ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Eclesiología Para La Misión


Enviado por   •  25 de Julio de 2011  •  1.892 Palabras (8 Páginas)  •  736 Visitas

Página 1 de 8

ECLESIOLOGIA PARA LA MISION

1. Origen trinitario de la Iglesia:

En la vida de la Iglesia se puede descubrir el reflejo de la unidad y de la trinidad divina. En el origen de esta vida se ve especialmente el amor del Padre, que tiene la iniciativa tanto de la creación como de la redención, por la que él reúne a los hombres como hijos en su Hijo unigénito. Por eso, la vida de la Iglesia es la vida de Cristo mismo, que vive en nosotros, dándonos la participación en la misma filiación divina. Y esta participación es obra del Espíritu Santo, que hace que, como Cristo y con Cristo, llamemos a Dios: "Abbá, Padre!" (Rom 8,15).

En esta invocación, la nueva conciencia de la participación del hombre en la filiación del Hijo de Dios en virtud del Espíritu Santo que da la gracia, halla una formulación de origen divino ¡y trinitario! El mismo Espíritu, con la gracia, actúa la promesa de Cristo sobre la inhabitación de Dios. Trinidad en los hijos de la adopción divina. Efectivamente, la promesa que hace Jesús: "Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amara, y vendremos a él, y haremos morada en él" (Jn 14, 23), está iluminada en el Evangelio por una promesa anterior: "Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito para que esté con vosotros para siempre" (Jn 14,15 16). Una enseñanza semejante nos la da san Pablo, que dice a los cristianos que son "templo de Dios" y explica este estupendo privilegio diciendo: "El Espíritu de Dios habita en vosotros" (1 Cor 3, 16; cfr. Rom 8, 9; 1 Cor 6, 19; 2 Cor 6, 16).

Y he aquí que emerge de estos teCristos una gran verdad: el hombre.persona es en la Iglesia la morada de Dios.Trinidad, y toda la Iglesia, compuesta de personas habitadas por la Trinidad, es en su conjunto la morada, el templo de la Trinidad.

En Dios Trinidad se halla también la fuente esencial de la unidad de la Iglesia. Lo indica la plegaria "sacerdotal" de Cristo en el Cenáculo: " para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mi, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mi" (Jn 17, 21.23). ésta es la fuente y también el modelo para la unidad de la Iglesia. En efecto, dice Jesús: que sean uno, "como nosotros somos uno". Pero la realización de esta divina semejanza tiene lugar en el interior de la unidad de la Trinidad: "ellos en nosotros". Y en esta unidad trinitaria permanece la Iglesia, que vive de la verdad y de la caridad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y la fuente de todos los esfuerzos encaminados a la reunión de los cristianos en la unidad de la Iglesia, herida en la dimensión humana e histórica de la unidad, está siempre en la Trinidad una e indivisible. En la base del verdadero ecumenismo se halla esta verdad de la unidad eclesial que la oración sacerdotal de Cristo nos revela como derivante de la Trinidad.

Incluso la santidad de la Iglesia .y toda santidad en la Iglesia. tiene su fuente en la santidad de Dios Trinidad. El paso de la santidad trinitaria a la eclesial se realiza sobre todo en la Encarnación del Hijo de Dios, como dan a entender las palabras del anuncio a María: "por eso, el que ha de nacer será santo" (Lc 1, 35). Ese "santo" es Cristo, el Hijo consagrado con la unción del Espíritu Santo (Cfr Lc 4, 18), el Hijo que con su sacrificio se consagra a sí mismo para poder comunicar a sus discípulos su consagración y su santidad: "Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad" (Jn 17, 19). Glorificado por el Padre por medio de esta consagración (Cfr Jn 13, 31; 17, 1.2), Cristo resucitado comunica a su Iglesia el Espíritu Santo (Cfr Jn 20, 22; 7, 39), que la hace santa (Cfr 1 Cor 6, 11)

Deseo concluir subrayando que esta Iglesia nuestra, una y santa, está llamada a ser y está puesta en el mundo como manifestación de ese amor que es Dios: "Dios es amor", escribe san Juan (1 Jn 4, 8). Y si Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo, la vida infinita de conocimiento y de amor de las divinas Personas es la realidad trascendente de la Trinidad. Precisamente este "amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado" (Rom 5, 5).

La Iglesia, "un pueblo reunido en la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo", como la definió san Cipriano es, pues, el "sacramento" del amor trinitario. Precisamente en esto consiste su misterio más profundo.

2. Notas esenciales de la Iglesia de Cristo

NOTAS ¿Cómo se define? ¿Qué espiritualidad contiene? ¿A qué nos compromete?

Unidad. Puesto que la IGLESIA es esencialmente el misterio de comunión de todos los hombres con Dios en Cristo, es lógico que la unidad se haga patente en toda su vida y en toda su actividad. Misma fe, misma esperanza y misma caridad (vínculo formal de la unidad). Se ve en la misma fe, en el misterio litúrgico, y en el poder de jurisdicción.

Santidad. Toda religión se dice santa. La de Cristo lo es. Lo es por su origen divino y por su pertenencia a lo divino. Los medios son santos (la palabra, los sacramentos) y sus miembros lo son por participación de Dios.

Catolicidad. Universal.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (10.8 Kb)   pdf (93.1 Kb)   docx (13 Kb)  
Leer 7 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com