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LIDERES DE LA IGLESIA


Enviado por   •  17 de Junio de 2014  •  3.835 Palabras (16 Páginas)  •  2.261 Visitas

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1- Periodo Imperial

LIDERES DEL PERIODO

Debemos ahora mencionar algunos de los líderes en este período de la Iglesia Imperial. Atanasio (293-373 d.C.) fue el gran defensor de la fe en el principio del período. Hemos visto cómo se levantó a prominencia en la controversia de Arrio. En el Concilio de Nicea, en 325 d.C., fue el líder en la discusión aunque no tenía voto. Poco tiempo después, a los treinta y tres años de edad, fue obispo de Alejandría. Cinco veces lo desterraron, pero siempre luchó por la fe. Por último, llegó al final de su vida en paz y honor. Ambrosio de Milán (340-397 d.C.), el primero de los padres latinos, fue electo obispo mientras era laico. En esta época aún no era bautizado, sino que estaba recibiendo instrucción para ser miembro. Tanto los arrianos como los ortodoxos se unieron en su elección. Llegó a ser una figura prominente en la iglesia. Por un acto cruel, reprendió al emperador Teodosio y lo obligó a hacer confesión. Después, el emperador lo trató con alta estimación y lo eligieron para predicar durante su funeral. Escribió muchos libros, pero su mayor honor consistió en recibir en la iglesia al poderoso Agustín. Juan, apodado Crisóstomo, "la boca de oro" debido a su elocuencia sin igual, fue el más grande predicador del período. Nació en Antioquía en 345 d.C. Llegó a ser obispo o patriarca de Constantinopla en 398 d.C. y predicó a inmensas congregaciones en la Iglesia de Santa Sofía. Sin embargo, su fidelidad, independencia, celo reformador y valor, desagradaba a la corte. Lo desterraron y murió en el destierro en 407 d.C., pero lo vindicaron después de su muerte. Su cuerpo fue llevado a Constantinopla y enterrado con honores. Fue un poderoso predicador, un estadista y un expositor muy capaz de la Biblia.

Jerónimo (340-420 d.C.) fue el más erudito de los padres latinos. Recibió en Roma una educación en literatura y oratoria, pero renunció a los honores del mundo por una vida religiosa, fuertemente matizada de ascetismo. Estableció un monasterio en Belén y vivió allí por muchos años. De sus numerosos escritos el que tuvo una influencia más extensa fue su traducción de la Biblia a la lengua latina, una obra conocida como la Vulgata, a saber, la Biblia en lenguaje común, que aún es la Biblia autorizada de la Iglesia Católica Romana.

Agustín es el nombre más eminente de todo este período. Nació en 354 d.C. en el norte de África. Desde muy joven fue un brillante erudito, pero mundano, ambicioso y amante del placer. A los treinta y tres años llegó a ser cristiano por la influencia de su madre Mónica, la enseñanza de Ambrosio de Milán y el estudio de las epístolas de Pablo. En 395 d.C., le nombraron obispo de Hipona, en el norte de África, al empezar las invasiones de los bárbaros. Entre sus muchas obras, "La Ciudad de Dios" fue una magnífica defensa a fin de que el cristianismo ocupase el lugar del decadente imperio. Sus "Confesiones" son una profunda revelación de su propio corazón y vida. Sin embargo, su fama e influencia están en sus escritos sobre teología cristiana, de la cual fue el mejor exponente desde el tiempo de Pablo. Murió en 430 d.C.

