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Escuela de la Cruz Manual de ayudantes


Enviado por   •  9 de Octubre de 2023  •  Informes  •  16.491 Palabras (66 Páginas)  •  132 Visitas

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ESCUELA DE LA CRUZ

MANUAL DE AYUDANTES

INTRODUCCIÓN

La evangelización debe ser inmutable en cuanto al contenido de la misma, porque Cristo es y debe ser el mismo para todos los hombres de todas las épocas. Es una traición el acomodar a Cristo, modificándolo según las circunstancias, lugares, conveniencias o necesidades; y ya que la doctrina de Cristo es su expresión, constituye un crimen igual, el pretender acomodar, ajustar o interpretar la doctrina de Cristo al gusto de cada quien, so pretexto de que ahora las necesidades son otras, o de que tal o cual pueblo, época o persona, son diferentes; en último caso, nosotros nos hemos de ajustar a Cristo y no él a nosotros, hemos de cambiar nuestra mente y nuestro corazón por los de Cristo (cfr. EN 10, Mt. 11,12; Lc. 16,16; EN 18, 23). Hay quien dice: "Cristo en SU época... hacía o decía tal o cual cosa, pero en esta época, las cosas son diferentes..."; si así fuera, ni Cristo ni el Evangelio tendrían ningún valor. Para que Cristo valga, toda época es la época de Cristo y el Evangelio tiene hoy el mismo valor, sentido e interpretación que tuvo hace dos mil años. Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre, el Evangelio de Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre; precisamente esa es la base del error de las religiones protestantes, porque estas religiones sí hacen a Cristo y al Evangelio a la medida de sus caprichos y conveniencias. En el seno de la Iglesia, el reducir el evangelio o hacerlo ambiguo, "acomodarlo", hace que la evangelización pierda "su razón de ser" (cfr. EN 32)

Partiendo de esa base, ya que la Escuela es Evangelización, y "los tres días de Escuela" constituyen el momento en que presentamos a Cristo y a su Evangelio, hemos de poner un cuidado extremo en no modificar, aumentar o suprimir nada, a riesgo de distorsionar la Persona de Cristo y su mensaje. La Evangelii Nuntiandi dice: "...hay un contenido esencial, una substancia viva, que no se puede modificar ni pasar por alto sin desnaturalizar gravemente la evangelización misma" (EN 25) (cfr. EN 27)

La Escuela de la Cruz es un Movimiento de evangelización y, por consiguiente, de espiritualidad, o también, es un Movimiento de espiritualidad evangelizadora; en el ámbito de la Iglesia, la Escuela es un método específico de evangelización, no el único ni el mejor, pero sí es un medio propio con "marca y características registradas", que goza desde el 22 de mayo de 1994 con la Aprobación Pontificia de la Iglesia que le dio los Estatutos que rigen a la Escuela y que, de ser transgredidos, ameritan la expulsión; así que la Escuela ha de ser respetada, no modificando, ni quitando ni poniendo elementos a nuestro capricho, ni so pretexto de adaptación. Aún en los negocios humanos, los fabricantes cuidan que sus productos sean idénticos en cualquier parte del mundo, en su nombre, en su contenido y en su envase; en la Escuela, el contenido es Cristo y su mensaje, y el envase es el instrumento del que nos valemos para presentar a Cristo y hacer llegar su mensaje, y por ningún motivo debemos modificar nada, o la Escuela dejará de ser lo que es, perdiendo su eficacia y su valor. La Escuela de la Cruz debe ser idéntica en todas partes del mundo, pudiéndose modificar sólo aquellos elementos que por sentido común pueden modificarse, como es el tipo de alimentación, los horarios, el idioma y el lenguaje, (cfr. EN 63; 65) Si en la Escuela de la Cruz nada puede modificarse sin autorización, según los Estatutos, en "los tres días de Escuela", hay que cuidar todos los detalles sin quitar ni añadir nada.

