David el personaje bíblico
alejandro.eyderTrabajo5 de Agosto de 2013
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El nombre de David en hebreo significa “amado”; (4) David es el hombre amado por Dios, es su elegido.
Hay que ver la vida de David en los libros históricos: Dios lo elige contra toda lógica, le da siempre la victoria, lo salva de sus enemigos, le hace rey de su pueblo sacándolo de detrás del rebaño, le promete que de su descendencia vendrá al Mesías, le da la paz en todo su reinado, le da un nombre grande para siempre… .
Pero David también es el hombre que se deja amar por Dios; es el humilde, el pobre de Yahveh que nunca pierde la confianza, ni reniega de Dios en su oprobio; tampoco se olvida de Él en la fama y la prosperidad, sino que reconoce que todo le viene de Él. En resumen, David es el hombre según el corazón de Dios. (5)
Por eso le brota el canto y la alabanza de manera natural y espontánea: compone salmos, canta, toca y danza para Dios, y hasta se propone construirle un Templo digno su majestad; y no solo quiere él amar a Dios de esta forma, sino que promueve que otros lo hagan: David desea que todo Israel alabe y adore al único Dios. (6)
Conviene recordar ahora las palabras del evangelista san Juan: “nosotros amamos porque Él nos amó primero”. (7)
Todo lo que hace David lo hace por amor a Dios, pero ese amor surge y se alimenta de una experiencia profunda del amor de Dios, que con otras palabras podríamos definir como “saberse amado por Dios”.
Y aunque David no es impecable (pues solo Dios lo es), acepta con humildad la severa corrección del profeta Natán y se duele profundamente por su pecado.
Y porque no pierde su confianza y cree más en la misericordia de Dios que en su propio pecado es que puede exclamar: por tu inmensa compasión borra mi culpa…
Desde esta experiencia del amor infinito de Dios es que David puede cantar y salmodiar. Esto debe darnos suficiente luz como para encontrar el verdadero significado de cantar salmos para Dios.
David llegó a ser un verdadero héroe en Israel, y esto no sólo en vida, cuando derrotó al gigante Goliat o cuando vencía a sus enemigos en las batallas, sino que incluso siglos después era considerado el prototipo del hombre ideal.
En tiempos posteriores al exilio David casi era considerado como el hombre perfecto, sin tacha ni pecado; un ejemplo claro de ello es el libro de las Crónicas, escrito luego del exilio, que presenta a David como tal, aunque sabemos que cometió faltas graves.
El libro II de Samuel es más realista y lo presenta como un ser humano con debilidades, como cualquier otro. (8)
La explicación de porqué David llegó a ser el hombre “perfecto” en Israel es muy sencilla: después del destierro el pueblo tenía la necesidad de identificarse con un ideal que encarnara sus esperanzas en un salvador definitivo, y ellos veían en David la figura del Mesías prometido: un líder fiel a Dios y libertador de los pobres y oprimidos. (9)
Así pues, el pueblo, que se había encargado de “borrar” los pecados de David, de una vez le atribuyó también todo el Salterio. En tiempos de Jesús se creía que todos los salmos pertenecían a él.
Por otra parte, decir que determinado salmo era de David, aunque no fuera cierto, era subirlo de categoría; muchos salmos anónimos han quedado como composición de David.
Lo cierto es que, como ya lo hemos dicho, pese a sus faltas, David es el hombre de alabanza con el que todos estamos llamados a identificarnos.
“David es un personaje bíblico tan rico que es muy fácil identificarnos con él. En algún momento de nuestra vida podemos atravesar por situaciones similares a las que vivió David, ya sea en su actitud de confianza hacia Dios o en la persecución, ya como hombre fiel a Dios o como quien se sabe miserable por su condición pecadora, pero sobre todo, David es el hombre que alaba y con quien nos identificamos cuando cantamos los salmos”. (10)
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