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El catequista debe ser fiel a sus niños


Enviado por   •  20 de Octubre de 2018  •  Apuntes  •  1.152 Palabras (5 Páginas)  •  177 Visitas

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El catequista debe ser fiel a sus niños

  • Vamos a profundizar este tema, mirando más a nuestros niños.
  • Si vamos a transmitir el mensaje de la salvación a los niños debemos tener la misma preocupación de Dios, la misma preocupación de Jesús, que todos tengan vida.
  • Por lo tanto tenemos que preocuparnos de conocer las necesidades, la angustia y problemas de nuestros niños, solo así podemos dar respuesta, no pretendamos darles una respuesta rápida.
  • La catequesis antigua partía de un catecismo con preguntas y respuestas.
  • Ahora nuestra actitud ha de ser siempre de escucha, de respeto por la persona del niño, no queramos forzar las cosas, estemos atentos más bien a percibir sus angustias y problemas, que muchas veces no saben expresar bien, necesitamos saber dialogar, no imponer, no tengamos prisa en meter de una vez todo el contenido en la cabeza de los niños caminemos paso a paso, sin quemar etapas.
  • Debemos tomar muy enserio a nuestros niños escucharlos aunque ellos ataquen, se rebelen o expresen dudas y desconfianzas.
  • Podemos aprender mucho de Jesús…
  • ¿Cómo se dirige a sus oyentes?
  • ¿Cómo trata Jesús a la mujer samaritana o a los discípulos de Emaús?

Primero escucha sus preocupaciones y cuestionando o dialogando procura dar una respuesta Jesús no impone nunca, descubre con respeto lo bueno que hay en todo ser.

  •  Tratándose de los mismos catequizados, hemos de tomar en cuenta también su desarrollo psicológico.  En cada edad, la persona muestra ciertas características psicológicas. La niña y el niño reaccionan de muy distinta manera que el adulto. Tienen otras necesidades, otra forma de recibir el mensaje.
  • Aunque no sea este el lugar para profundizar la psicología religiosa de los catequizandos, queremos abordar brevemente este tema. Sugerimos que ustedes hagan un estudio más serio a través de cursos, libros, etc.
  • Los niños de 4 a 7 años, aproximadamente, son muy sensibles y afectuosos. La niña y el niño, en esta edad,  sienten una gran necesidad de ser queridos, de sentirse seguros y protegidos. Quieren sentirse aceptados por el ambiente.
  • Por eso, tanto en la familia como en la catequesis, la niña y el niño necesitan encontrar un ambiente de mucho amor. En el amor de los padres  y del catequista, descubrirán ellos el amor de Dios. Y si no encuentran amor en su infancia, difícilmente sentirán después a Dios como amor en su vida.
  • Amar a las niñas y niños no quiere decir que no podamos exigirles. Ellos tienen que saber que hay limites. Podemos actuar con firmeza. Y esto solo aumentara la seguridad en la niñez. Con relación a Dios, no le presentemos nunca como castigador de los pequeños.

  • Las niñas y niños admiran a sus padres. Ven en su propio padre todas las cualidades y perfecciones. Están convencidos de su poder. Presentémosles a un Dios grande y poderoso que invita a crecer y que se complace con el progreso de todo ser. No es necesario hablar siempre del Niño Jesús. Los pequeños admiran a los grandes y admiraran también  al señor Jesús.
  • La niñez tiene un gran espíritu de imitación. Por eso aprende más con el ejemplo que con las palabras. Actuar ante los niños y con ellos es mejor que hacer que ellos actúen.
  • Es la edad de la admiración y de la contemplación. La niña y el niño están descubriendo el mundo. Podemos aprovechar sus descubrimientos, ayudarles a descubrir a Dios y a admirar sus obras. Con ellos admiramos, alabamos, adoramos y agradecemos. Tengamos cuidado de no interrumpir la admiración y la contemplación infantil con explicaciones innecesarias.
  • De4 los 7 a los 9 años, cambia su reacción ante las personas y las cosas. A los 7 años, aproximadamente, comienza el uso de razón. Empiezan ya a pensar por si mismos. Para los pequeños, su norma de comportamiento es la aprobación o desaprobación de sus padres. Los mayores comienzan a distinguir por si mismos entre el bien y el mal.
  • Se vuelven mas introspectivos, pensativos, y soñadores. Es la edad de la interiorización. Y ésta favorece en gran manera la catequesis. Es una edad favorable para la formación religiosa.
  • Continua todavía la fase de admiración. No destruyamos la contemplación de niños y niñas. Sepamos usarla para un encuentro mas profundo y personal con Dios. Podemos enseñarles algunos salmos que expresan la alabanza y la adoración. Pongámosles en la presencia de Dios para que aprendan a dialogar con él.
  • En esta edad, la niñez esta ansiosa de saber. Es una edad favorable para una profundización del mensaje.
  • Empieza ya a buscar la relación personal. Podemos educarla para la vida comunitaria. Ya entiende lo que quiere decir pertenecer a la familia de Dios. Entiende que Dios quiere que las personas vivan en comunidad y traten de hacer felices a los demás.
  • Es la edad de la Primera Eucaristía, del ingreso y participación en la vida de la comunidad.
  • De 9 a 12 años se dan otras características. Comienza a dominar la inteligencia. Surgen las dudas. No todo lo que el adulto dice se acepta sin mas. Vienen las preguntas y las criticas.
  • Es también la edad de la acción. Quiere actuar, fabricar, construir. Admira las grandes obras del mundo material y a las personas creativas.
  • No es la edad mas fácil para la formación religiosa. Niñas y niños se vuelven mas extrovertidos. No se entusiasman por lo espiritual. Empiezan a ser críticos y a sentir dudas. El catequista tiene que ser competente, presentar un mensaje concreto y saber dar las respuestas adecuadas a las preguntas que surgen.
  • La adolescencia ofrece otros aspectos psicológicos. En esta fase de la vida, nadie quiere ser tratado como niño. Rompe con ele mundo cerrado de la infancia, especialmente de la familia. Los adolescentes quieren liberarse de la autoridad, descubrir el mundo por si mismos, y no quieren saber de muchos conejos. Buscan el grupo, fuera de la familia.
  • En la adolescencia, ellas y ellos no se sientes aceptados. Es fuerte en ellos el respeto humano y el sentido del ridículo. Se cierran en si mismos y se analizan sin cesar. Necesitan la orientación y la amistad personal del adulto que ellos admiran. Quieren ser alguien. Por eso comienzan a imitar al adulto, sobre todo a los artistas y héroes. Quieren hacer cosas extraordinarias. Les gustan los lideres y les siguen. En la catequesis, podemos presentar a los grandes personajes de la biblia, especialmente a Jesús.
  • En esta edad son críticos. No aceptan nada sin pruebas. Quieren comprender las cosas. Por eso, tenemos que documentar nuestra catequesis con mapas, fotografías, etc. Y hemos de evitar a toda costa una catequesis racionalista.
  • En esta fase, los movimientos juveniles son una necesidad. Por que el adolescente se desliga de los padres y busca el grupo fuera de la familia, el movimiento puede ser una gran ayuda para que ellas y ellos lleguen a encontrar su identidad.

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