Trastornos de Ansiedad
betzabegeraldine30 de Abril de 2013
5.074 Palabras (21 Páginas)284 Visitas
Trastornos de Ansiedad
¿Es normal sentir ansiedad?
Llamamos ansiedad normal a un conjunto de emociones y manifestaciones físicas que se presentan cuando nos enfrentamos (o nos estamos por enfrentar) a situaciones nuevas, o de exigencia. La "ansiedad normal" nos ayuda a adaptarnos a estas situaciones de manera tal que podamos obtener la respuesta más adecuada para las mismas. En este sentido, es beneficiosa, ya que nos permite alcanzar mejor los objetivos que nos planteamos en la vida.
Sin embargo, cuando los síntomas ansiosos se vuelven excesivos y difíciles de controlar, pueden llegar al punto de interferir seriamente en nuestras actividades diarias (trabajo, vida social, de pareja, etc.). En este caso estamos en presencia de un cuadro de "ansiedad patológica", que suele necesitar tratamiento médico y psicológico para su resolución.
Se clasifican en:
• Trastorno de Pánico: Es un trastorno en el cual la persona ha sufrido uno o más ataques de pánico, seguido de la preocupación por sufrir un nuevo ataque, y las consecuencias que el mismo podría depararle. La crisis o ataque de pánico se caracteriza por su comienzo brusco y una duración de sólo algunos minutos. De modo súbito surge un temor intenso, que se acompaña de algunos de los siguientes síntomas: temblor, taquicardia, mareos, sensación de desmayo, sensación de muerte, despersonalización, sensación de falta de aire, de dificultad para tragar, trastornos gastrointestinales y cosquilleos o parestesias. Por lo general, el Trastorno de Pánico se acompaña de Agorafobia, que es el temor a descomponerse en un lugar donde resulte difícil escapar u obtener ayuda, en el hipotético caso de sufrir una crisis de pánico.
Ver más...
• Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG): el TAG se caracteriza por presentar como síntoma principal un estado de preocupación permanente, invasiva y difícil de controlar, con una duración de al menos seis meses. Los focos de preocupación son los habituales en la población (salud, economía, seguridad, desempeño laboral, problemas hogareños, etc.), pero su intensidad es desproporcionada. Se acompaña de sueño no reparador, concentración dificultosa, irritabilidad, impaciencia y contracturas musculares.
Ver más...
• Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC): En el TOC, los individuos sufren de frecuentes obsesiones. Es decir, pensamientos recurrentes, que se presentan en contra de la voluntad del sujeto, pero que este no logra apartar con facilidad de su mente, a pesar de enormes esfuerzos, y de reconocer muchas veces lo absurdo de los contenidos de dichas obsesiones. Los temas más frecuentes : temor a la contaminación o al contagio, necesidad de determinado orden y pulcritud, temor de lastimar a alguien de modo impulsivo o inadvertido, etc. Las compulsiones (lavarse las manos repetidamente, tocar o alinear algunos objetos en especial, pensar o repetir determinadas frases o palabras, etc.) se presentan como un intento de aliviar la ansiedad despertada por las obsesiones.
Ver más...
• Trastorno de Ansiedad Social: Su principal característica es el miedo intenso y persistente a situaciones sociales o actuaciones en público por temor a que resulten embarazosas. La exposición a tales situaciones produce casi invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad, que puede tomar la forma de una crisis de pánico, o síntomas característicos tales como rubor, transpiración profusa de manos, temblor, palpitaciones, etc. Este temor excesivo y desproporcionado conduce a estas personas a la evitación de buena parte de su interacción social, lo cual les ocasiona un serio deterioro en la calidad de vida.
Ver más...
• Trastorno por estrés postraumático: Suele ocurrir luego de la exposición a un trauma intenso, tal como presenciar una muerte, sufrir la muerte violenta de un ser querido, ser víctima de un ataque con peligro para la propia vida, o verse en medio de un desastre natural (terremoto, etc.) Sus principales síntomas son tres: revivir el evento traumático, a través de pesadillas o flashbacks; conductas evitativas, tales como evitación de situciones o lugares relacionadas con el evento traumático; y embotamiento emocional. Se acompaña también de síntomas que reflejan una elevada ansiedad, como irritabilidad, impaciencia e inquietud.
• Fobias Específicas: Las personas que sufren este desorden presentan un temor intenso, desproporcionado e irracional a determinados objetos o situaciones claramente discernibles y circunscriptas, tales como animales (arañas, ratas, aves, o animales domésticos) lugares cerrados o elevados, etc.
Quienes lo padecen reconocen lo inadecuado de sus temores, que por otra parte, los lleva a instrumentar conductas evitativas tendientes a sortear un posible encuentro con el estímulo desencadenante de su temor.
