EL SACRAMENTO DE LA EUCARISTIA

ENSAYO FINAL

“EL SACRAMENTO DE LA EUCARISTIA”

Curso                : LITURGIA Y CULTO     CRISTIANO

ALUMNO        : Pedro Fernando Jayo Huaroc

Huancayo – Abril 2021

EL SACRAMENTO DE LA EUCARISTIA

“El sacramento de la eucaristía ha sido considerado en la tradición de la Iglesia como el segundo sacramento mayor. Por el bautismo entramos en la Iglesia, el Pueblo de Dios. Por la Eucaristía nos mantenemos unidos a Cristo, como el sarmiento de a la vid, y crecemos espiritualmente gracias a la savia, a la gracia de él recibimos”.

Isaías A. Rodríguez.

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EUCARISTÍA

La palabra eucaristía proviene del griego eucharistía, que significa acción de gracias, y en términos cristianos se refiere a la sagrada comunión. La eucaristía es la consagración del pan como el cuerpo de Jesucristo y del vino como su sangre, que renueva mística y sacramentalmente su sacrificio en la cruz. Con el Sacramento de la Eucaristía se honra los tres tiempos de Jesucristo en sus últimos días, como lo son: la última cena (jueves santo), el sacrificio en la cruz (viernes santo) y la resurrección (domingo de resurrección), que son enaltecidos durante la pascua. Al recibir la eucaristía nos unimos a Dios fortaleciendo nuestra fe y compromiso con el prójimo.

ELEMENTOS DE LA EUCARISTIA

Los elementos de la Eucaristía son el pan sacramental (con o sin levadura) y el vino

 sacramental que se consagran en un altar (o una mesa de comunión) y se consumen a

 partir de entonces. Aquellos que consumen los elementos, pueden

 hablar de "recibir la Eucaristía", así como de "celebrar la Eucaristía".

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¿Cuál es el fundamento de la Eucaristía?

Por ello instituyó la Eucaristía como memorial de su muerte y resurrección. Por memorial debemos entender no sólo un recuerdo de un acontecimiento pasado, sino la proclamación de las maravillas que Dios ha realizado en favor de los hombres; significa hacer presente, dar sentido actual a su Pascua. 

La eucaristía es esencialmente el sacramento del don de Dios que nos hace en Cristo por el poder del Espíritu Santo. En los cuatro evangelios pudimos ver como Jesús siempre compartía una comida con buenos y malos, con personas justas y con pecadores, y compartía con ellos la Palabra, podemos recordar que una comida era común compartir entre los judíos, Jesús lo hacía siempre y más aún bendecía el pan y el vino para compartirlo con los que estaba en ese momento.

Puedo afirmar que la celebración de la eucaristía, como memorial del sacrificio pascual de Jesús y sacramento vivo de su presencia entre nosotros, es el corazón de la fe cristiana, siendo el Misterio Pascual de Cristo, eje de toda la vida cristiana.

A la Eucaristía la llamamos “Sacramento” porque nos alimenta para cumplir nuestra misión. Al celebrarla, leemos nuestra historia como pueblo de Dios, recordamos los grandes prodigios que ha hecho por nosotros y escuchamos su llamada a corresponder a su amor. Ofrecemos el pan y el vino, que se convertirán en el cuerpo y sangre del Señor, entregados en sacrificios para salvación de la humanidad. Nos acercamos al banquete para compartir con la comunidad el pan y la copa de vida que Jesús nos ofrece

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¿Qué dice el Antiguo Testamento sobre la Eucaristía?

El árbol de la vida prefigura la Eucaristía. Jesús conecta y afirma, en el discurso del pan de vida, que hay que comer de su cuerpo y beber de su sangre. Lo cual nos da el poder de resucitarnos. “Este es el pan que bajo del cielo, del cual hombre puede comer y no morir, quien coma de este pan vivirá para siempre”.

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¿Cuándo instituye la Eucaristía Jesús?

Jesucristo instituyó la Eucaristía el Jueves Santo, “la noche en que fue entregado”, mientras celebraba con sus Apóstoles la Última Cena.

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¿Qué nos dice la Palabra de Dios referente a la Eucaristía?

Jesús instituyó la Eucaristía cuando celebró la cena pascual con sus discípulos la noche antes de morir, como memorial adelantado de su muerte y resurrección, dando así plenitud al significado de la pascua judía.

Cuando Jesús llama a sus discípulos, les llama para que estén con Él. Esta es la gracia más grande, la eucaristía, es el momento privilegiado de estar con Jesús, y a través de Él, con Dios y con la congregación. Rezar, como todo verdadero diálogo, es también saber permanecer en silencio, en silencio junto a Jesús. Y cuando nosotros celebramos la eucaristía, quizá llegamos cinco minutos antes y empezamos a hablar con el que está a nuestro lado. Pero no es el momento de hablar: es el momento del silencio para prepararnos al diálogo antes de celebrar este hermoso momento. Es el momento de prepararse al encuentro con Jesús. Jesús mismo nos enseña cómo es realmente posible estar con el Padre y nos lo demuestra cada vez que Él comparte con las personas una comida.

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