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Dios Cierra Puertas


Enviado por   •  31 de Agosto de 2014  •  2.689 Palabras (11 Páginas)  •  397 Visitas

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Dios cierra puertas

Introducción

Dios siempre escucha la oración, pero hay algunas oraciones a las que no presta atención; por tanto esas oraciones no serán contestadas.

El día de hoy les quiero hablar del Dios que cierra puertas, todos sabemos que Dios abre puertas, lo hemos visto a través de su bondad, favor, bendiciones, esa es la mano de Dios que abre puertas, pero el mismo Dios que abre puertas también cierra puertas. Amen?

Oraste pero no obtuviste el ascenso, te negaron el préstamo que tanto estabas esperando, la relación con tu pareja por mas que le pedias a Dios resolviera tus problemas no se resolvieron y se dio fin a la relacion, muchas de estas veces nos desanimamos y sentimos que Dios no nos ayudó, pero Dios puede ver el panorama completo de tu vida, Dios sabe a dónde se dirige cada camino, el sabe donde terminan, puede ver lo que te espera en la esquina, para nosotros se ve perfecto, pero lo que no podemos ver es que si hay peligro y dolor, ¡si hay problemas en ese rumbo!, Dios conoce los caminos que son un gran círculo, iríamos rodeando durante años para acabar justo donde comenzamos sin lograr progreso alguno.

Una parte muy importante de la fe es confiar en Dios aun cuando no puedas entenderlo, en la superficie todo parece perfecto, no ves ninguna posibilidad para que algo salga mal, pero Dios puede ver mil cosas más que nosotros no podemos ver.

Abran sus biblias por favor en Colosenses 4:2-4.- Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso, para que lo manifieste como debo hablar.

Si usted quiere que se le abran las puertas USTED debe orar por esas puertas, el Apóstol Pablo era específico y le decía a la gente “perseveren en la oración acompañada de acción de gracias”. Uno debe de dar gracias por la puerta que está esperando que se abra antes de que se abra, no sólo cuando se abre, sino antes de que se abra, levante sus manos y dígale al Señor: “Te doy gracias por la puerta que me vas a abrir”. Haga tiempo para orar, en ocasiones he estado orando por puertas para que Dios las abra y mientras estoy orando por esa puerta con perseverancia me doy cuenta que esa puerta no conviene que se abra por tanto orar y meditar es importante.

Tienes que aprender a orar, quieres que Dios te abra puertas, ¡PIDESELO! Pero PIDESELO CON FE, haces una oración y la haces sin fe, las escrituras en Santiago 1:5-6.- Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.

Las puertas no han sido abiertas, tal vez porque aun no es el tiempo adecuado para que se abra, porque existen más personas involucradas y ellas no están listas todavía, si Dios abriera la puerta ya no funcionaria, cuando se cierra una puerta no sabes de lo que Dios te está librando, si tus oraciones no están siendo contestadas de la manera que quieres, en vez de desanimarte, pensar que Dios no te apoya, ten una mejor perspectiva, “La razón por lo que la puerta se cerró es porque Dios tiene algo mejor para ti”.

Las puertas cerradas no son un accidente, quizá no lo puedas entender ahora, para ti es como si la oportunidad de tu vida se ha ido, pero un día veras atrás y agradecerás a Dios por las puertas cerradas.

En Mateo 7: 7-8.- Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

En Marcos 11:23-24.- En verdad les digo que cualquiera que diga a este monte: ‘Quítate y arrójate al mar,’ y no dude en su corazón, sino crea que lo que dice va a suceder, le será concedido. Por eso les digo que todas las cosas por las que oren y pidan, crean que ya las han recibido, y les serán concedidas.

En Colosenses 4:4 .- Para que lo manifieste como debo hablar.

No sólo debes esperar que Dios abra la puerta sino debes entrar como se debe, sabiduría para aprovechar que la puerta se abre, hay gente que se le abre la puerta y ni siquiera se dan cuenta que está abierta, no aprovechan esta oportunidad o lo aprovechan mal, llegan tarde, no van preparados, no están listos para el día en que se abre, usted le pide a Dios que le abra una puerta, Dios está diciéndote “Prepárate para el día que se te abra”.

En lo personal antes me sentía muy alegre porque Dios me abría las puertas y me ponía muy triste porque me cerraba otras, pero hoy he comprendido que Dios es muy sabio y me alegro tanto porque Dios quiere lo mejor para mí, así que debo aceptar su voluntad.

En Mateo 6:9-10.- Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

Hay que estar confiados en Dios, confíen en que Dios dirige su camino, que puedan decir como David ¡Mi vida está en tus manos!, si una puerta se cierra o no te va como esperabas, tú no te desanimes, porque sabrás que no se cerró por accidente, Dios la cerró a propósito, y la puerta que Dios cerró yo no la quiero abrirla, no quiero que se haga mi voluntad, quiero que se haga la voluntad de Dios, el sabe lo que es mejor para mí, el ve lo que yo no puedo ver, Dios que no se haga mi voluntad, que se haga TU VOLUNTAD.

Les voy a contar una reflexión que dice así:

Una vez, en tierras lejanas, existió un pobre campesino temeroso de Dios que trabajaba duramente la tierra con su hijo.

Un día el hijo le dijo al padre: “Padre, qué desgracia! Se nos ha ido el caballo” ¿Por qué le llamas desgracia? - Respondió el padre, veamos qué nos trae el tiempo...

A los pocos días el caballo regresó, acompañado de otro caballo. “Padre, ¡qué suerte!” exclamó esta vez el muchacho. “Nuestro caballo ha traído otro caballo”

-¿Por qué le llamas suerte? - Repuso el padre, veamos qué nos trae el tiempo…

En unos cuantos días más, el muchacho quiso montar el caballo nuevo, y éste, no acostumbrado al jinete, se encabritó y lo arrojó al suelo. El muchacho se quebró una pierna.

-Padre, ¡qué desgracia! – Exclamó nuevamente el muchacho – ¡Me he quebrado la pierna!

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