2- Periodo Medieval

ERUDITOS Y LÍDERES

Mencionemos ahora muy brevemente algunos de los eruditos y líderes del pensamiento en el período estudiado. Durante los mil años de la iglesia medieval, se levantaron muchos grandes hombres, pero solo citaremos cuatro como los líderes intelectuales de su época. Anselmo nació en 1033, en Piamonte, Italia. Al principio, como tantos otros, era un erudito que vagaba por muchos países. Se hizo monje en el monasterio de Bec, Normandía y lo nombraron abad en 1078. En 1093, Guillermo Rufus lo nombra arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia de Inglaterra. Sin embargo, luchó contra Guillermo y su sucesor Enrique I por la libertad y autoridad de la iglesia y por un tiempo sufrió destierro. Escribió muchas obras teológicas y filosóficas, y le han llamado "un segundo Agustín". Murió en 1109. Pedro Abelardo (1079-1142), como filósofo y teólogo, fue el pensador más valeroso de la Edad Media. Puede considerarse el fundador de la Universidad de París, madre de las universidades europeas. Su fama como profesor atrajo a estudiantes por millares de todas partes de Europa. Influyó en muchos de los grandes hombres de la generación que le siguió. Sus intrépidas especulaciones y opiniones independientes le pusieron más de una vez bajo la expulsión de la iglesia. Aun más famosa que sus enseñanzas y escritos fue la romántica historia de su asunto amoroso con la hermosa Eloísa, por quien dejó los votos monásticos. Se casaron, pero después lo obligaron a separarse. Ambos entraron en conventos. Abelardo murió siendo abad y Eloísa abadesa. Bernardo de Claraval (1091-1153) era de una noble familia francesa. Lo educaron para la corte, pero renunció a ella por el convento. En 1115 estableció en Claraval un monasterio de la orden cisterciense y fue su primer abad. Esta orden echó raíces en muchos países y a sus miembros se les conocía comúnmente como bernardinos. Bernardo era una unión admirable del pensador místico y práctico. Predicó y promovió la Segunda Cruzada en 1147. Hombre de mente amplia y corazón bondadoso, se oponía y escribía en contra de la persecución de los judíos. Algunos de sus himnos, como "Cristo, si gozo al pecho da" y "Cabeza ensangrentada", se cantan en todas las iglesias. Solo veinte años después de su muerte lo canonizaron como San Bernardo. Lutero dijo: "Si hubo en el mundo un monje santo y temeroso de Dios, fue San Bernardo de Claraval."

La mentalidad más grande de la Edad Media fue la de Tomás de Aquino (1226-1274). Se le llamó el “Doctor universal” “Doctor Angélico" y "Príncipe de la Escolástica". Nació en Aquino en el reino de Nápoles. En contra de la voluntad de su familia, los condes de Aquino, entró a la orden de monjes dominicos. Cuando era un joven estudiante era tan callado que le apodaron "el buey mudo". Sin embargo, su maestro, Alberto Magno, decía: "Un día este buey llenará al mundo con sus mugidos." Llegó a ser la autoridad más celebrada y elevada de todo el período medieval en filosofía y teología. Sus obras aún las citan, sobre todo por los eruditos catolicorromanos. Murió en 1274 y lo canonizaron como santo en 1323.

3- Iglesia Reformada

LIDERES DEL PERIODO

En una época tan importante, comprendiendo tantos países y repleta de tan grandes resultados, necesariamente hubo muchos líderes, tanto del lado reformado como del catolicorromano. Solo podemos citar unos cuantos en nuestro breve relato del movimiento. Desiderio Erasmo nació en Rotterdam, Holanda, en 1466. Fue uno de los eruditos más grandes del período del Renacimiento y de la Reforma. Lo educaron y ordenaron en un monasterio, pero en 1492 abandonó el sacerdocio y se dedicó a la literatura. En diferentes épocas vivió en París, Inglaterra, Suiza e Italia, pero por lo general su hogar estuvo en Basilea, Suiza. Ya antes de comenzar la Reforma era un crítico inflexible de la Iglesia Católica Romana. Esto se ve en muchas de sus obras, de ellas la que más circuló fue Elogio de la Locura. Su mayor y más valiosa obra fue su edición del Nuevo Testamento en griego en una traducción latina. A pesar de que Erasmo hizo tanto como cualquier hombre de su época en la preparación para la Reforma, nunca se unió al movimiento. Por fuera, siguió siendo católico y criticó a los reformadores con tanta agudeza como lo hizo con la iglesia antigua. Murió en 1536.

Es indiscutible que la figura principal del período fue Martín Lutero, "el fundador de la civilización protestante". Nació en Eisleben, en 1483, hijo de un minero, quien con gran esfuerzo le envió a la Universidad de Erfurt. Lutero aspiraba ser abogado, pero de repente escuchó el llamamiento para la carrera de monje y entró al monasterio agustino. Lo ordenaron al sacerdocio y pronto llamó la atención por su habilidad. En 1511, lo enviaron a Roma y regresó desencantado por lo que allí vio de mundanalidad y maldad en la iglesia. En ese mismo año, empezó su carrera de reformador atacando la venta de "indulgencias", o de perdón de pecados, y como ya vimos, clavó sus tesis en la puerta de Wittenberg. Cuando lo excomulgaron, citaron a Roma y el papa León X lo condenó en su ausencia, quemó la bula o decreto papal en 1520. El 18 de abril de 1521 dio su célebre respuesta en la Dieta de Worms. Cuando iba de regreso a su hogar y debido a que corría el peligro de que sus enemigos lo asesinaran, sus amigos lo capturaron y escondieron en el castillo de Wartburg por casi un año. Aquí se dio a la tarea de traducir el Nuevo Testamento al alemán. Al regresar a Wittenberg, volvió a asumir la dirección de la Reforma. En 1529 se hizo un esfuerzo para unir a los seguidores de Lutero y de Zwinglio, pero sin éxito alguno debido al espíritu firme e inflexible de Lutero. Fue autor de muchos escritos que circularon en toda Alemania, pero el más influyente de todos fue su incomparable traducción de la Biblia. Murió mientras visitaba el lugar de su nacimiento, Eisleben, el 18 de febrero de 1546, a los sesenta y tres años de edad.

