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Trastorno De La Personalidad Dependiente

Juan152418 de Diciembre de 2013

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ÍNDICE

DEDICATORIA.

TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD POR DEPENDENCIA

I). DEFINICIÓN

El trastorno dependiente de la personalidad es un tipo de trastorno de la personalidad del grupo C (desórdenes ansiosos o temerosos). Estos individuos tienen una necesidad general y excesiva de que se ocupen de ellos (comportamiento de sumisión o adhesión), además de un gran temor de separación.

Es una afección de salud mental en la cual las personas dependen demasiado de otras para satisfacer sus necesidades físicas y emocionales.

Un trastorno de personalidad dependiente se caracteriza por una constante necesidad de recibir cuidados y atención de los demás y por sentimientos de impotencia y un profundo temor al abandono, es decir, se caracteriza por un patrón general de una excesiva necesidad general de que se ocupen de uno, que ocasiona una comportamiento de sumisión y temores de separación. Las personas que sufren de este trastorno a menudo son consideradas "pegajosas" o susceptibles al sobre-dependencia de los demás en su vida.

Las personas que sufren este trastorno, son personas que no pueden tomar decisiones sin consultar. Temen equivocarse y piensan que esto sería catastrófico. Tienden a estar siempre de acuerdo con los demás. No suelen iniciar proyectos por su cuenta ni tener iniciativa. Aceptan hacer cosas que le desagradan para conformar a los demás .Se viven como desvalidos y están incómodos si se encuentran solos. Terminar una relación íntima los destroza. Las críticas o la desaprobación los hiere. Se enferman con facilidad, son somatizadores. Muchos fóbicos tienen este tipo de personalidad. Tiende a ser sumiso, discreto, infantil. Se ven a sí mismos como : necesitados, débiles, desvalidos , incompetentes y ven a aquel con el que se pegan como seguro, fuerte, a diferencia de los evocativos que no se comprometen con nadie, éstos funcionan bien mientras estén acompañados de alguien fuerte.

Creen que no pueden sobrevivir sin el otro, realmente sienten que necesitan apoyo y protección. Es común en mujeres que sienten que no pueden vivir sin un hombre al lado. Son las que se sienten morir si las abandonan. La estrategia que utilizan en la vida es someterse para atar al otro. La gran amenaza es el rechazo y el abandono. Predomina en ellos LA ANSIEDAD.

Las personas con trastorno dependiente han tenido a menudo padres que les han protegido demasiado, subrayando más los peligros derivados de sus decisiones que los beneficios. La sobreprotección de los padres ha fomentado comportamientos pasivos. A menudo la única fuente de estimulación en el medio ha sido la madre. Estas personas han desarrollado un apego inseguro a la madre, lo que les lleva a sentir más ansiedad al separarse de ella. A menudo han sufrido una enfermedad crónica en la niñez o en la adolescencia, y no han tenido satisfacción suficiente o han tenido demasiada satisfacción en la fase oral. Respondiendo a frustraciones y gratificaciones excesivas en la niñez, han desarrollado un carácter oral pasivo, lo que a menudo se traduce en debilidad de carácter y tendencia al alcoholismo.

Los patrones de figuras protectoras que ha introyectado la persona dependiente le conducen a la elección de compañeros protectores y a la dependencia hacia cualquier figura protectora, más que hacia figuras concretas de apego. Muestra incertidumbre y zozobra ante la necesidad de diferenciarse de los otros y muestra asimismo dificultades en el afianzamiento de la identidad personal. Es evidente la ansiedad que muestra en el proceso de diferenciación. Vive la diferenciación como una pérdida. Se siente ansiosa ante la soledad y eufórica en compañía de figuras protectoras. Vive anclada en el dilema de una dependencia o una independencia plena, sin términos medios de mayor o menor dependencia.

Al no haber desarrollado una personalidad autónoma, se muestra indecisa, conformista y con poco sentido crítico ante las figuras protectoras. Está más orientada hacia las necesidades y deseos de las personas que ama que a las suyas propias. Es vulnerable ante la crítica de los demás y teme el fracaso.

Su personalidad se caracteriza por la falta de autoestima, de autoconfianza y de asertividad, por la necesidad de afecto y por el menosprecio de sí mismo. Se muestra humilde, amable, fiel, viscosa, cordial, generosa. Desarrolla a menudo trastornos psicosomáticos.

