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Biografia Papas Siglo XX

ricardo199827 de Septiembre de 2013

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Pio x

Reseña: Nació en la aldea de Riese, situada en la región véneta, el año 1835. Primero ejerció santamente como presbítero, más tarde fue obispo de Mantua y luego patriarca de Venecia. El año 1903 fue elegido papa. Adoptó como lema de su pontificado: «Instaurare omnia in Christo», consigna por la que trabajó intensamente con sencillez de espíritu, pobreza y fortaleza, dando así un nuevo incremento a la vida de la Iglesia. Tuvo que luchar también contra los errores doctrinales que en ella se filtraban. Murió el día 20 de agosto del año 1914.

Benedicto xv

I. Breve biografía

Hijo de una familia noble, Giacomo della Chiesa nació en Génova, Italia, el 21 de noviembre de 1854.

Estudió derecho en la Universidad de Génova, graduándose como doctor en derecho civil el año 1875. Posteriormente perfeccionó sus estudios de teología en la Universidad Gregoriana de Roma.

Apenas ordenado sacerdote en 1878, ingresó a la Accademia dei Nobili Ecclesiastici, escuela diplomática vaticana en la que se preparó para servir a la Iglesia en estas necesidades.

Luego de algún tiempo de trabajo en la Santa Sede, della Chiesa sería enviado a España en calidad de nuncio. Su gestión fue decisiva en la mediación papal ofrecida para resolver el problema territorial generado entre España y Prusia por la disputa de las Islas Carolinas. Posteriormente sería llamado de vuelta a Roma para trabajar como asistente en la Secretaría de Estado del Vaticano. En 1901 asumía el cargo de Sub-Secretario de Estado.

El año 1907 el Papa Pío X lo nombró Arzobispo de Bolonia. En su nueva diócesis el nuevo Arzobispo ejerció con gran celo su labor pastoral, distinguiéndose, entre otras cosas, por ser un extraordinario director espiritual.

Para el año 1914 Su Santidad Pío X le otorgaba el capelo cardenalicio, tres meses antes de ser él el próximo elegido para sucederle en la Cátedra de San Pedro.

Pio XI

Breve biografía

Ambrogio Damiano Achille Ratti nació el 31 de mayo de 1857 en Desio —cerca de Milán, Italia— en el seno de una familia acomodada y muy respetada.

Luego de asistir al seminario de Milán, fue ordenado sacerdote el 27 de diciembre de 1879. Posteriormente continuó sus estudios teológicos en la Universidad Gregoriana en Roma. Desde 1882 ejerció la docencia de en el seminario de Padua, y seis años más tarde, trasladándose a la biblioteca Ambrosiana, en Milán, haría de la investigación científica el centro de sus ocupaciones.

Manteniendo siempre viva su actividad pastoral, y dándose tiempo en ocasiones para ejercer el montañismo —se cuenta que era un experto—, Achille se dedicó al estudio de la paleografía. En ese lapso edita el Misal Ambrosiano y publica algunas obras.

En 1907 asumía el cargo de director de dicha biblioteca, alcanzando tanta reputación que el año 1912 el Papa Pío X lo nombraba proprefecto de la gran Biblioteca Vaticana, y dos años más tarde, será nombrado prefecto de la misma.

En 1918, aprovechando su gran habilidad para los idiomas, el Papa Benedicto XV lo envía a Polonia, primero como visitador apostólico, y al año siguiente como nuncio, nombrándolo arzobispo titular de Lepanto. Para un erudito que ya cargaba con más de sesenta años a cuestas, el ir a su primera misión diplomática era realmente un reto, y más aún porque esta tarea nada tenía de sencilla. Acostumbrado acaso a luchar por conquistar las cumbres más difíciles, Achille, con mucha habilidad y coraje, supo llevar a cabo con éxito la misión encomendada. Por entonces su celo pastoral se mostró tan intenso que en agosto de 1920, cuando el ejército bolchevique se acercaba amenazante a las puertas de Varsovia, monseñor Ratti se negó a abandonar la cuidad.

En 1921 el Papa Benedicto XV lo llamó de vuelta a Italia, lo nombró arzobispo de Milán y le otorgó el capelo cardenalicio. Pocos meses después el cardenal Achille Ratti sería elegido para suceder a S.S. Benedicto XV en la Sede de Pedro. Con el nombre de Pío XI él tomaba en sus manos el timón de la Barca de Pedro.

Pio XII

Biografía

Eugenio María Giovanni Pacelli nació en Roma el 2 de marzo de 1876. Hijo de una familia dedicada al servicio papal, tuvo como padre a un hombre profundamente piadoso y disciplinado. Fue él mismo quien, por la temprana pérdida de su esposa, atendió y educó a conciencia a sus cuatro hijos.

