ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Costilla Y Manzana


Enviado por   •  10 de Marzo de 2015  •  1.238 Palabras (5 Páginas)  •  227 Visitas

Página 1 de 5

La convivencia en la diferencia de género, empieza por comprender las diferencias e igualdades que cada persona tiene dependiendo de su sexo, las cuales muchas veces son trazadas desde la perspectiva sexista y sin otro objetivo que discriminar y estereotipar las relaciones entre los sexos. Por tanto, el objetivo principal de este trabajo es analizar las posturas de género en la poesía, para lo anterior, se usaran dos poemas: Eva advierte sobre las manzanas de Gioconda Belli y el poema Sobre la costilla de Adán y otras nimiedades de Juan Daniel Perrotta a partir de los cuales, se busca definir la postura del comportamiento aprendido, qué es lo que construye la identidad y determina los roles de género. No hay que olvidar que el género es un concepto dinámico, formado por las interrelaciones entre hombres y mujeres en el contexto de la sociedad. Estas interrelaciones varían ampliamente entre culturas y son afectadas por los valores, explicitados por las leyes, la religión y las prácticas culturales, por lo que estas cambian a través del tiempo y de las etapas vitales de los individuos.

La palabra género es usada para describir las características de hombres y mujeres construidas socialmente, en contraste con las determinadas biológicamente; en lo que concierne al rol tradicional femenino, no hay que olvidar la modificación que este ha sufrido en los últimos tiempo dentro de la cultura mexicana, ya que esta nueva visión femenina manejada por los jóvenes, hace referencia a la mujer que Perrota describe como un ser con un sinfín de posibilidades. “Yo no sé si un hombre necesita mujer / Si me pongo a pensarla / la imagino a mi lado / -ni encima ni debajo-sin pendientes de ex esposos / padres / o hermanos / empezando de nuevo / empezando de cero”. (Perrotta, 2006). La posibilidad define a la mujer de Perrota, ella se acopla en modelo a la necesidad de uno y otro hombre, ninguna es igual puesto que ninguna es imaginada por la misma persona. “Algunos votan por "una santa mujer"

/ otros opinan que no estaría mal / una fémina que se dedique al arte (…) Habrá los que se inclinen por una gallina / de amplias alas / que cobije a todos los polluelos / una judía / italiana / mexicana”. (Perrotta, 2006). Así vemos que la mujer para el poeta no está creada ni formada, y por tanto, no es la costilla de nadie, es un ser amorfo que se trasciende a sí misma y busca el reflejo que el hombre le otorga en la búsqueda.

Por tanto, toda imagen del otro proviene del cumulo social pero también del género que describe, de ahí que aún cuando la mujer que imagina Perrota, es libre, la mujer de Belli se encuentra atrapada en sus ligas emocionales y culturales de género, correspondiendo a una de esas mujeres que imaginan los hombres, dando entonces el panorama de que, toda mujer que se acople al gusto de los “otros” tendrá necesariamente que verse reflejada como un producto cultural, además, la poeta reflejara en su obra la postura que ella adivina o percibe de su género sin considerar las diferencias sustanciales que pueda tener de esto un hombre. “Con poderes de Dios / -centauro omnipotente-/ me sacaste de la costilla curva de mi mundo/ lanzándome a buscar tu prometida tierra, la primera estación del paraíso”. (Belli, 2008) Así, la mujer de Belli se integre a la búsqueda masculina planteada por Perrota. En el poema de Belli la mujer ya fue hallada, conquistada y llevada al mundo masculino donde ha perdido su identidad. Así, / Eva de nuevo,/ comí la manzana; /quise construir casa y que la habitáramos, /tener hijos para multiplicar nuestro estrenado territorio./ Pero, después, / sólo estuvieron en vos / las cacerías, los leones, /el elogio a la soledad / y el hosco despertar. (Belli, 2008)

De esta manera encontramos por un lado un hombre que se resiste a escoger como pareja a una mujer descrita por un tercero, y por el otro, una mujer que es maltratada y sometida precisamente porque se acoplo a la descripción social de su género. Así pues, vemos que estas interrelaciones de género, varían ampliamente dentro y entre culturas y son afectadas por los valores de la sociedad, explicitados por las leyes, la religión y las prácticas culturales, y cambian a través del tiempo y de las etapas vitales de los individuos. Dicho de otra manera, según el proceso de vida que lleve un individuo, entrara dentro de él una extrañeza que tarde o temprano lo llevara a ser consciente de su individualidad, y en ese momento, caerá en cuenta de que vive separado de los demás; de que existe aquel que no es él; de que están los otros y de que hay algo más allá de lo que percibe o imagina (Flores, 2010). Por lo que al llegar a este punto, la descripción de género se anula y parece entonces la añoranza de encontrar “al otro” que también busque definirse, así por ejemplo vemos que mientras Perrota está consciente de este proceso que hace evidente con los irónicos patrones de lo que un hombre puede buscar en una mujer, él se define como un ser consciente que busca salir de la masa social y hacer su mundo propio. “Con una mujer así / imagino / que se vive ampliado con un territorio a la vez / propio y ajeno No se siente la extrañeza / y uno tiene sexo como quien come / bebe / o se masturba / Pero eso es como un sueño / me parece / casi como volver / a ponerse la costilla”. (Perrotta, 2006) Mientras que Belli, se manifiesta también como un ser consciente de este proceso, el cual evidencia con crueles comentarios sobre lo que hace un hombre al encontrar a la mujer que ha permitido la definición social como propia, al mismo tiempo que señala que, ella ya no es más ese ser amorfo sin definición propia, sino que se ha convertido en un ser que percibe el mundo y trata salir de la masa social y hacer su mundo propio. “Paro nunca jamás / esta Eva verá espejismos de paraíso / o morderá manzanas dulces y peligrosas, / orgullosas, / soberbias, / inadecuadas / para el amor”. (Belli, 2008)

En suma, podemos resumir este tema diciendo que la otredad es para el hombre moderno un mal que se soporta con dolor; la conciencia moderna no acepta que su individualidad sea una realidad plural y que detrás del hombre que piensa se esconda otro que mantiene una vida ilógica, que sostiene a menudo lo que la razón reprueba, a mi parecer todavía falta un gran trecho por caminar antes de que hombres y mujeres de esta sociedad comiencen a verse sin la carga social que los determina por género, por lo que todavía se cree que las perspectivas trazadas de manera sexista y estereotipadas son las formas correctas de comportamiento, así, mientras el pensamiento personal no crezca y se desarrolle, hombre y mujeres estarán supeditando su vida a las normas morales que han demostrado por décadas que son insuficientes, discriminatorias e intolerantes para la sana convivencia entre géneros.

...

Descargar como  txt (7 Kb)  
Leer 4 páginas más »