El sendero de la felicidad

Nombre: Maldonado Flores Danya Julianna.

Título del libro: Patriarcas y profetas.

Nombre del autor: Elena G. de White.

Título del capítulo: Jacob y Esaú.

De que trata:

 Trata de dos hermanos gemelos. Esaú y Jacob eran hijos gemelos de Isaac y Rebeca. Al padre, Isaac, le gustaba mucho Esaú, porque era buen cazador y traía a la casa alimento para que la familia comiera. Pero Rebeca amaba más a Jacob, porque era tranquilo y apacible. Y Esaú vende su primogenitura.

Principales ideas de la lectura

Esaú:

 Interesado, le gustaba la caza, adora la libertad, heredero de la primogenitura, no le gustaba la vida religiosa, vender su primogenitura, adorado por su padre.

Jacob:

Joven amable, reflexivo, le gustaba los rebaños, labrar la tierra, amaba la primogenitura, adorado por su madre.

Resumen:

Dios le contesta sus oraciones y le promete a Rebeca que dará a luz dos hijos de los cuales será jefes de naciones poderosas diferentes, uno iba a ser mayo que el otro.

Esaú creció pensando en sí mismo y en interés, el se convirtió en un buen cazador el cual llevaba la comida a casa. Éste era el preferido por su padre. Él pastor iba y venía tranquilo a casa después de su caza.

En cambio a Jacob era muy reflexivo, tranquilo, aplica y cuidadoso. Siempre pensaba en futuro. Su deber le gustaba, que era servir en casa, en los rebaños o labrar la tierra. Él era amado por su madre.

Isaac se dedicó a enseñar a sus hijos a considerar la primogenitura como un asunto de muchísima importancia. Pero, como Esaú era el mayor, el iba a heredar la primogenitura y debería ser el sacerdote de la familia. Como así dedicar su vida al servicio a dios. Es así que debía de obedecer lo requerimientos divinos; en casamientos, relaciones familiares y en la vida pública.

Luego Esaú no le interesaba mucho esa herencia, no lo amaba, tampoco amaba la vida religiosa esto era desagradable hasta odiosa para él, escuchar sobre la primogenitura.

Pero esto no era porque sus padres quería sin no porque era el pacto de la promesa de Dios con ellos. Esaú prefería mucho la libertad para hacer o deshacer lo que quisiera a su gusto.

Para el él el poder, las riquezas, lujos, alboroto, diversiones, esto era la verdadera felicidad.

Jacob había oído sobre la primogenitura que constantemente oía a su madre decir, el no sabía del todo lo que era. Desde ese momento deseo querer ese privilegio y su objetivo era tener la primogenitura espiritual. Y ser el progenitor de su pueblo y del mesías prometido.

Día y noche escuchaba en secreto este asunto que en sus pensamientos los preocupaba. Era como un interés absorbente. Pero Jacob todavía no tenía una experiencia con Dios que tanto anhelaba, su corazón a un no había sido renovado. Y aun así el estudiaba.  

Un día Esaú se fue de caza todo un buen rato. Tan pronto como Esaú llegó a casa preguntó a Jacob, "Pronto, dame un poco de tu estofado, ¡me muero de hambre!"  Jacob contestó, "primero dame tus derechos de primogénito." El se aprovecho del momento para así tener lo que deseaba.

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