VIOLENCIA, ETIOLOGIA Y ANTECEDENTES

Introducción.

La violencia desde tiempo atrás, se ha considerado como una problemática latente en diferentes aspectos y contextos, debido a las dimensiones y naturaleza de la violencia, ha sido necesario desarrollar estrategias de prevención, así como grupos de apoyo y organizaciones para víctimas de la misma.

Si bien, no existe un concepto único de violencia, el entendimiento y definición se interpretan depende el uso y características en donde se ejerza. La Organización Mundial de la Salud  (OMS) define la violencia como: El uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones. Al mismo tiempo, divide la violencia en tres categorías generales, según las características al ser cometida:

• Violencia autoinflingida: comportamiento suicida y autolesiones.
• Violencia interpersonal; violencia familiar, a menores, pareja, mayores de edad y personas sin parentesco.
• Violencia colectiva, con tintes políticos, sociales y económicos.

De acuerdo a la definición anterior, se puede interpretar como algo complejo que desprende una pluralidad de situaciones, contextos y actores. Parte de las estadísticas estatales, por cada 100,000 habitantes se registraron en 2019,  25,381 casos de prevalencia delictiva que afecta a hogares y empresas. Los principales reportes de hechos violatorios, registrados en organismos públicos de derechos humanos en entidades federativas, son las trasgresiones al derecho de la libertad y seguridad de la persona (18,157), trasgresión al derecho a no ser sometido a tortura o a tratos o penas crueles, inhumanos o denigrantes (12,110).

Marco teórico.

Origen de la violencia.

Las huellas más antiguas de violencia de las que se tiene registro, son resultantes de prácticas como  el canibalismo; observado de osamentas humanas  en la era paleolítica, si bien dicha práctica  de esa época está ligada al instinto de supervivencia, el proceso de consumir a la víctima arroja la pregunta si los perjudicados eran asesinados meramente para el consumo alimentario o no. Pues de ser así, el acto violento se convierte en un proceso individual que  involucra un conflicto entre víctima y agresor.  La normalización de la violencia en eras antiguas era debido a costumbres y tradiciones de rituales como sacrificios y tortura; sin embargo en el apogeo de las civilizaciones, algo característico de esta índole, son las conquistas, es decir la necesidad de control y sometimiento de un grupo contra otro, con el objetivo de expandir territorio y obtener bienes.

Llevando el concepto de violencia a un punto de vista antropológico, se puede decir que la aplicación de la misma es un asunto meramente evolutivo, es decir, una herramienta que permite la supervivencia y el manejo de las situaciones y la naturaleza en pro de uno mismo. No obstante, investigadores y sociólogos no concuerdan con dicha descripción, pues se mantiene separada la violencia con el uso intencionado de la misma aplicando crueldad y furia por placer.

Si efectivamente la violencia tiene sus componentes hereditarios o genéticos y que se manifiesta como un instinto de sobrevivencia, es necesario tener en cuenta el componente cultural, pues el contexto en donde se desarrolle el individuo influye de manera directa en el aprendizaje y manifestación de conductas violentas.

Concepto de agresión y violencia.

Si bien, se considera a la violencia como una acción natural de actuar o proceder por el resultado de una conducta inadapta; es necesario clarificar el concepto de agresividad, teniendo en cuenta que es una tendencia a presentar comportamientos dañinos o lesivos que permite distinguir entre individuos, según la manifiesten en mayor o menor grado (Tobeña, 2003: 52).

Partiendo de una diferenciación entre violencia como un acto cultural que depende del potencial de agresividad, que se modela por factores culturales; y a la agresividad como un impulso presente en todos los seres humanos por tener componentes genéticos.  Dentro de la agresión se pueden marcar tres categorías funcionales, tanto ofensivas como defensivas; la agresión protectora, dirigida a detener una amenaza a la supervivencia; agresión parental, es una extensión de la protectora, pues está diseñada a desviar una amenaza sobre la prole; y la agresión competitiva, pensada en satisfacer las amenazas al bienestar, la comodidad o el estatus social, esta se justifica por poseer y conservar recursos como comida, sexo y espacio. Las dos primeras formas son inherentes a todo individuo y forman parte de la supervivencia, sin embargo, la tercera es la que puede realmente propiciar un acto violento ya que depende de aspectos externos como el alimento que cuyo límite se establece en la satisfacción.

Teorías y factores de desarrollo.

De acuerdo con Ruiz (2002), dentro de las teorías que se han formulado para explicar el origen o el porqué de la violencia humana, pueden identificarse, al menos, tres escuelas de pensamiento cuyos principales argumentos al respecto pueden resumirse de la siguiente manera:  

Teorías biológicas: afirman que la violencia es un instinto que se desarrolla tanto individual como colectivamente. Estas teorías desestiman el papel de la cultura, de la moral y de la racionalidad como agentes decisivos para evitar las conductas de agresión y violencia.

Teorías psicosociales: a) ambientales reactivas -entienden la violencia como una respuesta reforzada positivamente en el ambiente que rodea al organismo -a un estímulo condicionado al que se asocian afectos aversivos -a la imitación de conductas ajenas reforzadas y a una situación que produce bloqueo de meta; b) socioafectivas -enfatizan la experiencia social sin negar el componente biológico y entienden la violencia como un deseo de destrucción.  

Teorías estructurales: “entienden esta [la violencia] como producto de los sistemas políticos y económicos, de modo que la responsabilidad no la asumen los individuos, sino la estructura social a la que pertenecen” (Ruiz, 2002, págs. 3, 4).  

        Si bien al hablar de violencia se puede hacer relación de una  causa – efecto, sin embargo existen probabilidades y factores que favorecen el desarrollo de la violencia, de manera que entre más factores se presenten simultáneamente, mayor probabilidad hay de que el fenómeno se produzca.

        Algunos tipos de factores asociados o que favorecen el desarrollo de la violencia humana son:

• Factores relacionados con la posición y situación familiar y social de los individuos: Edad, sexo, educación, socialización, consumo de alcohol y drogas
• Factores sociales, económicos y culturales: Desempleo, pobreza, hacinamiento, desigualdad social, exclusión, violencia en los medios de comunicación y cultura de la violencia.
• Factores contextuales e institucionales: Guerra, tráfico de drogas, corrupción, disponibilidad de armas de fuego, entre otras.

Algunos indicadores de alerta de existencia de violencia son:

• Elevado grado de control, la pareja pide explicaciones sobre lo que hace y ejerce un control en diferentes aspectos. (control de teléfono, círculo social, vestimenta, economía, Etc)
• Elevado grado de intimidación o celos, atemoriza con miradas o gestos.
• Aislamiento, prohibición de salidas, reuniones y diversas relaciones.
• Constante culpabilización, le consiga a la víctima responsabilidad de las fallas dentro de la relación.
• Abuso de poder y pensamiento narcisista, consigna de órdenes y reglas en favor al victimario, se realizan comentarios despectivos y denigrantes de la pareja.

Contextualización, tipos y modalidades de la violencia.

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