Eugenio realizó sus primeros estudios en Roma, y desde joven manifestó una admirable dedicación a los estudios, que junto con una extraordinaria memoria y una vida muy disciplinada, hicieron de él un estudiante ejemplar. Dotado de un espíritu sumamente fino y profundo, y ayudado sin duda por la educación recibida en casa, Eugenio manifestó ya por aquel entonces una madurez poco común. Sus ideales, marcados por la nobleza y el servicio, confluyeron con el llamado del Señor a seguirle en el camino sacerdotal. Luego de su formación y preparación en el Seminario de Capranica, en el Seminario de San Apolinario y en la Universidad Gregoriana, fue ordenado sacerdote el año 1899.

Dos años después pasó a trabajar en la Secretaría de Estado del Vaticano. Habiendo culminado con éxito sus estudios en derecho eclesiástico y civil el año 1902, fue contado, dos años más tarde, entre los colaboradores de la comisión a la que el Papa Pío X confió la revisión y nueva codificación de las leyes canónicas, con el objeto de promulgar un Código de Derecho Canónico actualizado. Mientras Pacelli dedicaba tiempo y esfuerzo a esta delicada y ardua tarea, pudo desempeñarse también como profesor de Diplomacia Eclesiástica en la Pontificia Accademia dei Nobili Ecclesiastici (1909-14).

En 1911 fue nombrado Subsecretario de la Congregación de los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios y luego, Secretario de la misma en 1914.

En abril de 1917 fue elegido como Nuncio en Baviera, siendo consagrado por el Papa Benedicto XV —un mes después— arzobispo titular de Sardes.

Una vez en Munich (capital de Baviera), el Nuncio Pacelli fue de gran ayuda al Papa Benedicto XV en sus esfuerzos por aliviar a las víctimas de la primera guerra mundial. Por aquellos tiempos difíciles, signados por los terribles efectos y secuelas de la gran guerra, el Nuncio Pacelli dio muestras de ser un verdadero Pastor. A despecho de las serias amenazas contra su vida, supo permanecer valientemente al lado del pueblo que el Santo Padre le había confiado. Sumamente comprensivo y pródigo en palabras de aliento y de esperanza cristiana para con quienes se sentía solidario en su dolor y padecimientos, se distinguió en todo momento por hacer concreta su caridad. Su extraordinaria bondad llegó a ser prontamente conocida por muchos alemanes que, por ese entonces, se beneficiaron de diversos modos de su caridad y celo pastoral.

En 1920 fue nombrado primer Nuncio ante la nueva República Alemana (conocida como la República Weimar), mientras seguía siendo Nuncio en Baviera. Aunque la nueva nunciatura tenía su sede en Berlín, no se trasladaría allí sino hasta el año 1925.

En 1924 firmó el Concordato de la Santa Sede con Baviera.

Una vez trasladado a Berlín, y aunque ésta era la metrópoli del protestantismo, Monseñor Pacelli supo ganarse rápidamente la estima y el respeto de la población entera, como lo hiciera anteriormente en Munich. Mostraba un vivo interés por la vida eclesial y social de Alemania, y con su presencia paternal y sus extraordinarias alocuciones llenas de vitales enseñanzas, fomentaba la vida católica por donde podía. Se preocupaba de visitar hospitales, orfanatos, seminarios, escuelas, fábricas y talleres de todo tipo en diversas ciudades.

Tres largos años de esfuerzos denodados dieron fruto en 1929, cuando el parlamento alemán aceptó y firmó el Concordato con la Santa Sede.

S.S. Pío XIILuego de 13 años de fructífera labor, en los que dio muestras de un inquebrantable sentido de responsabilidad, de una constante actitud paternal para educar, para perdonar y acoger, y para enseñar, Monseñor Pacelli dejó su cargo en la Nunciatura –y con ello Alemania— al ser nombrado cardenal en 1929.

Al despedirse de Alemania, una grave preocupación oprimía a quien durante tanto tiempo había compartido la suerte del pueblo alemán: el paulatino auge del nacionalsocialismo. Por entonces nadie quiso escuchar sus muchas y clarividentes advertencias contra el peligro que se avecinaba.

Al llegar a Roma, y ya como Cardenal Pacelli, sería inmediatamente nombrado como nuevo Secretario de Estado. Su sentido de responsabilidad, su férrea voluntad y disciplina personal y su enorme amor a la Iglesia, hicieron que entregara sus mejores energías para ponerse a la altura de tan excepcional responsabilidad. Sin duda ello le valió el singularísimo aprecio del Papa Pío XI, quien encontró en él un extraordinario colaborador y servidor. La confianza depositada en él por el Santo Padre fue un fuerte estímulo para realizar, en su puesto de servicio a la Iglesia, un trabajo incansable, tan efectivo como humilde en el cumplimiento abnegado de sus obligaciones.

Famoso sería también el Concordato que, como enviado del Pontífice, firmó con Austria y con la Alemania nazi en 1933.

Muestra también de la gran confianza y estima que le tenía S.S. Pío XI fue su nombramiento como Legado Pontificio en visita a varios países del mundo:

En 1934 asistió

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