ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Jonás: profeta rebelde a Dios


Enviado por   •  9 de Febrero de 2014  •  Tutoriales  •  3.294 Palabras (14 Páginas)  •  289 Visitas

Página 1 de 14

Jonás: profeta rebelde a Dios

El Señor dirigió la palabra a Jonás y le ordeno levántate y vete a Nínive, la gran metrópoli, y proclama en ella que su maldad ha llegado hasta mí.- Jonás se levantó, pero el temor y el orgullo de Jonás, causan que huya de Dios.- Él no desea ir a Nínive a predicar el arrepentimiento a la gente como Dios le había ordenado, él está convencido de que Dios no va a llevar a cabo su amenaza de destruir la ciudad y por eso que Jonás en lugar de ir a Nínive, se dirigió en dirección a Tarsis, al contrario de lo que se le había mandado.- Y Jonás de esta manera huye de la presencia del Señor resultando, sin embargo, imposible la huida del Señor. Bajó a Jafa y encontró un barco que zarpaba para Tarsis; pagó el precio y embarcó para navegar con ellos a Tarsis, lejos del Señor. Dios da comienzo a la persecución de Jonás. La diestra y la siniestra de Dios llegan a todos los extremos de la tierra y del mar, y empieza a despachar mensajeros para dar caza, para pescar a Jonás. Lo primero que envía es un fuerte viento, dócil instrumento enlas manos del Señor: Pero el Señor envió un viento impetuoso sobre el mar, se alzó una furiosa tormenta en el mar, y la nave estaba a punto de naufragar. Esto lo hace Dios como un castigo. Lo que Dioshace en realidad es no permitir que Jonás se aleje de Él.-Un israelita ve fácilmente en una tormenta la acción y la presencia de Dios. Y se puede interpretar la tormenta como una ira de de Dios, pero ha cerrado ojos y oídos y no descubre en la tormenta la presencia del Señor. Los marineros sí interpretan esa tormenta y determinan que Jonás es el problema y por eso lo tiran a la borda. Aquí nos encontramos con unos hombres de mar, capitán y tripulación, los habitantes de Nínive. Ninivitas y marineros son hombres paganos, y todos temen y entran en sentido de temor y pánico: unos ante la tormenta; los otros ante la palabra de Dios. Y cada uno gritaba a su dios; arrojaron los pertrechos al mar para aligerar la nave, primero se produce un temor normal ante la tormenta, pero inmediatamente se traduce en respeto a la divinidad. Los marineros

eran presuntamente de diversa extracción, cada uno se dirige a su dios en el peligro y aquí se inicia el juego de los contrastes. Lo primero que hacen es rogar a su dios, arrojando la carga por la borda: Mientras están en el mar, han aprendido a orar poniendo ellos mismos manos a la obra, Jonás, mientras tanto, dormía profundamente.- Ese dormir es también un contraste irónico entre el profeta sordo a Dios y los marineros invocando a sus

divinidades. Es una presentación de los buenos y los malos.- El capitán del barco entiende que Jonás debe ser bueno. Por eso va a él, lo despierta y le pide confiado que invoque a su Dios para verse todos libres del peligro. Hay un concierto de divinidades que

produce el desconcierto a bordo.- Los tripulantes se decían unos a otros: echemos suertes para ver por culpa de quién nos viene esta calamidad. Al ver que la tormenta no cesa, concluyen que tiene que haber a bordo algún culpable, alguien al que una divinidad invisible persigue, le ha dado alcance y lo está castigando, y por culpa de él están todos en peligro. Hay que identificar al culpable para conjurar el peligro.-La suerte recayó en Jonás, y entonces empieza el interrogatorio: ¿quién eres tú, de dónde vienes, cuál es tu oficio...? Jonás oculta su profesión, pero declara de dónde viene; y añade un dato que no le

han pedido: yo soy hebreo y adoro al Señor, Dios del cielo, del mar y de la tierra firme. Jonás huía a Tarsis, al extremo del mundo; pero, atrapado entre la tormenta y el interrogatorio del capitán, empieza a anunciar al Señor del cielo y de la tierra. Y si ese Dios lo controla todo, podrá intervenir para hacerles arribar a puerto. Esta profesión de fe de Jonás impresiona a los miembros de la tripulación. Habían sentido un primer temor ante la tormenta, y ahora sienten otro temor ante el Señor de la tormenta. Es un temor mezcla de terror y respeto; temor reverencial que sobrecoge al sentirse en presencia del Señor de cielo, mar y tierra, que parece estar irritado y se hace una reflexión religiosa al oir el nombre de Yahvé. Es un primer paso de acercamiento a Dios por la palabra de Jonás. Aquellos hombres le preguntaban atemorizados: ¿qué has hecho? La suerte le había designado a él como culpable de la tormenta. Ahora bien, el hecho de adorar al Señor de cielo, mar y tierra no es culpa ninguna. Algo grave y oculto queda por desvelar, pero no sabían qué hacer. Jonás les pide que lo arrojen al mar y así la tormenta va a cesar un poco,porque sé que por mi culpa sucede todo esto.-Se reconoce culpable sin ulterior explicación y acepta su castigo para salvar a los demás. -Jonás ha aceptado libremente la muerte. Los paganos reaccionan con perplejidad y tienen miedo. Para librarse del peligro evitando cargar con la responsabilidad de una vida, buscan otra salida. Remaban para alcanzar tierra firme y no podían, porque el mar seguía embraveciéndose.- Invocan a Yahvé, Dios de ¿Jonás, dispuestos a invocar al dios que haga falta. Por una parte, no quieren arrojar al mar a Jonás, que es su huésped, en cuanto que el capitán lo ha aceptado a bordo; la única salida la encuentran en la invocación del Dios de Jonás: Señor, que no perezcamos por culpa de este hombre, no nos hagas responsables de una sangre inocente. Tú, Señor, puedes hacer lo que quieras; si Jonás se queda en la nave, pereceremos todos; si lo arrojamos al mar, no por ello pretendemos ser asesinos, sino únicamente ejecutar la sentencia que él mismo ha dictado. ¡No nos imputes este homicidio! Dicho esto, tomaron a Jonás y lo arrojaron al mar, y el mar calmó su furia. Y aquellos hombres temieron mucho al Señor, ofrecieron un sacrificio e hicieron votos.El Señor envió un pez gigantesco para que se tragara a Jonás, y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches. Y desde

el vientre del enorme pez, el vientre de la ballena es un sepulcro que se convierte en refugio protector y providente. Y dentro de este sepulcro, convertido en refugio, Jonás ora ante el peligro, cosa que no había hecho antes.- Jonás rezó al Señor, su Dios y se arrepiente de sus pecado hacia Dios.-Empieza ahora Jonás a aceptar a Dios desde el panteón viviente del

enorme animal gigantesco Esta es la salvación del desafortunado Jonás. Con su silencio obligado como tiempo de reflexión.- Y una vez que Jonás se encuentra dentro del vientre del pez, Jonás rezó al señor su Dios:En el peligro grité al Señor, y él me atendió; desde el vientre del abismo pedí auxilio, y me escuchó. Me habías arrojado al fondo, en alta mar; me rodeaba la corriente; tus tormentas y tus olas me arrollaban. Pensé: me has arrojado de tu presencia; ¡quién

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (18.4 Kb)  
Leer 13 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com