• Aerofobia (miedo a volar): El temor de emprender un viaje en avión es muy común. Muchas personas refieren inquietud con relación a volar. Encontramos aquellos a los que dicha perspectiva les produce una ligera inquietud, que normalmente se disipa luego del despegue (diversas encuestas encontraron que sólo un 5% de quienes vuelan lo hacen sin ningún tipo de temor o inquietud).
• Estrés de la Vida Cotidiana: Permanentemente, en nuestra vida cotidiana, nos encontramos sobrecargados de exigencias derivadas de diferentes situaciones estresantes: problemas laborales y económicos, exámenes, discusiones con nuestra pareja o familia, aumento de precios, disminución de sueldos, falta de trabajo, etcétera, lo que nos demanda un gran esfuerzo de adaptación, generando además conflictos con nuestros allegados y con nosotros mismos, incluyendo un gran desgaste de nuestro organismo.
La Crisis de Pánico
Una persona va caminando tranquilamente por la calle. O manejando su auto. Quizás no va pensando en nada en particular. Repentinamente comienza a sentir palpitaciones, parece que el corazón va a saltar de su pecho..., siente un miedo intenso a morir, desesperación, necesidad de escapar. Enseguida nota que le cuesta respirar, y un mareo le hace pensar que podría desvanecerse. Queda paralizado por el miedo. No comprende lo que ocurre, pero se siente en peligro.
Llamamos crisis o ataque de pánico a la aparición repentina de miedo intenso, acompañado de algunos de los siguientes síntomas:
1. Palpitaciones, o aumento de la frecuencia cardíaca.
2. Sudoración.
3. Temblores o sacudidas musculares.
4. Sensación de ahogo o falta de aire.
5. Sensación de atragantarse.
6. Opresión en el pecho.
7. Nauseas o molestias abdominales.
8. Inestabilidad, mareo o sensación de desmayo.
9. Sensación de irrealidad o de despersonalización.
10. Miedo a perder el control o volverse loco.
11. Miedo a morir.
12. Sensación de hormigueo.
13. Escalofríos o sofocaciones.
Deben presentarse por lo menos cuatro de los síntomas típicos para diagnosticar un ataque. Además, deben irrumpir de modo brusco, alcanzando su máxima intensidad en los primeros 10 minutos aproximadamente, para luego decrecer en forma rápida.
Cuando las Crisis se repiten
"Y si me ocurre de nuevo? Y si me desmayo o me mareo en la calle y nadie me ayuda? O peor, manejando mi auto. Es mejor que ya no salga solo."
Luego de las primeras crisis, se instalan un intenso temor a que las mismas se repitan en cualquier momento, y una preocupación constante por las consecuencias que podrían generar.
"¿No iré a tener un ataque al corazón? ¿Tendré algo en la cabeza? Me estaré volviendo loco? Tengo que ir al médico cuanto antes."
Su comportamiento comienza a cambiar con relación a la posibilidad de tener una crisis. Comienza a adquirir una serie de conductas de reaseguro y a limitar cierto tipo de actividades cotidianas que ahora considera riesgosas.
Cuando ocurre todo lo mencionado, estamos en presencia de un Trastorno de Pánico, el cual debe ser tratado en forma oportuna por un profesional idóneo en la materia.
Las primeras consultas
La persona cree estar teniendo una enfermedad física, motivo por el cual comienza una ronda de consultas por distintas especialidades médicas, con la expectativa de encontrar una causa orgánica que explique los síntomas que padece. Visita al clínico, al cardiólogo, al neurólogo, al endocrinólogo... En cada caso se llevan a cabo distintos exámenes, análisis, radiografías, incluso tomografías computadas. La respuesta suele ser siempre la misma: "usted no tiene nada, son sus nervios". Afortunadamente, en los últimos años la situación tiende a cambiar, siendo cada vez más los médicos capaces de sospechar el diagnóstico de Trastorno de Pánico y orientar así a sus pacientes hacia una derivación correcta.
El miedo al miedo
Si el trastorno de pánico no es tratado adecuadamente, la persona que lo sufre suele restringir cada vez más sus actividades fuera de su casa. Resulta habitual que ya desde el principio de la evolución, se evite el uso de trenes, colectivos y subtes, así como el ir solo por la calle, alejarse de su casa, o concurrir a lugares cerrados o con mucha gente, como cines, teatros, shoppings, etc. Luego puede ocurrir que resulte muy atemorizante incluso el quedarse en su casa solo, sin compañía. En casos extremos pero no excepcionales, ha habido personas que no han salido de sus hogares por meses, o incluso años.
En muchos pacientes, las crisis hace ya mucho
...