Juan Calvino, el teólogo más grande del cristianismo desde San Agustín, obispo de Hipona, nació en Noyon, Francia, el 10 de julio de 1509 y murió en Ginebra, Suiza, el 27 de mayo de 1564. Estudió en París, Orleans y Bourges. En 1528 abrazó las enseñanzas de la Reforma y lo desterraron a París. En 1536 publicó en Basilea sus Instituciones de la religión cristiana, que llegaron a ser la base de la doctrina de las iglesias protestantes, excepto la luterana. En 1536 huyó a Ginebra, donde vivió, con la interrupción de unos cuantos años de destierro, hasta su muerte. Su academia protestante, que fundó con Teodoro Beza y otros reformadores, llegó a ser uno de los principales centros del protestantismo en Europa. Las teologías calvinista y luterana poseen características racionales y radicales que han inspirado a los movimientos liberales de los tiempos modernos, tanto en el estado como en la iglesia, y han contribuido poderosamente al progreso de la democracia en todo el mundo. Tomás Cranmer puede considerarse el líder de la Reforma inglesa por su posición como el primer protestante a la cabeza de la iglesia.

Cuando era joven, le agradó al rey Enrique VIII porque sugirió que se apelara a las universidades de Europa sobre la cuestión del divorcio del rey británico. Prestó servicios a Enrique VIII en varias embajadas y lo nombraron arzobispo de Canterbury. Aunque progresista en sus ideas, era también tímido y flexible, ejerciendo su influencia para medidas moderadas de reforma en la iglesia, en vez de radicales. Durante la menoría del rey Eduardo VI fue uno de los regentes y pudo adelantar la causa del protestantismo. El servicio mayor de Cranmer fue haber sido uno de los compositores del Libro de Oración Común y escritor de casi todos los artículos de religión. Con el ascenso de la reina María, lo depusieron de su arzobispado y lo encarcelaron. Bajo el peso del sufrimiento se retractó de sus opiniones protestantes con la esperanza de salvar su vida, pero lo condenaron a morir en la hoguera. Antes de su martirio, en 1556, renunció a su retractación y murió valientemente, extendiendo en el fuego su mano derecha con la cual había firmado su retractación, para que fuese la primera en arder. Juan Knox fue el fundador de la Iglesia Escocesa y bien se le ha llamado "el padre de Escocia". Nació en 1505 o cerca de ese año en la Baja Escocia. Recibió su educación y ordenación para el sacerdocio en la Universidad de San Andrés, pero en lugar de entrar al pastorado ejerció como maestro. No fue sino hasta que tenía cuarenta y dos años de edad, alrededor de 1547, cuando abrazó la causa de la Reforma. Los aliados franceses de la reina regente lo apresaron junto a otros reformadores y lo enviaron a Francia, donde sirvió en las galeras. Sin embargo, le dieron la libertad y pasó algunos años desterrados en Inglaterra bajo el rey Eduardo VI y, después del ascenso de la reina María, en Europa continental. En Ginebra conoció a Juan Calvino y adoptó sus ideas, tanto en doctrina como en gobierno de la iglesia. En 1559 volvió a Escocia e de inmediato se convirtió en el líder, casi el gobernante absoluto, de la Reforma en su país. Logró que la fe y orden presbiterianas alcanzaran importancia suprema en Escocia y dirigió una reforma más radical que en ningún otro país de Europa. Murió en 1572. Mientras su cuerpo descendía a la tumba, Morton, el regente de Escocia, lo señaló diciendo: "¡Aquí yace un hombre que nunca tuvo temor!"

