Ensayo Premisa Realismo

Luigi Giussani, conocido sacerdote italiano por ser el fundador del movimiento eclesial “Comunión y Liberación”, comienza esta premisa citando a Alexis Carrel. Haciendo referencia que en la actualidad no estamos realmente aprendiendo de la realidad, sino que la estamos manipulando para que esta se ajuste a un esquema prefabricado por la inteligencia. Entonces: ¿Somos realmente libres?

Una investigación sobre cualquier cosa requiere de realismos, pero ¿Qué es el realismo? Tomando como referencia la primera cita de Carrel, llegamos a la definición de realismo como “el hecho de que un esquema previo de nuestra mente no prime por sobre la observación completa de lo que se está investigando”. Bien decía San Agustín: “yo investigo para saber algo, no para pensarlo”

Se llega a la conclusión de que para conocer realmente a un objeto el método debe ser impuesto por él, y no creado por nosotros. Acostumbramos a construir un ideal sobre este objeto en investigación proyectando nuestros sentimientos, pero esto no es real, ya que solo nos conducirá a una investigación errónea, ya que solo veremos en el objeto lo que nosotros creemos o queremos, y no lo que realmente es. Entonces recién así podremos estar seguros de que llegaremos a conocer realmente al objeto.

Ahora bien, no debemos olvidar que nuestro horizonte es investigar el “sentimiento religioso”. Lo primero que debemos tener en cuenta es que es un fenómeno perteneciente al ser humano, por lo tanto trata “sobre mí mismo”. Reflexionar, realizar una indagación existencial sobre la propia experiencia nos dará las suficientes herramientas para comprender esto que es característico de nosotros mismos. Recién en este momento podemos comparar nuestros resultados con los resultados de filósofos y pensadores. Sería totalmente absurdo hacerlo al revés.

Luego, es necesario saber emitir un juicio sobre los resultados de la indagación previamente hecha. Sin esto, no tendríamos ninguna experiencia, ya que esta más que “probar” algo trata sobre “entender” ese algo, descubrir cuál es realmente su sentido.

Pero este juicio requiere de un criterio, y no de cualquiera, por lo que es necesario saber qué criterio adoptaremos para poder juzgar. Existen dos caminos a seguir; el primero trata sobre tomar prestado algo exterior a nosotros, y el segundo es encontrar este criterio dentro de nosotros mismos. En el primer caso, al sacar los criterios de extras, estaríamos haciendo depender algo que somos, de algo externo; por lo tanto lo rechazamos. Debemos tener en cuenta que el hombre antes de de ser, no era nada, por lo tanto el criterio es inmanente a nosotros, lo que no quiere decir nosotros nos damos el criterio, sino que proviene de la naturaleza, entendida como Dios, se nos es “dado”. El criterio para juzgar debe ser algo inmanente a nuestra estructura originaria. Por lo tanto el segundo caso sería el correcto.

Todas las experiencias pasan por la diferenciación de una experiencia elemental, es decir, un conjunto de exigencias y evidencias, exigencias de verdad, de justicia. Con estas, el hombre se ve proyectado a confrontar todo lo que existe. Es por esto que todos nuestros movimientos, es decir, todo lo que hacemos y decimos, parten de esa experiencia elemental. A esto es lo que llamamos “trabajo de la vida”, propio de todo acto humano, de plasmar todo lo que nos rodea. Cabe destacar que esta experiencia elemental es sustancialmente igual en todos nosotros y por la cual el hombre se asoma a la realidad para así realizar algo que lo estimula desde lo más dentro de su ser.

Continuamente todos los hombres se enfrentan con su destino, entonces ¿Cómo evitar un subjetivismo generalizado? Solo dos tipos de hombre salvan completamente la estatura del ser humano: el anarquista y el auténticamente religioso. Por un lado el anarquista es la afirmación de sí mismo hasta el infinito, sin embargo, se le escapa un factor de la realidad: a diferencia de lo que él piensa, sí es

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