LA ALEGRIA DE SER DISCÍLULOS MISIONEROS

LA ALEGRIA DE SER DISCÍLULOS MISIONEROS

El ser humano desde que el pecado entro en el hombre, se cortó el camino que lo conectaba con Dios, pero cuando Jesús el hijo de Dios viene a la tierra le propone en La Biblia Reina-Valera (1960) nos expresa lo siguiente: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”(Jn. 14:6), nos da a conocer que el verdadero camino hacia el padre es él, ya que en él el Padre se hace presente, porque quien conoce al hijo conoce al Padre (cf. Jn. 14:7).

Cabe resaltar que el único camino al Padre es por medio de Jesús lo cual afirma La Biblia Reina-Valera (1960), que expresa: “Porque de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda más tenga vida eterna” (Jn 3:16).

Según El Documento de Aparecida (2007) da a conocer:

Esta es la vida eterna: “que te conozcan a ti el único Dios verdadero, y a tu enviado” (Jn.17:3). La fe en Jesús como el Hijo del Padre es la puerta de entrada a la Vida. Los discípulos de Jesús confesamos nuestra fe con las palabras de Pedro en Juan 6:68 nos dice así: “Tus palabras dan vida eterna”. (P.87).

Es importante resaltar que los discípulos reconocen que él es primer y más grande evangelizador enviado por Dios (cf. Lc 4:44), y al mismo tiempo, el evangelizador de Dios (cf. Rom 1:3). Es importante como misioneros que

tengamos la alegría de la fe con nosotros para proclamar el evangelio de Jesucristo y por medio de él la buena nueva de la dignidad humana, de la vida, de la familia, del trabajo, de la ciencia y de la solidaridad con la creación.

La Buena nueva de la dignidad humana

La buena nueva de la dignidad humana es el sentimiento de amor propio que Dios nos da a cada uno de nosotros, ya que él nos creó a su imagen y semejanza, nos ha hecho libres y también con deberes y derechos en medio de nuestro entorno, debemos saber que nuestra dignidad absoluta en él es innegociable e inviolable, ya que si el pecado ha deteriorado la imagen de Dios en el hombre y ha destruido su condición, la buena nueva, que es Cristo, lo ha redimido y restablecido (cf. Rm 5:12-21).

La buena nueva de la vida

La buena nueva de la vida es el don mas maravilloso, por quienes la honran y dignifican al ponerla al servicio de los demás, amamos a nuestro Señor, porque ahora continua derramando su amor en nosotros por el Espíritu Santo y alimentándonos con la Eucaristía, pan de vida (cf. Jn 6:35).

Juan Pablo II ilustra el gran valor de la vida humana, la cual debemos cuidar, desde su inicio hasta su término natura, y afirma el derecho de cada ser humano a ver respetado totalmente este bien primario suyo. En el reconocimiento de este derecho se

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