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Cristo como respuesta a la sociedad contemporánea


Enviado por   •  19 de Mayo de 2014  •  Trabajos  •  924 Palabras (4 Páginas)  •  254 Visitas

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Cristo como respuesta a la sociedad contemporánea.

(Ámbito social)

La iglesia refleja a cristo ante la sociedad como un ser de luz y que hace resplandecer su rostro en cada época de la historia. Siendo así si Dios nuestro creador se hubiese portada como un Dios justo, nadie tendría la posibilidad de salvarse puesto que si se hablara de justicia todos mereceríamos la condenación.

Socialmente se puede decir que en los hombres de hoy, es posible que la vida espiritual y religiosa esté impregnada de modos fríos, racionalistas, calculadores, lejanos todos ellos de ese talante alegre, cordial y humano que debe caracterizarnos como hijos de Dios hay que decir que a veces el debilitamiento en la fe de muchos hombres ha sido culpa de no ver en la religión a una persona, sino sólo un conjunto de principios y normas. Si nuestra religión no es Cristo, si el porqué de nuestra fidelidad no es su Persona, si en cada mandamiento no vemos el rostro de Jesús, la religión terminará agobiándonos, porque se convertirá en un montón de deberes, sin relación a Aquél a quien nosotros queremos servir.

Creer en cristo, vivir la fe, es tener experiencia personal de Dios, y de Jesucristo. Una experiencia que brota y arranca del encuentro personal con él y que lleva a descubrir que solamente él da respuesta a los interrogantes, anhelos y preguntas más íntimas y vitales. Significa que cuanto creemos no es un conjunto de verdades, de palabras o fórmulas, sino que nuestra fe es una adhesión a una persona, a quien creemos y en quien hemos puesto toda nuestra confianza.

Tener experiencia de fe es mantener una relación interpersonal con el Dios vivo y verdadero, Padre de nuestro Señor Jesucristo. Esta relación interpersonal se nutre de la escucha de su palabra y de la oración. Y se traduce en vivir como hijos de Dios, haciendo la voluntad del Padre y amando a los hombres como hermanos. Quien tiene esta experiencia se convierte en «sal de la tierra» y «luz del mundo»

El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien. Los creyentes también corren ese riesgo, cierto y permanente. Muchos caen en él y se convierten en seres resentidos, quejosos, sin vida. Ésa no es la opción de una vida digna y plena, ése no es el deseo de Dios para nosotros, ésa no es la vida en el Espíritu que brota del corazón de Cristo resucitado. Pero Pareciera que todo lo que tenga que ver con el cristo fuera conservador y, por tanto, anticuado

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