ANTIGUO TESTAMENTO

I. Introducción

¿POR QUÉ ESTUDIAMOS EL ANTIGUO TESTAMENTO?

Este curso tiene como propósito enseñarte un método para estudiar la Biblia, un método que te ayudará a entender mejor el plan de Dios, que se ha manifestado en los eventos del pasado, del presente y del futuro.

Nuestra intención al escribir este curso, no fue hacer un estudio analítico de cada libro de la Biblia, sino un resumen general de toda la Palabra de Dios. Es por eso que no nos hemos detenido en detalles; de haberlo hecho así, no habríamos alcanzado nuestro objetivo.

Este curso no pude sustituir la lectura de la Palabra de Dios ni de cualquier libro de estudio acerca de la Biblia, pues lo que hace es simplemente presentar las enseñanzas básicas de la Biblia desde el Génesis hasta Crónicas, en forma de comentario. Cuando cada estudiante complete este curso, no sólo tendrá un conocimiento básica acerca de la estructura y el contenido de la Biblia, sino que verá la Palabra de Dios desde otra perspectiva, desde un punto de vista general, por lo que entenderá mejor el plan de Dios.

A. La Biblia: “la biblioteca divina”

La mejor forma de empezar a estudiar geografía, es mirando un mapa o un globo terráqueo; de esta forma uno puede darse cuenta del lugar que ocupan los continentes y los mares dentro del planeta. Si todos los estudiantes de la Biblia tuvieran una “visión global” de las Escrituras y supieran el contenido general de la Biblia antes de empezar a estudiarla, sabrían que aunque ella está compuesta por muchas “piezas diminutas”, todas esas piezas forman parte de un “todo”. ¿Sabías que la Biblia no es un libro, sino una “colección de muchos libros” Pues, sí ¡La Biblia es la “biblioteca divina”! Contiene 66 libros: 39 forman parte del Antiguo Testamento, y 27 del Nuevo Testamento. Aunque sólo tiene un autor, Dios, la Biblia fue escrita por al menos 40 escritores, provenientes de muchos lugares diferentes que vivieron en diferentes épocas (hasta cientos de años de diferencia entre uno y otro) y pertenecieron a diferentes clases sociales. La Biblia contiene más de 1600 años de historia; pero aunque la Biblia contenga historia, no por eso es un libro de historia; también es un libro de leyes y un libro de poesía; un libro que registra las biografías de muchas personas, cartas, oraciones, profecías y muchas cosas más. La Biblia es dogmática, didáctica, práctica, y hasta profética, porque predice los eventos del futuro. Ella es en sí misma una “universidad de literatura”, “una colección de libros totalmente inspirada por Dios”. ¡Cuán afortunados deberíamos sentirnos de tener en nuestras manos tan preciada colección de libros, tan especial posesión!

B. Cristo: la clave de la Biblia.

Todas las enseñanzas de la Biblia podrían resumirse en una sola palabra: Cristo. Leamos lo que dice en Lucas 24:17, 44; Juan 1:45 y 5:39; y en Hebreos 10:7.

El Antiguo Testamento nos conduce a Cristo, y el Nuevo Testamento empieza en Él y fluye de Él. El Antiguo y el Nuevo Testamento se unen en Cristo. Es decir, Cristo une al Antiguo Testamento con el Nuevo. Si Jesucristo no hubiera venido, el Antiguo Testamento no habría sido escrito, y el Nuevo Testamento no existiría. ¡Cristo es el centro de la Palabra de Dios! ¡Sin Él, la Palabra de Dios no tendría ninguna razón para existir!

Si Jesucristo no hubiera venido, el Antiguo Testamento sería únicamente un libro lleno de profecías sin cumplir; un libro de ceremonias inexplicables, y de ritos y sacrificios religiosos sin importancia. ¡La gente de este mundo seguiría clamando para que Dios contestara sus oraciones! Sin embargo, Cristo vino a este mundo, murió y resucitó, y regresará en toda su gloria un día de estos. ¡Ahora podemos entender mejor el plan de Dios y las razones por las cuales sucedieron los eventos del pasado, los del presente y los del futuro!

La Biblia describe la historia de la raza humana (desde Adán hasta Abraham); la historia de la raza escogida (desde Abraham hasta Jesucristo); y la historia de la iglesia (desde Jesucristo hasta nuestros días).

C. La Biblia no estaría completa sin el Antiguo Testamento.

Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento fueron inspirados por Dios y forman parte de las Escrituras. El Nuevo Testamento no reemplaza al Antiguo Testamento, más bien lo complementa:

1. El Antiguo Testamento profetizó que vendría nuestro Señor Jesucristo.

2. El Nuevo Testamento es el cumplimiento de las profecías escritas en el Antiguo Testamento.

D. Si no existiera el Antiguo Testamento, el ministerio de Jesucristo sería como un rompecabezas sin resolver.

Jesucristo dijo: “… no soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel”.

Mateo 15:24. ¿Era Jesucristo el Mesías tan esperado por los judíos? ¿Por qué murió como murió? Isaías 9:6-7 e Isaías 53 presentan algunas de las características del Mesías.

E. El Cristianismo tiene sus raíces en el Judaísmo.

El Cristianismo no surgió de una nube de polvo, ni emergió de la nada. Mucho tiempo antes de que Jesucristo viniera a este mundo, Dios se había movido en medio de los hombres y había vivido en medio del pueblo de Israel, sin embargo “… cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la Ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos”. Gálatas 4:4-5.

F. En el Antiguo Testamento hay revelaciones de Dios muy importantes.

Conocer el Antiguo Testamento es estar familiarizado no sólo con las prácticas religiosas que allí se describen, sino también con la cultura, la política y la geografía del Antiguo Testamento. El Antiguo Testamento era “la Biblia” de los tiempos del Señor Jesucristo, de los apóstoles y de los escritores del Nuevo Testamento; por eso cada vez que ellos hablaban o escribían, se referían a la historia y a las enseñanzas del Antiguo Testamento.

El Antiguo Testamento revela la forma en que Dios se movió durante mucho tiempo a través de diferentes personas y naciones. La Biblia podría ser llamada “La historia de la redención”, porque Dios interfiere directamente en el curso de la historia, para redimir al ser humano y acercarlo a Él.

El Espíritu Santo inspiró a los escritores del Antiguo Testamento a registrar

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