Tanto la personalidad evitadora como la dependiente tienen falta de seguridad y miedo a la crítica. El evitador tiene mucha necesidad de protección y afecto, pero no se suele fiar de los demás. El dependiente, en cambio, se fía de ellos. El evitador se aleja de los demás y se aísla prediciendo la exclusión. El dependiente, en cambio, teme encontrarse solo, se fía de los demás y busca su protección.

Las personas con un trastorno de la personalidad por dependencia como se describió anteriormente, se caracterizan, tal como su nombre indica, por una excesiva dependencia de otras personas en cuestiones fundamentales de la vida. Tienen una actitud esencialmente pasiva, dejando que sean los otros los que asuman sus responsabilidades y decidan continuamente por ellos, especialmente cuando se trata de asuntos importantes.

Esta alteración se da con más frecuencia entre las mujeres y obedece a una profunda inseguridad, a una gran falta de confianza en uno mismo, como consecuencia de una pobre valoración de las propias capacidades y de la propia valía en general.

Al considerarse inútiles, incapaces de poder decidir o resolver cualquier cuestión de mediana dificultad o importancia, prefieren que sean los demás los que actúen por ellos, los que les digan lo que tienen que hacer. Su dependencia de los otros, suele llegar hasta el punto de solicitar que les digan en que deben trabajar, qué deporte han de realizar, cómo se deben divertir, o con quién se tienen que relacionar.

De este modo se establece una estrecha dependencia de ciertas personas sin cuya ayuda les resulta imposible vivir, pasándolo mal cuando estos se ausentan durante pequeños periodos de tiempo. Esta situación les lleva a mostrarse con aquellos de los que dependen con extraordinaria amabilidad y consideración, procurando acomodarse plenamente a todos sus deseos y caprichos; incluso en muchos casos, son capaces de soportar todo tipo de abusos y humillaciones con tal de poder continuar así y no verse obligados a regir su propia vida, lo cual les parece algo totalmente imposible y aterrador.

Este trastorno de la personalidad se corresponde con las descripciones que Adler hizo sobre el tipo de carácter neurótico en el cual la persona se resigna, asumiendo plenamente su sentimiento de inferioridad como algo evidente e inevitable, con lo cual se comporta como tal, mostrando permanentemente su incapacidad y con la sensación de no ser merecedor de nada.

A pesar de todo lo anterior, suelen vivir angustiados, pensando en lo que podían ser de ellos si la persona de la que depende muere o les abandona. Lo cual, junto con su inseguridad, y pobre imagen que tienen de sí mismo, facilitan que estas personas puedan padecer, además de este trastorno de la personalidad, trastornos de ansiedad y trastornos depresivos, a veces muy graves.

II). CARACTERÍSTICAS

Las principales características de la personalidad dependiente son:

• Excesiva y generalizada necesidad de ser cuidado que conduce a una conducta sumisa y dependiente y el miedo a ser abandonado.

• Se perciben a sí mismos como inadecuados y desvalidos y por ello, incapaces de enfrentarse al mundo solo. El mundo es un lugar frío y solitario donde manejarse uno solo es imposible. Así que reclaman la constante presencia de otra persona. Piensan: “no puedo sobrevivir sin alguien que se haga cargo de mi”, “si mi pareja o padres o amigo me dejan no podré seguir adelante yo sola”

• Son personas que se caracterizan por ser pasivas, sumisas y dóciles. Tratan constantemente de agradar al otro para no ser abandonadas. De ahí que la asertividad y la confrontación con el otro están excluidas de su repertorio conductual. Prefieren la armonía en sus relaciones, y cuando se producen desacuerdos tienden a disculparse inmediatamente, incluso aunque no haya sido su culpa.

• Sus gestos, voz y amaneramientos ocultan una gran falta de confianza en sí mismos, pueden hablar tan suavemente que ni siquiera se les oiga. A veces incluso se vuelven infantiles para atraer el cuidado de los demás.

• Son personas ingenuas, confiadas en los demás, su actitud es muy ingenua a la hora de enfrentarse a las dificultades interpersonales, quitando importancia a los problemas y suavizando las situaciones perturbadoras.

• Al dejar su vida en manos de su pareja, pueden abrumar al otro con sus demandas, volviéndose vulnerables al abandono.

• Exigen activamente que se les acompañe a cualquier sitio al que acuden.

• Reacios a tomar decisiones cotidianas a menos que cuentes con el consejo y apoyo de otras personas. Prefiere que sean los demás los que tomen las decisiones importantes por ellas.

• Suelen

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