Entre los grandes hombres de este período, al menos deben citarse dos de los más eminentes en el lado catolicorromano. Uno de ellos fue Ignacio de Loyola, español, quien nació en 1491 ó 1495 de una familia noble, en el Castillo de Loyola, de donde tomó su nombre. Hasta los veintiséis años de edad fue un soldado valiente, aunque disoluto; pero después de una grave herida y de una larga enfermedad, se dedicó al servicio de la iglesia. En 1534 fundó la Sociedad de Jesús, más conocida como los Jesuitas, la institución más poderosa de los tiempos modernos para la promoción de la Iglesia Católica Romana. Sus obras fueron muy pocas. Entre ellas está la Constitución de la Orden, que prácticamente no se ha alterado hasta la actualidad, y sus cartas y Ejercicios espirituales, una obra que a pesar de ser pequeña ha ejercido gran influencia no solo entre los jesuitas, sino también en todas las órdenes religiosas católicas. Ignacio de Loyola debe reconocerse como una de las personalidades más notables e influyentes del siglo dieciséis. Murió en Roma el 31 de julio de 1556 y lo canonizaron en 1622. San Francisco Javier nació en 1506 en la sección española de Navarra, en ese tiempo un reino independiente en ambos lados de los Pirineos. Fue uno de los primeros miembros de la Sociedad de Jesús, y tomó como su obra el departamento de misiones extranjeras, de lo cual llegó a ser el fundador moderno. Estableció la fe catolicorromana en la India, en la isla de Ceilán, Japón y otros países del Lejano Oriente. Comenzaba su trabajo en la China cuando murió de repente de una fiebre, en 1552, a los cuarenta y seis años de edad. Durante su corta vida efectuó la conversión de millares de paganos; y siguió después de su muerte. Como resultado de sus planes y labores los catolicorromanos en el Oriente ahora constituyen muchos millones. En toda su vida Javier demostró un espíritu manso, tolerante y generoso, que ha hecho su memoria querida tanto para protestantes como para católicos.

4- Iglesia Moderna

LIDERES DEL PERIODO MODERNO

De los muchos grandes hombres que se han levantado en los últimos tres siglos, es difícil mencionar los principales en pensamiento y actividad cristiana. Los siguientes pueden señalarse como hombres representativos en los movimientos de sus tiempos.

Ricardo Hooker (1553-1600) escribió la obra más famosa y de mayor influencia en la constitución de la Iglesia de Inglaterra. Nació de padres pobres, obtuvo ayuda en su educación en la Universidad de Oxford, donde obtuvo gran conocimiento en diferentes aspectos y lo nombraron en sucesión, tutor, socio y conferenciante. Lo ordenaron en 1582 y por un tiempo fue pastor asociado en Londres con un elocuente puritano, siendo Hooker de ideas anglicanas. Sus controversias en el púlpito finalmente condujeron a Hooker a buscar una parroquia rural donde pudiese tener tiempo para estudiar. Su gran obra fue Las leyes del gobierno eclesiástico, en ocho tomos. Se trata de la presentación más hábil del sistema episcopal publicado y de la cual la mayoría de los escritores desde su día han tomado sus argumentos. Sin embargo, es liberal en su actitud hacia las iglesias no episcopales y en particular libre de un espíritu implacable de controversia. Hooker solo contaba con cuarenta y seis años cuando murió. Tomás Cartwright (1535-1603) puede considerarse el fundador del puritanismo, aunque no el más grande de sus partidarios. Ese honor pertenece a Oliver Cromwell, cuya gesta, sin embargo, está en la historia del estado y no en la iglesia. Cartwright llegó a ser profesor de teología en la Universidad de Cambridge en 1569, pero perdió su posición al siguiente año debido a que sus opiniones publicadas desagradaron a la reina Isabel y a los principales obispos. Abogaba en favor de la idea de que las Escrituras no solo contienen la regla de fe y doctrina, sino también del gobierno de la iglesia; que la iglesia debía ser presbiteriana en su sistema; que no solamente debía ser independiente del estado, sino prácticamente suprema sobre el estado. Era tan intolerante como los altos eclesiásticos en demandar uniformidad en la religión, a fin de que lo pusiese en vigor la autoridad civil, con tal que la iglesia fuese presbiteriana y su doctrina la de Juan Calvino. Por unos cuarenta años Cartwright fue pastor en las islas de Guernsey y Jersey, donde estableció iglesias de su propia creencia. Sin embargo, desde 1573 a 1592 estuvo la mayor parte del tiempo en prisión o en el exilio en Europa. Parece que los últimos nueve años de su vida los pasó en retiro. Más tarde, sus ideas llegaron a imperar en la Cámara de los Comunes, mientras que el prelado dominaba en la Cámara de los Lores, y la lucha entre los partidos al fin culminó en la guerra civil y el gobierno de Cromwell.

