexual se conserva durante todo el periodo de latencia hasta el estallido reforzado de la pulsión sexual en la pubertad.

Las exteriorizaciones de la sexualidad infantil:

El Chupeteo: Se presenta con frecuencia junto una pulsión de presión.

El chupar con placer se combina con el frotamiento de ciertos lugares sensibles del cuerpo, y es usual que muchos niños pasen del chupeteo a la masturbación.

Autoerotismo: El niño prefiere una parte de su propia piel, porque le resulta más cómodo y así se independiza del mundo exterior, al que aún no puede dominar.

La meta sexual de la sexualidad infantil:

Zonas erógenas: Cualquier sector de la piel o mucosa puede prestar los servicios de una zona erógena, para lo cual es forzoso que conlleve una cierta aptitud.

Meta sexual infantil: Sustitución de la sensación de estímulo proyectada sobre la zona erógena por aquel estimulo externo que la cancela al provocar la sensación de la satisfacción.

Las exteriorizaciones sexuales masturbatorias:

Activación de la Zona anal: Los niños activan la estimulación erógena de la zona anal reteniendo las heces hasta que ello les provoca fuertes contracciones musculares que al pasar por el ano producen estímulos sobre la mucosa.

El contenido de los intestinos es tratado como parte de su propio cuerpo y representa el primer “regalo” (expresan obediencia o desafío hacia el medio). Luego cobra el significado de “hijo”.

Activación de zonas genitales: Las activaciones de esta zona erógena, que corresponde a las partes sexuales reales, son el comienzo de la posterior vida sexual normal. 

Debido a las estimulaciones producto del cuidado corporal estas zonas serán estimuladas placenteramente y se despertará en el lactante la necesidad de repetición.

Mediante el onanismo del lactante se establece el fututo primado de esta zona erógena para la actividad sexual.

La acción que elimina el estímulo y produce la satisfacción se establece mediante frotación con la mano (niños) o apretando los muslos (niñas).

La segunda fase de la masturbación infantil:

Esta fase dejará las más profundas (inconscientes) huellas en la memoria, determinando tanto el carácter de las personas sanas como la sintomatología de los neuróticos.

Retorno de la masturbación de la lactancia:

Causada por factores internos y externos. Entre los factores externos está la influencia de la seducción por parte de un adulto o de otro niño, aunque otorga que no es necesaria para despertar la sexualidad del niño, pudiendo tener ésta causas internas.

Disposición reversa polimorfa: Bajo la influencia de la seducción, un niño, en quien no se han formado los “diques” (vergüenza, asco y la moral) puede convertirse en un perverso polimorfo, siendo encaminado a practicar todas las trasgresiones posibles.

Pulsiones parciales:

La vida sexual infantil involucra desde el comienzo a otras personas como objetos sexuales.

Las pulsiones del placer de ver, de exhibir y de crueldad aparecen con cierta independencia con respecto de las zonas erógenas, y sólo después se relacionarán con la vida sexual genital.

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