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Teoria Social

arcabuzx2 de Diciembre de 2012

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Interaccionismo Simbólico.

Una perspectiva teórica y metodológica estrechamente relacionada con la investigación cualitativa y la orientación comprensiva, es el interaccionismo simbólico, cuya pregunta esencial es "qué conjunto común de símbolos han emergido para darle sentido a las interacciones de la gente"? El interaccionismo simbólico es simultáneamente una corriente teorética y un marco metodológico en ciencias sociales. Al igual que otras perspectivas, presenta una amplia gama de exponentes. Se basa principalmente en los aportes de George Herbert Mead (1934)y en cierta medida en los escritos de Charles Horton Cooley (1902),John Dewey y W.I.Thomas (1928).Más recientemente las ideas del interaccionismo simbólico se ven representadas por la perspectiva aportada por Herbert Blumer (1969).

Según el interaccionismo simbólico, el significado de una conducta se forma en la interacción social. Su resultado es un sistema de significados intersubjetivos, un conjunto de símbolos de cuyo significado participan los actores. El contenido del significado no es más que la reacción de los actores ante la acción en cuestión. La consciencia sobre la existencia propia se crea al igual que la consciencia sobre otros objetos; o sea, ambas son el resultado de la interacción social.

El interaccionismo simbólico pone así gran énfasis en la importancia del significado e interpretación como procesos humanos esenciales. La gente crea significados compartidos a través de su interacción y, estos significados devienen su realidad. Contra este transfondo debe entenderse la expresión de Mead acerca de la relación entre el yo y el contexto social: "debemos ser los otros si queremos ser nosotros mismos." La interacción social ocurre primero y crea la autoconsciencia y la capacidad de reflexionar. Sólo a través de la reacción de los demás ante mí mismo, o sea ante mi conducta así como es concebida por los otros, tengo yo una chance de descubrirme yo mismo como objeto y sujeto al mismo tiempo. O como en la terminología de Mead, como un "mí" que se contempla a sí mismo y es contemplado por otros y como un "yo" que observa y actúa. O bien, como también lo expresan los interaccionistas simbólicos, mi yo es el cuadro que yo confronto de mí mismo y que proviene de las reacciones de los demás ante mis propias acciones. Un yo implica necesariamente la existencia de otros como miembros de la interacción, puesto que se crea y mantiene a través de interacción.

El yo o la identidad no es por tanto mas que una relación. De allí que en el interaccionismo simbólico no se estudian las cualidades del individuo sino que su relación con los otros. La unidad de investigación mínima es por tanto dos individuos en interacción. A partir de lo ya expuesto puede quedar en evidencia uno de los potenciales peligros del interaccionismo simbólico: concebir a la persona como un cuadro en blanco que con posterioridad es escrito, rellenado por el contexto social y físico. Hay por tanto una forma de determinismo pasivo que constituye una debilidad en el planteamiento teórico del interaccionismo simbólico. El aporte de Mead es justamente el insistir en la existencia de un sujeto activo, que elige, que al mismo tiempo que es determinado por las experiencias de la interacción social, tiene las posibilidades de distanciarse de sus propios actos.

Es por eso que para Mead, la psicología social tradicional partía de la psicología del individuo para explicar la experiencia social; Mead, en cambio, dio siempre prioridad al mundo social para comprender la experiencia social. Mead lo explica así: En psicología social no construimos la conducta del grupo social en términos de la conducta de los distintos individuos que lo componen; antes bien, partimos de un todo social determinado de compleja actividad social, dentro del cual analizamos (como elementos) la conducta de cada uno de los distintos individuos que lo componen. Es decir intentamos explicar la conducta del individuo en términos de la conducta organizada del grupo social en lugar de explicar la conducta organizada del grupo social en términos de la conducta de los distintos individuos que pertenecen a él. Para la psicología social, el todo (la sociedad) es anterior a la parte (el individuo), no la parte al todo; y la parte es expresada en términos del todo, no el todo en términos de la parte o las partes.

Tradicionalmente la sociología ha intentado explicar los fenómenos sociales en términos supraindividuales, por ejemplo en términos de conflictos de clases, o expresiones culturales o ver la acción individual como resultado de un sistema normativo general. El accionar de los individuos se explica a partir de relaciones estructurales, a partir de posiciones sociales o roles que cumplen en la estructura social. Sin embargo, para el interaccionismo simbólico la sociedad no está principalmente constituida por "clases", "sistema normativo" "posiciones". Esos conceptos son abstracciones sin sentido en la medida que no pueden ser conectados directamente a los actos y experiencias de las personas que son las partes realmente constitutivas de una sociedad.

