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POEMAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO


Enviado por   •  22 de Noviembre de 2013  •  2.510 Palabras (11 Páginas)  •  454 Visitas

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POEMA DE LA CREACION DE ENUMA ELISH

POEMA DE ATRA-HASIS

EPOPEYA DE GILGAMESH

MATERIA: ANTIGUO TESTAMENTO

OCTUBRE DE 2013 

ENUMA ELISH. EL POEMA DE LA CREACIÓN – (C. XVII – XVI A.C.)

El Poema de la Creación o Enuma elish es, junto a la Epopeya de Gilgamesh, una de las creaciones más notables de la cultura mesopotámica. Centrado en la exaltación del dios babilónico Marduk, éste conjunto literario construido con arte, proviene de Sumeria, y probablemente ha sido enriquecido con otros textos de lengua acadia.

Fue texto de obligado conocimiento por parte de los sacerdotes y eruditos mesopotámicos, ya que debía ser recitado anualmente con motivo de las solemnes fiestas regeneradoras del Año Nuevo (Akitu). La obra ha sido leída y estudiada por su propio contenido, relacionado con cuestiones que siempre han preocupado a las personas de sensibilidad: los orígenes del Universo, de los Dioses y del Hombre.

Los descubrimientos de fragmentos de este Poema se escalonan a lo largo de un siglo: 1848-1952. Los primeros fueron encontrados por George Smith en forma de tablillas, halladas en las ruinas de la biblioteca de Asurbanipal, en Nínive. En ninguna tablilla se señala la fecha de redacción. Igualmente se desconoce el nombre del autor. Y su desciframiento y reconstitución ha sido obra paciente de numerosos investigadores.

El titulo de Enuma Elish (“Cuando en lo alto”) fue impuesto de acuerdo a la tradición de los babilónicos de colocar las dos primeras palabras con que se abría la obra. La estructura del Poema se compone de siete cantos que nos muestran su carácter cosmogónico y teogónico, de inspiración sumeria en su mayor parte. Su tema es la victoria del Dios ordenador, Marduk, contra las fuerzas del caos, encabezadas por Tiamat. de los restos de ésta deidad, que representa el principio femenino y el mar, Marduk formó el universo, y de los del instigador Kingu formó a la humanidad. El héroe deidificado, Marduk, erigió además los santuarios y anunció la creación y la supremacía de Babilonia.

Cinco son los temas en torno a los cuales se estructura la obra:

1. El mito de la Creación.

2. El origen de los Dioses.

3. El mito de Ea y Apsu.

4. El mito de Tiamat.

5. El himno a Marduk.

Otros temas secundarios a considerar son: El asalto de los siete espíritus contra Sin y el mito del pájaro Zu. Todos estos temas dieron finalmente una composición de alta categoría literaria, consiguiendo así una verdadera obra maestra.

POEMA DE ATARHASIS.

“Muy sabio” es una traducción del término acadio (que también aparece escrito como Atar-hasis y Atam-hasis). El manuscrito más antiguo de esta obra está firmado y datado y su copista (su autor, evidentemente, se desconoce), se llevó a cabo bajo el reinado del cuarto sucesor de Hammurabi, Ammi-saduqa (1646-1626 a. C.). Es muy probable que el poema haya sido creado durante el siglo anterior. Dicho poema se trata de una composición original, típicamente paleobabilonia. Se trata del “Génesis” más antiguo que se conoce y que, desde un punto de vista religioso, abarcaba toda la “historia” primitiva de la humanidad, desde el momento en que ésta salió de las manos de su creador hasta el final del Diluvio y el inicio del “tiempo histórico”.

El poema comienza evocando el inicio de los tiempos, cuando los dioses menores, bajo la dirección del violento Enlil, tenían que excavar los canales, levantar los diques, reparar ambos y labrar la tierra. Cansados del arduo trabajo de drenar las marismas, represar las aguas y arar los campos con el fin de cultivar lo necesario para alimentarse a sí mismos y a los dioses mayores, quemaron sus picos y palas, renunciaron a trabajar y amenazaron a Enlil, el capataz. Los tres máximos dioses, Anu, Enlil y Ea, es decir, el cielo, la tierra y las aguas, se reunieron con urgencia para tratar no sólo de resolver el conflicto, sino de sentar las bases para que no volviera a presentarse.

Ea, el más astuto de ellos, propuso la ingeniosa solución de crear unos seres, los humanos, que trabajaran en lugar de los dioses y para ellos, entregándoles parte del alimento que produjeran. Esos nuevos seres habrían de ser formados a partir de arcilla mezclada con la sangre de uno de los dioses menores, el que había encabezado la rebelión. A partir de la masa original de arcilla y sangre se crearon siete hombres y siete mujeres, que fueron el inicio del linaje de los humanos. A partir de entonces los dioses no tuvieron que trabajar más, limitándose a vivir de las ofrendas de los humanos. Sin embargo, tanto trabajaban estos, tanto alimento producían, que se multiplicaron con rapidez, y doce siglos después de su creación eran ya tan numerosos que el ruido que hacían resultaba insoportable a los dioses.

El violento Enlil, irritado, reunió a los grandes dioses y con su consentimiento envió una epidemia que causó estragos entre los humanos, amenazando acabar con ellos. El sagaz Ea, preocupado por la suerte de sus criaturas, les hizo saber que debían dirigir sus plegarias al dios de la muerte, Namtar, que finalmente se apiadó de ellos y acabó con la plaga. Los supervivientes volvieron a multiplicarse y, transcurridos otros mil doscientos años, importunaron consus gritos a Enlil, que de nuevo les castigó, secando todas las fuentes. Aconsejados por Ea, su protector, los humanos dirigieron sus plegarias al dios de la lluvia torrencial, Adad, que llegó a tiempo para salvar a algunos famélicos representantes del género humano. Por tercera vez volvieron los humanos a molestar a los dioses, y ahora Enlil decidió usar al mismo Adad para provocar un diluvio de tal magnitud que ahogara definitivamente a los humanos.

Esta vez Ea sólo pudo salvar a una familia, la de Atrahasis (quien da nombre al poema), el más sabio y bondadoso de los humanos. Aconsejado a tiempo de la conspiración de los otros dioses, Atrahasis construyó un barco e introdujo en él a su familia (en el sentido extenso: mujer, hijos y parientes próximos), y con ellos diferentes parejas de animales, tanto domésticos como salvajes. Mientras en las anteriores ocasiones los dioses habían seguido recibiendo alimento de quienes no enfermaban

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