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El Sacramento De La Eucaristía


Enviado por   •  15 de Junio de 2015  •  2.575 Palabras (11 Páginas)  •  290 Visitas

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EL SACRAMENTO DE LA EUCARISTIA

La Eucaristía como Sacramento

La Eucaristía es el sacramento en el cual, bajo las especies de pan y vino, Jesucristo se halla verdadera, real y sustancialmente presente, con su cuerpo, su sangre, su alma y su divinidad.

El más sublime de los sacramentos, de donde manan y hacia el que convergen todos los demás, centro de la vida litúrgica, expresión y alimento de la comunión cristiana.

La Eucaristía, Sacramento de la Nueva Ley

Que la Eucaristía es verdadero y propio sacramento constituye una verdad de fe declarada por el Magisterio de la Iglesia. Se deduce del hecho de que en ella se cumplen las notas esenciales de los sacramentos de la Nueva Ley:

a) El signo externo, que son los accidentes de pan y vino (materia) y las palabras de la consagración (forma).

b) Para conferir la gracia, como afirma el mismo Cristo: El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, o sea, la gracia que es la incoación de la vida eterna.

c) Instituido por Cristo en la Última Cena.

El signo externo de la Eucaristía

Como en todo sacramento, en la Eucaristía se distingue un signo sensible que nos comunica la gracia. Basta recordar su institución en la Ultima Cena: Jesús utiliza dos elementos sencillos, el pan y el vino, y pronuncia unas palabras que “hacen” el sacramento. Así queda constituido el signo: el pan y el vino serán la materia para la confección de la Eucaristía, y las palabras de la consagración que son las mismas palabras de Cristo, pronunciadas dentro de la Misa, las que renuevan esa transformación que la Iglesia ha llamado transustanciación.

Materia

La materia para la confección de la Eucaristía es el pan de trigo y el vino de vid. Esta es una verdad de fe, definida en el Concilio de Trento.

Para la validez del sacramento se precisa:

• Que el pan sea exclusivamente de trigo (amasado con harina de trigo y agua natural, y cocido al fuego), de modo que sería materia invalida el pan de cebada, de arroz, de maíz, etc., o el amasado con aceite, leche, etc.

• Que el vino sea de vid (líquido que se obtiene exprimiendo uvas maduras, fermentado); sería materia invalida el vino agrio (vinagre), o cualquier tipo de vino hecho de otra fruta, o elaborado artificialmente.

Para la licitud del sacramento se requiere:

• Que el pan sea ázimo (no fermentado), hecho recientemente, de manera que no haya peligro de corrupción.

• Que al vino se le añadan unas gotas de agua.

Forma

La forma son las palabras con las que Cristo instituyó este sacramento: Esto es mi cuerpo… Esta es mi Sangre.

Los efectos de recepción de la Eucaristía

Los efectos de la recepción de la Eucaristía producen en el alma, son los siguientes:

A. Aumento de la Gracia Santificante

La Sagrada Eucaristía es capaz de producir por sí misma un aumento de gracia santificante mayor que cualquier otro sacramento, por contener al mismo Autor de la gracia. Por eso se puede decir que, al ser la gracia unión con Cristo, el fruto principal de la Eucaristía es la unión intima que se establece entre quien recibe el sacramento y Cristo mismo.

B. Gracia Sacramental Especifica

La gracia sacramental específica de la Eucaristía es la llamada gracia nutritiva, porque se nos da a manera de alimento divino que conforta y vigoriza en el alma la vida sobrenatural.

C. Perdón de Pecados Veniales

También se perdonan los pecados veniales, alejando del alma la debilidad espiritual. Los pecados veniales, en efecto, constituyen una enfermedad del alma que se encuentra débil para resistir al pecado mortal.

D. Prenda de Vida Eterna

De acuerdo a las palabras de Cristo en Cafarnaúm, la Eucaristía constituye un adelanto de la bienaventuranza celestial y de la futura resurrección del cuerpo: “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna, y yo lo resucitaré, en el último día”.

Necesidad de la Eucaristía

El único sacramento absolutamente indispensable para salvarse es el bautismo: si un niño recién bautizado muere, se salva, aunque no haya comulgado. Sin embargo, para un bautizado que ha llegado al uso de razón, la Eucaristía resulta también requisito indispensable, según las palabras de Jesucristo: “Si no coméis la Carne del Hijo del Hombre y no bebéis su Sangre, no tendréis vida en vosotros”.

Para aquellos que inculpablemente ignoran la verdadera fe, la necesidad de recibir físicamente la Eucaristía sería necesidad in voto, o de deseo.

El ministro de la Eucaristía

“solo el sacerdote válidamente ordenado es ministro capaz de confeccionar el sacramento de la Eucaristía, actuando en la persona de Cristo”.

La validez de la confección de la Eucaristía depende, por tanto, de la validez de la ordenación: consagrar es tarea propia y exclusiva del sacerdocio ministerial.

La prueba que ofrece la Sagrada Escritura es concluyente: el encargo hecho por Cristo en la Intimidad del Cenáculo a sus Apóstoles y a sus sucesores haced esto en memoria mía, va dirigido exclusivamente a ellos, y no a la multitud de sus discípulos.

El sujeto de la Recepción de la Eucaristía

Todo bautizado es sujeto capaz de recibir válidamente la Eucaristía, aunque se trate de un niño.

Para la recepción licita o fructuosa se requiere:

a) El estado de gracia

b) La intención recta, buscando la unión con Dios y no por otras razones.

La iglesia apoyándose en las duras amonestaciones del Apóstol para que los fieles examinen su conciencia antes de acercarse a la Eucaristía, ha exigido siempre el estado de gracia, de

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