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LA ESPERANZA ESCATOLÓGICA DE LA SEGUNDA EPÍSTOLA DE PEDRO

ander365365Informe14 de Octubre de 2021

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SEMINARIO MAYOR SAN MARTÍN DE PORRES

DIÓCESIS DE CHOSICA

LA ESPERANZA ESCATOLÓGICA DE LA SEGUNDA EPÍSTOLA DE PEDRO

 (3,1-15a)

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN

Para el curso de: Hechos de los Apóstoles y Cartas pastorales

PROF. Dr. GENOVEVA OP.

NOMBRE

LLOCCLLA SALAZAR ANDERSON

FECHA

HUAYCÁN 02 JUNIO DEL 2021

LA ESPERANZA ESCATOLÓGICA DE LA SEGUNDA EPÍSTOLA DE PEDRO (3,1-15a)

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN        3

I.        GENERALIDADES        4

a.        Autor        4

b.        Fecha y lugar de composición        4

c.        Destinatario        5

d.        Vocabulario y estilo        5

e.        Género literario        5

f.        Relación de 2 Pe con Judas.        6

II.        ESCATOLOGÍA Y ESPERANZA EN 2 PE 3, 1-15a        6

a.        Retraso de la parusía        7

b.        Exhortación a una vida de santidad.        8

CONCLUSIONES        9

BIBLIOGRAFÍA        10


INTRODUCCIÓN

Viviendo en mundo lleno de angustia e incertidumbre  plagado de injusticia en el ámbitos socio político y una profunda crisis de fe en muchas personas en su mayoría jóvenes los cuales han caído en su mayoría en una sequedad espiritual influenciada por un mundo que en sus profundos ambientes sociales en muchos casos plagados de ateísmo o agnosticismo  promueve el aborto, el matrimonio igualitario, la eutanasia y muchos otros temas que van en contra de nuestra moral cristiana, y por otro lado vemos como los movimientos protestantes en la mayoría las sectas que tanto mal han hecho y aun hacen a nuestra iglesia con las falsas profecías de una pronta venida y la llegada del juicio final, hemos visto necesario volver a recordar lo que dijo nuestro señor Jesucristo en los evangelios sobre los anuncios escatológicos nadie sabe el momento ni la hora del juicio final (cf. Mc. 13, 33-37 o Mt.25, 1-13), motivados por una buena interpretación la sagrada escritura, vi conveniente hacer este trabajo que lleva por título la Esperanza Escatológica de la segunda epístola de Pedro centrada en los comentarios hechos en el cap. 3, 1-15a, dividirlo en dos capítulos. En el primer capítulo partiremos desde una generalidad del texto como es el autor, la fecha y lugar de composición, destinatario, el vocabulario y estilo, el género literario a la que pertenece y la relación que tiene la segunda epístola de Pedro con Judas. En el segundo capítulo pasamos a la miel de nuestro trabajo en el que tratamos, la escatología y la esperanza que parte desde el cap. 3,1-15a, explicando al retraso de la parusía mencionada en el texto para terminar en una exhortación a una vida en santidad que tanto enmarca el autor de esta epístola, todo esto con el objetivo de tener una cercana interpretación de la escatología presente en la segunda epístola de Pedro.


  1. GENERALIDADES

  1. Autor

En cuanto a la autoría y autenticidad de la epístola y su paternidad petrina se afirma en 1,1 “Simeón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como la nuestra.” Donde el mismo autor nos menciona al inicio de su escrito con seriedad y una gran solemnidad su nombre haciendo una mención propia con un doble nombre, Simón en hebreo y Pedro en griego recalcando por si fuera poco su doble título Siervo y Apóstol, como muchos escritos de su época y la basta diferencia existente entre la primera epístola y esta segunda epístola y su estrecha relación con la epístola de Judas, reconocida así por todos los padres de la Iglesia, fue en su momento rechazada su autenticidad por algunos y fue negada a formar parte del Canon, como lo menciona Eusebio de Cesarea, “de Pedro una sola carta, la que se llama primera, es la que se reconoce y la que los antiguos presbíteros utilizaron en sus escritos como un texto indiscutido, en cuanto a la que se llama segunda, nos hemos convencido de que no es testamentaria, aunque por haberles parecido útil a muchos ha sido tomada en consideración con las demás escrituras”[1], así con posterioridad y con duda otros intelectuales como san jerónimo quien contribuyo su aceptación en occidente, ya que además con anterioridad entre los siglos III ya se habían pronunciado en su favor los obispos “Firmiliano, obispo de Cesarea en Capadocia y Metodio de Olimpo. A partir del siglo V o VI, según las provincias, no se discutía ya de la canonicidad de 2 pe.”[2]

