CONVENIENCIA, POSIBILIDAD Y NECESIDAD DE UNA REVELACIÓN SOBRENATURAL HISTÓRICA

1. CONVENIENCIA, POSIBILIDAD Y NECESIDAD DE UNA REVELACIÓN SOBRENATURAL HISTÓRICA

Hay una Revelación natural. Dios se revela primero en el mundo creado, en la naturaleza. “Mediante la razón natural, el hombre puede conocer a Dios con certeza a partir de sus obras” (Conc. Vaticano I, DS 3004). Esto lo hemos visto en la Unidad I: el conocimiento natural de Dios (Sal 19,2; Rom 1,20).

Pero existe otro orden de conocimiento que el hombre no puede de ningún modo alcanzar por sus propias fuerzas. No podría acceder al misterio pleno de Dios y de su plan sobre nosotros. Por ello es que hubo una Revelación sobrenatural, conveniente en razón de la infinitud del misterio de Dios y la limitación propia del ser humano. “Quiso Dios en su sabiduría y bondad revelar al género humano por otro camino, y este sobrenatural, tanto a sí mismo, como los eternos designios de su voluntad” (DS 3004). Esta Revelación es posible no sólo por parte de Dios, sino por parte del ser humano que la recibe, porque, como se ha visto en la Unidad I, Dios nos ha creado capaces de Dios. Es un don que Dios mismo nos hace capaces de recibir.

Esta Revelación sobrenatural es de necesidad moral incluso para aquellas cosas que puede conocer la sola razón natural acerca de Dios: “Gracias a esta revelación divina, resulta posible a todos los hombres conocer fácilmente, con firme certeza y sin mezcla de error, aun en las condiciones actuales del género humano, todo aquello que en el campo de lo divino no es de suyo inaccesible a la razón. Mas no por esto ha de considerarse absolutamente necesaria la revelación”. La necesidad absoluta es por aquellas cosas que la razón no podría alcanzar de ningún modo: “La necesidad absoluta de la revelación proviene de que Dios en su infinita bondad ordenó al hombre a un fin sobrenatural, es decir, a la participación en unos bienes divinos, que sobrepasan todo cuanto puede alcanzar la inteligencia humana (1 Cor 2,9)” (DS 3005).

2. NOCIÓN DE REVELACIÓN SOBRENATURAL: NATURALEZA Y OBJETO

Dios se revela quiere decir que descorre el velo.

La naturaleza de esta Revelación divina (qué es, cómo es) viene dada por su finalidad, por su objeto.

Su objeto es: “Revelarse a Sí mismo y manifestar el misterio de su voluntad” (Dei Verbum, 2). Revelarse a Sí mismo significa que es una automanifestación de Dios, autorevelación. Dios no revela “cosas” sino que se revela a Sí mismo. Y revela a la vez su Plan respecto a nosotros: “el misterio de su voluntad”. ¿Y cuál es? Que “los hombres, por medio de Cristo, la Palabra hecha carne, y con el Espíritu Santo, pueden llegar hasta el Padre y participar de la naturaleza divina” (DV, 2). Es decir, que esa automanifestación y ese Plan respecto a nosotros culmina en Cristo, que es la plenitud de la Revelación.

Ahora podemos comprender más la naturaleza de esta Revelación sobrenatural.

a) En la Biblia la Revelación de Dios recibe el nombre de Palabra de Dios. Dios habla. Le habla al hombre. Pero cuando Dios habla también actúa, las cosas ocurren. Dios habla y actúa. Cuando Dios habla y actúa hay una teofanía (= manifestación de Dios). En el relato de la Creación leemos: “Dijo Dios: ‘Haya luz’, y hubo luz” (Gén 1,3). Y leemos en el evangelio de San Juan: “En

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