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Católico "La guadalupana: tres imágenes en una"


Enviado por   •  10 de Septiembre de 2012  •  Ensayos  •  2.156 Palabras (9 Páginas)  •  466 Visitas

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Católico "La guadalupana: tres imágenes en una"

Tomado de la revista Proceso: año 2002

La guadalupana: tres imágenes en una

Rodrigo Vera

De acuerdo con un estudio inédito, elaborado por un experto en arqueomicrobiología, la imagen venerada de la Virgen de Guadalupe está formada en realidad por tres figuras superpuestas, la más antigua de las cuales fue pintada por Marcos Aquino en 1556.

San Antonio, Texas.- Bajo la imagen de la Guadalupana venerada hoy en el Tepeyac, anteriormente se pintaron otras dos figuras de la Virgen. La más antigua de ellas —con un Niño Dios en su regazo— está firmada por el pintor Marcos Aquino y fechada en 1556.

La segunda imagen, cuyo rostro presenta rasgos más indígenas que la actual, fue pintada en el siglo XVII, al igual que la Guadalupana moderna. Así, ésta se sobrepuso a las dos imágenes anteriores y probablemente la pintó el artista novohispano Juan de Arrue.

Lo anterior se desprende de un análisis que, en 1999, le realizó a la imagen el investigador Leoncio Garza-Valdés, un connotado experto en arqueomicrobiología de la Universidad de San Antonio, Texas.

El cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, así como las autoridades de la Basílica de Guadalupe, fueron quienes contrataron los servicios del especialista, reconocido internacionalmente por sus estudios del Santo Sudario de Turín, Italia.

En la amplia sala de su domicilio particular, decorada con óleos antiguos, Garza-Valdés refiere:

En enero de 1999, me habló de México monseñor José Luis Guerrero, amigo mío, para preguntarme si me interesaba estudiar el lienzo de Nuestra Señora de Guadalupe. Yo, inmediatamente, le respondí que sí, puesto que, casualmente y por esos días, la editorial estadunidense Doubleday me había propuesto escribir sobre la Guadalupana.

—¿Y también habló usted con el cardenal Rivera Carrera?

—Así es. Primero le hablé por teléfono para pedirle su permiso oficial. Después me entrevisté personalmente con él, en su casa de la Ciudad de México. Ahí me recomendó el cardenal Rivera: ‘Doctor, quiero que reporte la verdad y solamente la verdad’. Y eso es lo que he hecho al pie de la letra.

Cuenta que realizó los estudios en dos sesiones de trabajo, las noches del 4 y 5 de febrero de 1999. Pero antes de hacerlos, sostuvo un encuentro con monseñor José Luis Guerrero, las autoridades del santuario y el Consejo de Investigadores Guadalupanos.

Esto es lo que tenemos, le dijeron al investigador. Y le pusieron sobre la mesa el estudio que, en 1982, le realizó a la imagen el perito en restauración José Sol Rosales.

En dicho documento, Sol Rosales demuestra que la actual imagen de la Virgen fue pintada por una mano humana. Detalla, incluso, su preparación, los materiales base de sus colores y los repintes que se hicieron a la figura (Proceso 1333).

Prosigue Garza-Valdés: Ese encuentro fue en la misma Basílica de Guadalupe, el 4 de febrero, día en que comencé el estudio. Recuerdo que, bajo juramento, quisieron imponerme el secreto absoluto de mis investigaciones. Por supuesto que me negué. Les dije que mis investigaciones eran precisamente para publicarlas en un libro, como ya lo había hecho con la sábana santa (Santo Sudario). Finalmente aceptaron mis condiciones.

—¿Por qué le solicitaron estudios a usted, si ya tenían los del maestro Sol Rosales?

—Anteriormente, yo había descubierto ciertas bacterias que producen plástico, sobre todo en superficies antiguas. Pensaron que el lienzo del Tepeyac pudiera tener este tipo de contaminación bacteriana, que le da cierta pátina a las superficies antiguas. Ésa fue la idea inicial de mi investigación.

—¿Y cómo descubrió luego las dos imágenes de la Guadalupana, pintadas bajo la actual?

—Déjeme serle honesto y recalcar que yo no andaba buscando eso. Yo buscaba la capa bioplástica de las bacterias. Nunca imaginé que fuera a encontrar dos imágenes escondidas bajo la actual. Fue un hallazgo inesperado, de chiripa. Hubieran excomulgado a quien antes se imaginara esto.

Pues bien, entré a la bóveda, donde en las noches se guarda la imagen, y empecé a fotografiarla. Utilicé cámaras con filtros especiales que sólo dejan pasar radiaciones electromagnéticas de entre 250 y 400 milimicras, que es el espectro del ultravioleta. Son filtros nuevos que acaban de salir.

Me regresé a Texas. Entregué mis películas al laboratorio de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Antonio. El revelado me lo entregaron el 10 de febrero. Al analizarlo me di cuenta de que, empalmadas una sobre otra, en el lienzo hay realmente tres pinturas, es decir, que bajo la imagen actual se esconden otras dos.

La Virgen de Marcos Aquino

El científico se inclina sobre la pequeña mesa de centro de la sala, y de una carpeta extrae una fotografía que muestra al reportero. Ahí sólo se alcanza a distinguir la fecha 1556. Y, abajo, dos iniciales: M. A..

Luego explica con orgullo:

Es la firma que encontré estampada en la imagen más antigua. Como ve, data de 1556. Y la firma Marcos Aquino, el pintor de quien ya se decía que había pintado la Guadalupana.

Se arrellana nuevamente en su sillón y, de cara al espeso jardín que reluce tras los ventanales, platica sobre las referencias que ya tenía de ese pintor:

La primera vez que supe de Marcos Aquino, o Marcos Cipac, como también se le conoce, fue en un libro del maestro Manuel Toussaint, Pintura colonial en México. Ahí, precisamente, se menciona que Aquino había pintado la imagen Guadalupana.

Aunque ya desde 1556, durante las investigaciones que mandó hacer Alonso de Montúfar, el segundo arzobispo de México, tres de los testigos afirmaban que la pintura la había hecho un indio y mencionaban a Marcos Aquino o Marcos Cipac. De manera que al descubrir esas iniciales no tuve duda de que eran las de él.

—¿Y cómo es esa primera imagen de la Guadalupana pintada por Aquino?

—Es muy distinta a la actual. La Virgen no usa túnica sobre su cabello. Y, además,

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