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Definición De La Historia De La Hermenéutica


Enviado por   •  12 de Febrero de 2013  •  4.333 Palabras (18 Páginas)  •  650 Visitas

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Definición de la Historia de la Hermenéutica

El Tema de cómo interpretar la Biblia no es de ahora, Mediante Hermenéutica aprendemos Conocer la Escritura, así como obedecerla

Distinguir entre la historia de la Herme¬néutica como ciencia y la historia de los principios hermenéuticos. La primera nos lleva al año 1567 A.C. cuando Flacio Ilírico hizo el primer ensayo de un tratamiento científico de la Hermenéutica. Mientras que la segunda empieza en el mismo inicio de la Era Cristiana.

La historia de los principios de la Hermenéutica responde a estas tres preguntas:

1) ¿Cuál era el punto de vista que prevalecía referente a las Escrituras?

2) Cuál era el concepto predominante en aque¬llos tiempos sobre el método de interpretación?

3) ¿Qué cualidades se consideraban esenciales para un intérprete de la Biblia?

Las primeras dos preguntas son de carácter más perenne que la última y requieren mayor atención

B. Principios de interpretación entre los judíos.

Para hacer un estudio completo vamos a dar una breve idea de los principios que los judíos aplicaban a la interpretación de la Biblia. Debemos distinguir las siguientes clases:

1. LOS JUDÍOS PALESTINENSES. Estos tenían un profundo respeto a la Biblia como infalible Palabra de Dios. Consideraban aun sus letras como sagradas y sus copistas tenían la costumbre de con¬tarlas, no fuera que olvidaran alguna en la trascripción. Tenían la Ley en mayor estima que los Pro¬fetas y los Escritos Santos. De ahí que la interpre¬tación de la Ley fuera su gran objetivo. Distinguían cuidadosamente el sentido meramente literal de la Biblia (técnicamente llamado peshat) y su exposición exegética (llamada midrash). «El motivo y objeto del midrash era investigar y dilucidar, por todos los me¬dios exegéticos, todo posible significado oculto y apli¬cación práctica de la Escritura. En un am¬plio sentido, la literatura midráshica puede ser divi¬dida en dos clases:

a) Interpretaciones de carácter legal, referentes

a asuntos en que la Ley obligaba en un sentido estric¬tamente legalista (Halakhah).

b) Interpretación de una tendencia más libre y edificante que se extendía a las partes no legalistas de la Escritura (Haggadah), Esta última era homilética e ilustrativa más bien que exegética.

Uno de los grandes defectos de la interpretación de los Escribas es debida al hecho de que exaltaban la ley oral, o tradición (que era, prácticamente, las deducciones e interpretaciones de los rabinos), como sostén indispensable de la ley escrita, y finalmente sirvió para invalidar aquella Ley. Esto dio lugar a toda clase de interpretaciones arbitrarias. Véase el veredicto de Cristo sobre el particular en Marcos 7:13

Hillel, uno de los más grandes intérpretes entre los judíos, nos dejó siete reglas de interpretación por las cuales, por lo menos en apariencia, la tradición oral podía ser deducida del texto de la Escritura. Es¬tas reglas son en su forma más breve como sigue: a) Ligeto y pesado (esto es a minore ad Majas, y viceversa); a) La equivalencia; c) Deducción de lo especial a lo general; d) Inferencia deducida de varios pasajes; e) Inferencia deducida de lo general que puede ser aplicada a lo especial; f) Analogía de un pasaje con otro, y g) Inferencias sacadas del contexto.

2. LOS JUDÍOS ALEJANDRINOS. La interpre¬tación de éstos era influenciada más o menos por la filosofía de Alejandría. Adoptaron el principio fun¬damental de Platón de que no debe creerse nada que sea indigno de Dios. Por tanto, doquiera encontraban en el Antiguo Testamento cosas que no concordaban con su filosofía, o que ofendían su sentido de lo con¬veniente, recurrían a interpretaciones alegóricas. Fi¬lón era el más grande maestro de este método de interpretación entre los judíos. No solamente desechó el sentido literal de la Escritura, sino que lo miraba como una concesión para los débiles. Para él, todo era símbolo de cosas más profundas; el sentido ocul¬to de la Escritura era su punto fuerte. También él nos dejó algunos principios de interpretación. Por el lado negativo, afirma que el sentido literal debe excluirse cuando ocurre en la Escritura cualquier cosa indigna de Dios, o cuando parece haber contra¬dicción, así como cuando la Escritura se hace alegó¬rica. Por el lado positivo, señala que el texto debe ser considerado alegórico cuando hay expresiones dobles, cuando ocurren palabras superfluas, cuando hay una repetición de hechos ya conocidos; cuan¬do se emplea una expresión diferente, o un sinóni¬mo; cuando se hace posible un juego de palabras en cualquiera de sus variedades; cuando las pala¬bras admiten una ligera alteración; cuando la ex¬presión es desacostumbrada; cuando hay algo anor¬mal en número o sentido. Estas reglas, naturalmente, da¬ban lugar a toda clase de malas interpretaciones.

3. LOS KARAISTAS. Esta secta, designada por Farrar como «Los protestantes del Judaismo», fue fundada por Hanan ben David, cerca del año 800 A.D. Respecto a su característica fundamental, deben ser considerados como los descendientes espirituales de los Saduceos. Representaban una protesta contra el rabinismo, en parte influenciado por el Mahome¬tismo. La forma hebrea de la palabra «Karaita» es Beni Mikra, o sea, «hijos de la lectura». Eran así lla¬mados porque su principio fundamental era conside¬rar la Escritura como única autoridad en materias de fe. Esto significa, por un lado, que desdeñaban la tradición oral y las interpretaciones rabínicas, y, por el otro, que procedían a un nuevo y cuidadoso estu¬dio del texto de la Escritura. A fin de refutarles, los rabinos emprendieron un estudio similar y el resultado de este conflicto literario fue el texto Masorético. Su exégesis era, por lo general, más sólida que la de los judíos palestinenses o alejandrinos.

4. LOS KABALISTAS. El movimiento del si¬glo xii fue bastante diferente. Representa la reductio ad absurdum del método de interpretación empleado por los judíos de Palestina, aunque también emplea¬ban el método alegórico de los judíos alejandrinos. Procedían bajo el supuesto de que toda la Masorah hasta los versículos, palabras, letras, vocales, puntos y acentos, fueron dados a Moisés en el Monte Sinaí, y que el número de letras, cada letra simple, su trans¬posición o substitución, tenía un poder especial y so¬brenatural. En su afán de descifrar los misterios di¬vinos, recurrieron a los siguientes métodos:

a) La

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