Teorias De La Personalidad

CAPITULO I

TEORIAS DE LA PERSONALIDAD

(SIGMUN FREUD – CARL JUNG)

SIGMUN FREUD

Si pudiéramos cambiarle el nombre fácil seria sustituirlo por el padre del psicoanálisis, pues de hecho lo fue y al escuchar este título difícilmente dejaríamos de pensar en Freud. Este neurólogo austriaco impacto al mundo en cada uno de sus trabajos y bien sea para criticarlo o desarrollar su trabajo, necesariamente hay que partir de sus teorías. Cuán difícil es hablar de psicología sin dejar de mencionar a Sigmun Freud. Pues iniciaremos investigando un poco más de su legado y en esta ocasión los compararemos con su discípulo Carl Jung.

Recordemos sobre Sigmund Freud.

Fue un austríaco neurólogo que se hizo conocido como el padre fundador del psicoanálisis . En la creación del psicoanálisis , un método clínico para el tratamiento de la psicopatología a través del diálogo entre el paciente y el psicoanalista, Freud desarrolló técnicas terapéuticas como el uso de la asociación libre (en el que los pacientes informan sobre sus pensamientos sin reservas y en cualquier orden en que se producen de manera espontánea) y descubrió la transferencia (el proceso en el que los pacientes se desplazan a sus analistas sentimientos derivados de las experiencias sexuales y fantasías de la infancia), el establecimiento de su papel central en el proceso analítico.

La redefinición de la sexualidad que incluya sus formas infantiles de Freud le llevó a formular el principio central de la teoría psicoanalítica, el complejo de Edipo . Su análisis de la de sus pacientes propios y sueños como cumplimientos de deseo le proporcionó los modelos para el análisis clínico de la formación de síntomas y los mecanismos de represión, así como una mayor elaboración de su teoría del inconsciente (termino que descubrió pero lo popularizó) como un organismo perjudicial de los estados de conciencia de mente. Freud postuló la existencia de la libido , la energía con la que el proceso y las estructuras mentales se invierten y que genera archivos adjuntos eróticas y una pulsión de muerte, la fuente de la repetición, el odio, la agresión y la culpa.

La obra de Freud se basó en la teoría psicoanalítica para desarrollar una interpretación amplia y crítica de la religión y la cultura. El psicoanálisis sigue siendo influyente dentro de la psiquiatría y en las humanidades.

Teoría de la Personalidad según Freud.

Ciertamente que no podemos entender la teoría de la personalidad de Freud si no iniciamos entendiendo lo que es el inconsciente y el consciente para Freud. La mente consciente es todo aquello de lo que nos damos cuenta en un momento particular: las percepciones presentes, memorias, pensamientos, fantasías y sentimientos. Cuando trabajamos muy centrados en estos apartados es lo que Freud llamó preconsciente, algo que hoy llamaríamos “memoria disponible”: se refiere a todo aquello que somos capaces de recordar; aquellos recuerdos que no están disponibles en el momento, pero que somos capaces de traer a la conciencia. Actualmente, nadie tiene problemas con estas dos capas de la mente, aunque Freud sugirió que las mismas constituían solo pequeñas partes de la misma.

La parte más grande estaba formada por el inconsciente e incluía todas aquellas cosas que no son accesibles a nuestra consciencia, incluyendo muchas que se habían originado allí, tales como nuestros impulsos o instintos, así como otras que no podíamos tolerar en nuestra mente consciente, tales como las emociones asociadas a los traumas.

De acuerdo con Freud, el inconsciente es la fuente de nuestras motivaciones, ya sean simples deseos de comida o sexo, compulsiones neuróticas o los motivos de un artista o científico. Además, tenemos una tendencia a negar o resistir estas motivaciones de su percepción consciente, de manera que solo son observables de forma disfrazada.

Una vez que podemos entender el valor que Freud da al consciente y sobre todo al inconsciente, podemos trabajar en la estructura que uso para desarrollar su teoría.

Estructuras de la personalidad (Ello, Yo, Súper-Yo)

Ello, Yo y Superyó, son conceptos fundamentales en la teoría del psicoanálisis con la que Sigmund Freud intentó explicar el funcionamiento psíquico humano, postulando la existencia de un "aparato" psíquico que tiene una estructura particular. Sostuvo que este aparato está dividido, a grandes rasgos, en tres instancias, el Ello, el Yo y el Superyó, que sin embargo comparten funciones y no se encuentran separados físicamente. A su vez, gran parte de los contenidos y mecanismos psíquicos que operan en cada una de estas entidades son inconscientes.

• El Ello o id: Su contenido es inconsciente y consiste fundamentalmente en la expresión psíquica de las pulsiones y deseos. El Ello es la parte primitiva, desorganizada e innata de la personalidad, cuyo único propósito es reducir la tensión creada por pulsiones primitivas relacionadas con el hambre, lo sexual, la agresión y los impulsos irracionales. Comprende todo lo que se hereda o está presente al nacer, se presenta de forma pura en nuestro inconsciente. Constituye, según Freud, el motor del pensamiento y el comportamiento humano. Opera de acuerdo con el principio del placer y desconoce las demandas de la realidad. Para Freud, la mayor parte del Ello es desconocida e inconsciente. Reservorio primero de la energía psíquica, representa la arena en la que se enfrentan pulsiones de vida (Eros) y de muerte (Thanatos).

El ello es el contenido latente de la personalidad, lo tengo en la mente pero no lo manifiesto.

• El Superyó: (Pre consciente) Instancia moral, enjuiciadora de la actividad yoica. El Superyó es para Freud una instancia que surge como resultado de la resolución del complejo de Edipo y constituye la internalización de las normas, reglas y prohibiciones parentales. (Razonamiento y Juicio) (lo moral y lo ético)

El Superyó es la parte que contrarresta al ello, representa los pensamientos morales y éticos recibidos de la cultura. Consta de dos subsistemas: la "conciencia moral" y el ideal del yo. La "conciencia moral" se refiere a la capacidad para la autoevaluación, la crítica y el reproche. El ideal del yo es una autoimagen ideal que consta de conductas aprobadas y recompensadas.

El Superyó

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