  1. Fecha y lugar de composición

Si bien en cuanto a las investigaciones realizadas no se encontraron datos precisos y externos que permitan situarla cronológicamente su composición, los investigadores y una serie de aspectos encontrados en su composición se tiende a considerar como un documento más tardío del NT. hacia finales del Siglo I o comienzos del Siglo II, “más allá del periodo sub-apostólico en el que habíamos datado 1 Pe y en el que se elaboró la carta de Judas[3]  ya que hace “alusiones al evangelio de Mt, la utilización de la carta de Judas y la mención de las cartas del corpus paulino”[4] lo cuales obligan a fecharla entre los siglos antes mencionados.

En cuanto al lugar donde se escribió no tenemos una cierta certeza en un principio se pensaba que fue escrita en Roma por ello la cuestión de este tema está abierta, pero si podemos decir que con seguridad que puede haber sido compuesta en un lugar de una fuerte influencia helenística, por otro lado, esta epístola, fue utilizada en un principio en Alejandría.

  1. Destinatario  

En cuanto al destinatario no se puede identificar con certeza, “A pesar del carácter <<católico>> de su encabezado (1,1), el énfasis en peligros concretos hace pensar en un reducido grupo de comunidades.”[5] Y viendo en su composición referentes en 3,1 “Esta es ya, queridos, la segunda carta que os escribo; en ambas, con mi exhortación, quiero despertar en vosotros el recto criterio.” que hace referencia a 1 Pe. Podemos deducir que las comunidades destinatarias pueden ser las mismas comunidades de Asia Menor al igual que la primera epístola de pedro.

  1. Vocabulario y estilo

Tiene en cierta medida una propia personalidad y mantiene una originalidad, en cuanto al vocabulario el autor manifiesta un cierto conocimiento y familiaridad con términos provenientes del helenismo, por ejemplo, “la concepción del papel del agua en la creación y el del fuego en la consumación que se dejan entrever en (3,6-7)”[6], “y que, por esto, el mundo de entonces pereció inundado por las aguas del diluvio, y que los cielos y la tierra presentes, por esa misma palabra, están reservados para el fuego y guardados hasta el día del Juicio y de la destrucción de los impíos.” Además de esto la epístola posee conceptos centrales que provienen más de ambientes helenístico-gnósticos como la importancia del conocimiento en (1,2-3) “A vosotros, gracia y paz abundantes por el conocimiento de nuestro Señor. Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y a la piedad, mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud” entre otras (2,20; 3,18)

Con respecto al estilo, es correcto y sencillo, pero en algunos momentos como en el primer capítulo “adquiere momentos grandilocuencia, laboriosidad, incluso confusión”[7],

  1. Género literario

Pertenece en la categoría de los testamentos, un género muy bien concurrente en el Antiguo Testamento como, por ejemplo, “la bendición de los doce hijos de Jacob en Gn. 49, que sirvió de base al escrito titulado testamento de los doce patriarcas”[8] y dentro de las características generales de este género se pueden señalar los siguientes; la cercanía de la muerte que lleva a la persona tener una clara conciencia de que el final está cerca o próxima, el memoria de las grandes acciones o algunas situaciones vividas con algún compañero entre otras y por ello también podemos identificar en esta epístola algunas expresiones del autor que proceden de este mismo género, por ejemplo el pasaje “sabiendo que pronto tendré que dejar mi tienda, según me lo ha manifestado nuestro Señor Jesucristo.” (2 Pe. 1,14) Donde pedro anuncia la cercanía de su muerte. Otra característica clara puede ser también el tema de la tradición que muy bien se expresa en este pasaje “Esta es ya, queridos, la segunda carta que os escribo; en ambas, con mi exhortación, quiero despertar en vosotros el recto criterio. Acordaos de las predicciones de los santos profetas y del mandamiento de vuestros apóstoles que es el mismo del Señor y Salvador.” (2 Pe. 3,1-2).

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