Los tres días de Escuela son importantísimos dentro del conjunto de elementos que constituyen la Escuela de la Cruz, Obra en la que podemos distinguir tres pasos básicos: Selección y pre escuela, Escuela, y Perseverancia.

Estos días son el elemento central, el más breve e intenso, ya que, dentro de la Evangelización fundamental o encuentro con Cristo, son el momento en el que el evangelizando tiene que encontrarse personalmente con el Señor, para que le pueda responder, aceptando que el Espíritu Santo transforme su vida para que lo convierta progresivamente en Cristo, cambiando sus criterios, actitudes, pensamientos y obras, incorporándolo en la comunidad de la Iglesia.

"Los tres días de Escuela tienen como finalidad buscar la primera conversión personal y comunitaria en la Espiritualidad de la Cruz, dar todos los elementos básicos de la Evangelización y comprometer en apostolado y perseverancia". Este es el anuncio gozoso de la Buena Nueva de nuestra salvación en Cristo, mediante el testimonio y el anuncio de que "el Evangelio vivo y personal, Jesucristo mismo, es la "noticia" nueva y portadora de la salvación" (CFL 6); el anuncio que Dios te ama, Cristo ha venido para ti; para ti, Cristo es "el camino, la verdad y la vida" (CFL 34); Cristo, quien, por la acción del Espíritu Santo, nos transforma en sí mismo, hace que cada uno de nosotros pueda decir con absoluta verdad: soy Cristo (CFL 14, 17), "soy Hijo en el Hijo y templo vivo del Espíritu Santo y estoy destinado a esa eterna vida de comunión con Dios (CFL 37); y en Cristo, soy sacerdote, profeta y rey (CFL 14, 34)

Nada sobra y nada falta en estos tres días cargados con todo lo necesario para realizar ese primer encuentro con Cristo, al grado de que, como en una fórmula médica muy precisa, el quitar o poner cualquier elemento ajeno, destruye el funcionamiento adecuado, con consecuencias impredecibles de falta de perseverancia, desviaciones doctrinales, y otras.

La experiencia nos ha mostrado que abreviar estos tres días o permitir que alguien entre o salga una vez comenzada la Escuela, o acortar el último día, o suprimir o modificar algún testimonio o alguna dinámica, produce consecuencias catastróficas.

Pero mucho más importante que el respeto escrupuloso a los manuales, es el testimonio de vida de los presbíteros y ayudantes, ya que, como queda dicho, se busca que los asistentes se encuentren personalmente con Cristo, lo que no sucederá si no lo llevamos vivo en el corazón y manifiesto en nuestra vida. (Cfr. EN 74 a 80)

Así pues, este manual debe ser seguido con sumo cuidado, atendiendo a todos los detalles, pero sobre todo, desde el Director Espiritual hasta el último intendente, sean Cristo, para que los asistentes, al verlo vivo en ellos, se enamoren de él y sean dóciles al Espíritu Santo, quien les transforme en Cristo para gloria del Padre y redención de sus hermanos.

OBLIGACIONES DE LOS AYUDANTES DURANTE

LOS TRES DÍAS DE ESCUELA

DIRECTOR ESPIRITUAL

  • Dirección espiritual.
  • Velar que se guarde en todo la sana doctrina.
  • Velar por el bien espiritual de todos, ayudantes, intendentes, equipo de cocina y  asistentes.
  • Hacer valer su autoridad en aquellas disposiciones que se refieren directamente al bien espiritual de quienes participan en la Escuela y respetar el gobierno de tipo administrativo que es responsabilidad del Rector.
  • Responsabilidad máxima ante las autoridades de la Iglesia: Obispos y párrocos. Participar en forma activa en las reuniones de ayudantes.

