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ENSEÑANDO A ORAR


Enviado por   •  3 de Septiembre de 2013  •  7.207 Palabras (29 Páginas)  •  230 Visitas

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ENSEÑANDO A ORAR

Objetivo: Discipular con este paso esencial, motivando a la oración

Cita base: Lucas 11:1 : Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar,

Un discípulo de Jesús siempre está en contacto con su Maestro, de la misma manera en que Jesús, siempre estaba en contacto con el Padre. En ese texto base ¿qué estaba haciendo Jesús en el momento que se acerca el discípulo y ve lo que hacía su Maestro? Jesús estaba orando...

Esta viene a ser una exigencia para todo aquel que ingresa al Reino de Dios, aprender a comunicarse, a hablar, a platicar, a conversar, a dialogar con su nuevo Señor. Y alguien tiene que enseñarnos esto porque no es un hábito en un país como el nuestro. La mayoría de quienes se allegan al Reino vienen de un estrato religioso, donde en vez de hablar con Dios, sólo se repiten "rezos aprendidos" de memoria, hechos por otras personas; una repetición sin sentido que la Biblia reprueba

Mateo 6:7-8a : 7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. 8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos...

Al Señor no le gustan los pericos, que hacen vanas repeticiones; Jesús, el Señor espera palabras propias y no discursos aprendidos, ni laaaargas oraciones

Marcos 12:38-40a: 38 Y les decía en su doctrina: Guardaos de los escribas, que gustan de andar con largas ropas, y aman las salutaciones en las plazas, 39 y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; 40 que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones...

Cuando abrimos la boca demasiado tiempo, se corre el riesgo no sólo de decir una imprudencia, sino de redundar en profanas y vanas palabrerías

2Timoteo 2:16: Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad.

- "Oye, pero ¿podrá la oración conducir a la impiedad?". Si se hace indebidamente, por supuesto que si, por eso Pablo escribió eso ahí.

La oración es un diálogo. Imagine que en una pareja, sólo hablara uno de los dos; se produciría un divorcio. En una conversación de dos personas, hay tiempos de hablar y tiempos de callar, es decir, es una plática en que intercambiamos pensamientos. La oración no puede ser un monólogo, porque el Señor diría: "Oye, déjame decirte lo que pienso de todo lo que estás diciendo... escúchame tú a Mi".

La oración no es el tiempo en que hablamos a Dios, sino la intención de un corazón que muestra que ama a Aquel con quien se está comunicando. Y Dios, que está vivo y nos escucha, no oye tanto las palabras sencillas, o elegantes o elocuentes; ni el tiempo en que hablamos, sino que como El tiene acceso a nuestro interior, mira si hablamos de boca o de corazón.

Además, acostumbrarse a hablar con alguien sin verlo, no es una práctica común en este país de México, con tantas costumbres piadosas heredadas, por lo que al recién salvo, alguien le guiará a aprender a hablar con Dios y tendrá que cambiar las fórmulas aprendidas, por palabras propias, algo así como cuando alguien habla con su mejor amigo, o con alguien que ama.

La fidelidad a Jesucristo, se alcanza por medio de la comunicación, ya que de la comunicación surge la relación, la correspondencia mutua y por supuesto, la comunión (común unión) y de la comunión surge el amor al Señor. Esto hay que enseñarlo y como no es fácil que la gente lo asimile, al visitarle, si no nos sentamos con él, para enseñarle a orar; él nunca va a hacerlo y lo más probable es que su falta de comunicación, le pierda nuevamente.

¿Cómo iniciamos a alguno en la vida cristiana? por la oración en 4 formas:

1. Oración individual. Jesús lo manda a todos sus discípulos y en su evangelio nos dice cómo:

Mateo 6:6: Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

Las palabras irán surgiendo conforme vamos conociendo a Dios. Al principio no decimos mucho, pero conforme avanzamos en el amor a Jesús, van surgiendo más tiempo y más palabras a nuestra plegaria.

Pablo aconseja: Orad sin cesar (1Ts 5:17), un arma espiritual que consigue la estabilidad espiritual. También dice: orando de noche y de día con gran insistencia (1Ts 3:10a); ese es el motor espiritual de un buen cristiano.

En este segundo paso del discipulado, se enseña al nuevo creyente a llevar un control escrito de su vida de oración, es decir, un "diario de oración", que va consignando fechas, intenciones, promesas escritas, respuestas, etc. Antes de orar se escriben las intenciones, para tenerlas presentes y saber los motivos por los que vamos a orar, antes de entrar en la presencia del Señor. Ejemplo:

D I A R I O D E O R A C I O N AÑO__________ MES__________________

| DIA | INTENCIONES | PROMESAS | RESPUESTAS (CITAS) | ACCION A REALIZAR |

El diario de oración es una forma sencilla y útil. Se escriben las "intenciones", seguidas de una o varias promesas bíblicas, donde apoyar la oración. Por ejemplo, si la intención tiene que ver con enfermedad, la promesa sería Ex 15:36, Dt 7:15, 2Cr 6:28-30, Sal 30:2, o Jer 33:6.

Después de haber orado, se anotan las citas o las "respuestas" que el Señor hace sentir y finalmente se escribe en la última columna, la acción que debemos realizar después de orar, en relación con lo que oramos y con lo que el Señor nos dijo. Esto ayuda no sólo a orar en orden sino a llevar un registro escrito, para recordar indicaciones del Señor y no olvidarlas.

Un examen interior previo, es útil, antes de orar, para limpiar el corazón, para pedir perdón; eso asegura que nuestra oración llegue a Su presencia. Estar en paz con todos, es también algo esencial para lograr la efectividad. Y no se trata de pasar 15 horas hable y hable, sino hacer conciencia de a Quien estamos hablando, de tener fe en lo que hablamos y de esperar respuesta.

2. Oración conyugal. Los casados tendrán un tiempo diario en la presencia de Dios para interceder sobre problemas comunes, referentes al matrimonio, los hijos y el hogar en general. Así está mandado en el evangelio:

Mateo 18:19: Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.

La oferta

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