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EL CARACTER DEL OBRERO DEL SEÑOR


Enviado por   •  7 de Marzo de 2014  •  579 Palabras (3 Páginas)  •  293 Visitas

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CAPÍTULO UNO

SABER ESCUCHAR A OTROS

La vida personal de un obrero del Señor está íntimamente relacionada con su obra. Son muchas las características que deben ser edificadas, cultivadas y desarrolladas en un obrero del Señor a fin de formar en él los hábitos apropiados. A medida que estas características se A continuación mencionaremos algunas lecciones que todos los obreros experimentados del Señor han comprendido y han asimilado.

UNO

Todo obrero del Señor debe cultivar este hábito en su vida diaria. Ningún obrero del Señor desempeñará bien su función si sólo le gusta hablar, pero no sabe escuchar a otros. Ningún obrero del Señor debe volverse uno que habla sin cesar, sino que debe aprender a escuchar a los demás y a comprender sus problemas, interesándose sinceramente por ellos.

Para ello, debemos ser personas tranquilas delante del Señor, con una mente clara y un espíritu apacible. Nuestro ser interior debe ser como un papel en blanco delante del Señor. Al escuchar a la persona exponer su caso nuestra actitud debe ser perfectamente calmada delante del Señor Si hacemos esto, lograremos comprender el asunto que la persona está presentándonos.

Si un obrero del Señor no sabe escuchar a otros, ¿cómo podría entonces brindarles alguna ayuda? Cuando otros hablen, debemos escucharlos cuidadosamente y entender lo que dicen. Supongamos que un hermano viene a nosotros a contarnos sus problemas y nos habla por media hora de su caso. Tenemos que aprender a entender a otros desde la primera palabra que expresen.

Debemos aprender a discernir delante del Señor lo que las personas se reservan y no declaran. Esto representa una prueba para la capacidad de dicho obrero. Entonces tendremos la confianza ante Dios para saber cómo ayudar, exhortar o reprender al hermano. De hecho, un obrero que no sabe escuchar, por lo general, es un obrero menos útil.

En tercer lugar, debemos ser capaces aun de discernir lo que las personas dicen en su espíritu. Además de escuchar las palabras que una persona pueda expresar y las palabras que deliberadamente se reserva, tenemos que saber discernir lo que llamamos “las palabras que habla su espíritu”. Siempre que una persona abre su boca para hablar, su espíritu también habla. Mientras su boca está cerrada, su espíritu permanece encadenado, y es difícil saber lo que su espíritu tiene que decir Nuestra habilidad para discernir lo que su espíritu dice dependerá de la medida en que nos ejercitemos en el Señor. Si estamos ejercitados, podremos discernir las palabras que ha dicho, detectar las que se reserva e incluso discernir las palabras de su espíritu. Mientras habla, discerniremos cuales son las palabras de su espíritu,

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