SUBDIRECTOR ESPIRITUAL

  • Ayudar al Director, dando los testimonios y meditaciones que éste le asigne.
  • Ayudar en la orientación espiritual y confesiones de los asistentes que lo soliciten. Asistir a todos los testimonios y meditaciones de la Escuela.
  • Participar, si le es posible, en forma activa en las reuniones de ayudantes.

SACERDOTES ASISTENTES

  • Asistir a todos los testimonios y no salir de la casa.
  • Confesar e impartir dirección espiritual si se les pide.
  • Concelebrar la Eucaristía.

RECTOR 

  • Gobierno administrativo de la Escuela.
  • Velar porque se cumplan estrictamente todas las normas del manual, cuidando que no se añada ni se quite nada de lo establecido en él.
  • Velar por que intendentes y ayudantes cumplan con sus respectivos deberes.
  • Asistir a todos los actos de los tres días: testimonios, meditaciones, etc.
  • Mantenerse en contacto con el jefe de intendencia.
  • Mantenerse en contacto constante con el Director Espiritual, respetando su función espiritual y haciendo que el Director respete la función administrativa del Rector.
  • Durante los testimonios, ver que se cumpla el objetivo, y en caso de no cumplirse, ver que se supla en otro testimonio.
  • Ver que no se introduzcan doctrinas o prácticas ajenas a las de la Escuela.
  • Cuidar que ni el Director ni el Subdirector modifiquen la doctrina, la espiritualidad, la estructura y el objetivo de los testimonios, ni con pretexto de que al Director y al Sub director les corresponde lo espiritual.
  • Cuidar que no se introduzcan doctrinas ni liberacionistas, ni carismáticas, ni ninguna otra corriente teológica ajena a la de la Escuela, porque la Escuela tiene su propia "teología" y su propio "espíritu".
  • No permitir que se modifique el orden de los testimonios ni la secuencia de las diferentes actividades de la Escuela, como, por ejemplo, por ningún motivo se celebrará la Eucaristía antes del testimonio catorce.
  • Responsable ante las autoridades por la correcta marcha administrativa de la Escuela.

El Director y el Rector respeten la autoridad específica del otro y también hagan respetar su propia autoridad: El Director es la autoridad espiritual. El Rector es la autoridad administrativa.

AYUDANTES 

  • Obedecer al Director Espiritual y al Rector.
  • Asistir a todas y cada una de las distribuciones durante la Escuela y jamás salir de la casa.
  • Dar los testimonios que se les asignen.
  • Durante los tiempos libres, mantener informado constantemente al Rector, acerca de las labores que les hayan sido encomendadas.
  • Cumplir a cada momento, las normas que se encuentran en el Manual.

OYENTES 

  • Obedecer al Director Espiritual y al Rector.
  • Asistir a todas las distribuciones durante la Escuela, observando todos los detalles, para que aprendan cómo funciona la Escuela.
  • Aceptar las comisiones que se les encomienden, informando a su jefe de mesa.
  • Cumplir cada momento las normas del Manual.

No se acepten más de ocho oyentes a cada Escuela.

INDICACIONES PARA OYENTES

  • El jefe de mesa cuide que los oyentes no atiendan a asistentes difíciles.
  • Un ayudante deberá revisar la labor de pasillo de los oyentes, al grado de que en la reunión de la noche, quien dará cuenta de los asistentes vistos por los oyentes, será el ayudante, no el oyente.
  • Un ayudante será responsable por vigilarlo para orientarlo y corregirlo, exigiéndole disciplina.

JEFE DE INTENDENCIA E INTENDENTES

  • Obedecer al Director Espiritual y al Rector.
  • Seguir al pie de la letra las indicaciones especiales que se les den.
  • Pedir cada noche lista de obligaciones y atenerse constantemente a las normas que se dan para la intendencia.
  • Se recomienda que los intendentes internos asistan a las meditaciones, testimonios y demás distribuciones, desde fuera del salón, cuando no lo impidan sus obligaciones.

El jefe de intendencia es el único que tiene facultad para gobernar al intendente  externo.

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