No se puede en el interaccionismo simbólico usar algún concepto que no se pueda definir operacionalmente. Esto implica que lo que se estudia es la conducta externa del organismo, al mismo tiempo que conceptualmente debemos detenernos en el individuo. Esto nos entrega por tanto los componentes principales del análisis del interaccionismo simbólico: el símbolo y el individuo. Todo otro concepto analítico como por ejemplo clase social, debe ser llevado al accionar del individuo.

El conductismo psicológico influencia fuertemente en Mead. De hecho, Mead llamó a sus planteamientos un conductismo social, para diferenciarlo del conductismo radical de John W.Watson, el cual enfatiza la relación estímulo-respuesta. El interaccionismo simbólico reacciona contra el modelo de comportamiento tipo estímulorespuesta, puesto que la gente interpreta estímulos y son esas interpretaciones las que moldean su accionar. En este contexto se puede afirmar que el uso de métodos estandarizados no nos asegura la obtención de información valedera.

Mead y el conductismo radical difieren en su visión de la relación entre conducta humana y conducta animal. Mientras que para el conductismo radical se tiende a no ver diferencias entre seres humanos y animales, Mead señala que hay una cualidad que hace que la diferencia sea significativa: la capacidad mental que permite a la gente usar el idioma entre el estímulo y la respuesta, en orden a decidir cómo responder. Además, plantea Mead, los seres humanos no pueden ser vistos como unidades motivadas por fuerzas externas o internas más allá de su control o dentro de los confines de una estructura más o menos fija. Ellos deben más bien ser vistos como unidades reflexivas e interactuantes. La habilidad de pensar implica que los individuos actúen más bien reflexivamente.

El interaccionismo simbólico enfatiza que la sociedad debe ser estudiada a partir de las perspectivas particulares, propias de los miembros de la sociedad. La idea es estudiar la vida social así como sucede, como es concebida por y para los miembros de la sociedad, al mismo tiempo que se rechaza cualquier intento de forzar el entendimiento de la realidad social a través del uso de modelos teóricos predeterminados.

Así, la interacción social existe como realidad antes del nacimiento del individuo, y éste debe ser socializado en ella. Si la persona quiere poder actuar conscientemente, pensar sobre sus acciones pasadas, hacer prognosis sobre acciones futuras, tanto propia como de los demás, debe estar consciente acerca de su contexto inmediato donde ella se encuentra. Debe estar consciente acerca de sí misma como un ser entre otros en ese medio ambiente.

Un aspecto central en la teoría de Mead es la unión de la consciencia y la sociedad. El yo es por tanto en alto grado un producto social, pero al mismo tiempo es el yo el que recrea y mantiene el orden social. La sociedad, en otras palabras, es en alto grado un producto humano.

Esta interacción dialéctica entre el individuo y la sociedad constituye el fundamento de sociología del conocimiento del interaccionismo simbólico.

En esta perspectiva para Mead debe la consciencia de la persona, sus pensamientos y sentimientos, estar en el centro del estudio social, de manera de que la forma de su estudio esté basado en observaciones de las actividades sociales cotidianas, en hechos al alcance de todos. La consciencia, pensamientos y sentimientos, deben ser estudiandos como hechos irreductibles y de acuerdo a sus propias condiciones.

Así, para el interaccionismo simbólico la sociología debe desarrollar una perspectiva propia y no imitar a las ciencias naturales, única manera de poder captar lo que es específico en el mundo social.

Ideas fundamentales de Mead

El acto

Mead considera el acto como la «unidad más primitiva» de su teoría (1982:

27). No es en sí un fenómeno emergente, sino la base de toda emergencia. En otras palabras, el acto es la base de donde emergen todos los demás aspectos del análisis de Mead. Es en su análisis del acto cuando Mead se aproxima más al enfoque del conductista y se centra en el estímulo y la respuesta. Ahora bien, Mead creía que el estímulo no provocaba una respuesta automática e irreflexiva en el actor humano. Como señaló: «Concebimos el estímulo como una ocasión u oportunidad para actuar, no como una compulsión o mandato» (1982: 28).

Mead

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