Fotografia

Para empezar, este tema es bastante espinoso para mí por mis gustos musicales (punk) y a esto se le agrega mis pensamientos políticos hacia la vida, entendiendo lo político como una postura hacia el mundo que tenemos al frente, una forma de afrontar todo lo que viene y la búsqueda de un futuro sin tener que encomendarlo a alguien o algo creyendo que aquellas cosas llegaran sin llegar a luchar como se debe por ello.

Teniendo esta introducción ya podemos entrar al tema que es la devoción ciega y aveces absurda de las personas en cosas más allá de lo tangible, siendo muchas veces presos de ello. De hecho, en este proyecto fotográfico vamos a ver como una vida se entrega al servicio de una institución en este caso religiosa, entendiendo que es muy similar a otras instituciones como las fuerzas militares, etc.

En estos días de investigación eh podido recoger ciertos aspectos que para aquellos sumergidos en la religión no es más que algo subjetivo, aspectos como la arquitectura de la iglesia en la cual voy a trabajar este proyecto (Catedral, Nuestra Señora del Rosario, Palmira, Valle). La arquitectura de esta iglesia y de las demás es manejada para hacer sentir apabullado, pequeño, al ser que en ellas entra, zócalos inmensos, columnas que parecen sin un fin, cúpulas con imágenes que muestran deidades, paredes llenas de entradas de luz que por los vitrales dan tonos multicolores, filas tras filas de bancas duras con espacio para arrodillarse y al final de todo esto la cúpula más grande de la iglesia, ostentosa, llena de dolor representado por la sangre, copas doradas que acompañan partes de las pinturas de igual color y por fin un asiento cómodo a manera de trono y todo esto sobre unas escaleras que aumentan la “divinidad” de estos lugares y los personajes que los manejan.

Este proyecto fotográfico más que un proyecto de fotografía arquitectónica es el retrato de una persona que asiste diariamente con sus mejores prendas a misa, es la crónica de un día, la contrariedad entre inmensidad y divinidad y sumisión y dolor, si dolor, porque cada murmullo que se escucha dentro de este recinto es una queja, una petición, la voz de un desesperado en busca de paz.

Esta crónica fotográfica es sobre una señora de 70 años que vive a 3 cuadras de la Catedral, en el centro de la ciudad, a esta señora le gusta coser y bordar, este conocimiento muchas veces lo utiliza para hacer sus mantos y muchas veces venderles a sus amigas, parecen vírgenes caminando hacia la iglesia cada día devotamente a las 7:00AM y 5:00AM. Esta señora es oriunda de Pereira, Risaralda, por venir a acompañar a su hija ahora que está de nuevo trabajando, decidió emigrar de su ciudad natal y dejar su lugar de culto preferido, la iglesia del padre Julian en Dos Quebradas, aun así, se siente muy feliz al poder rezar en una de las catedrales más bellas de Colombia o al menos eso dice.

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