A Jonatán Edwards (1703-1758) se le considera el primero de los estadounidenses en metafísica y teología, y el más grande teólogo del siglo dieciocho en ambos lados del Atlántico. En él se combinaban la lógica más aguda, el ardor más intenso en la investigación teológica y un piadoso fervor espiritual. Desde su tierna juventud fue precoz. Se graduó de la universidad de Yale a los dieciocho años de edad, habiendo leído extensamente la literatura filosófica de épocas pasadas y de su propio tiempo. En 1727 llegó a ser pastor asociado con su abuelo en la Iglesia Congregacional en Northampton y pronto se distinguió como un ardiente defensor de una sincera vida espiritual. Desde su púlpito salió el Gran Despertamiento, un avivamiento que se esparció por las Trece Colonias. Su oposición al "Convenio a Medias" que entonces era aceptado casi universalmente en Nueva Inglaterra (por el cual la gente se admitía como miembro de la iglesia sin un carácter religioso definido) levantó un sentimiento de malestar en su contra y condujo a su expulsión de la iglesia en 1750. Durante ocho años fue misionero a los indios. En este período de retiro escribió su monumental obra sobre El libre albedrío, que desde su tiempo ha sido el libro de texto del calvinismo en Nueva Inglaterra. En 1758 lo nombraron presidente de la universidad de Princeton, pero después de unas semanas de servicio murió a los cincuenta y cinco años de edad.

Juan Wesley nació en Epworth, al norte de Inglaterra, en el mismo año que Jonatán Edwards nació en América, 1703, pero le sobrevivió un tercio de siglo hasta 1791. Su padre fue durante cuarenta años párroco de la Iglesia de Inglaterra en Epworth. Sin embargo, Juan Wesley debió más a su madre, Susanna Wesley, descendiente de ministros puritanos o no conformistas. Susanna no fue solo madre, sino también maestra de dieciocho hijos. En 1724, Wesley se graduó de la universidad de Oxford, lo ordenaron en la Iglesia de Inglaterra y fue por unos años miembro de la Facultad de Lincoln. Durante este tiempo se asoció con un grupo de estudiantes de Oxford que aspiraban a una vida santa al que se les llamaba burlonamente "Club Santo" y más tarde "metodistas" por su manera de vivir. Este último, fue un nombre que años más tarde se hizo permanente para los seguidores de Wesley. En 1735 Wesley y su hermano menor, Carlos, fueron como misioneros a la nueva colonia de Georgia. Sus labores no tuvieron mucho éxito y regresaron a Inglaterra después de dos años. Sin embargo, en ambos este período fue poderoso en sus resultados, pues en ese tiempo conocieron un grupo de moravos, seguidores del conde Zinzendorf, y de ellos obtuvieron el conocimiento experimental de una vida espiritual. Hasta esta época el ministerio de Juan Wesley había sido un fracaso, pero desde entonces en adelante ningún ministro en Inglaterra, excepto Jorge Whitefield, despertaba en todas partes un interés tan grande. Wesley viajaba a caballo por toda Inglaterra e Irlanda predicando, organizando sociedades y dirigiéndolas a través de su larga vida, que duró casi hasta el fin del siglo dieciocho. De sus labores no solo surgió el cuerpo wesleyano en la Gran Bretaña bajo varias formas de organización, sino también las iglesias metodistas de Estados Unidos y de todo el mundo, contando entre sus miembros muchos millones. Murió en 1791 a los ochenta y ocho años de edad. Juan Enrique Newman (1801-1890) por la habilidad y el brillante estilo de sus escritos, la claridad de sus ideas, el fervor de su predicación y, sobre todo por un raro atractivo personal, fue el üder del movimiento anglo católico del siglo diecinueve. En 1820, recibió su título de la universidad Trinity, Oxford. En 1824, lo nombraron miembro de la Facultad de Oriel con los honores más altos. La Iglesia Inglesa lo ordenó y en 1828 lo nombraron vicario de la iglesia universitaria de Santa María, donde sus sermones le permitieron tener una influencia dominante sobre los hombres de Oxford por toda una generación. Aunque el movimiento de Oxford lo inició Keble, su verdadero líder fue Newman. Escribió veintinueve de sus noventa tratados e inspiró la mayoría de los restantes. En 1843, renunció a Santa María y se retiró a una iglesia en Littlemore. En parte, esto se debió a que el movimiento no tenía el apoyo de las autoridades en la universidad ni de los principales obispos de la iglesia, aunque en realidad fue porque sus propias ideas sufrieron un cambio. Vivió en retiro durante tres años hasta 1845, cuando lo recibieron en la Iglesia Católica Romana. Después de este cambio de relaciones eclesiásticas vivió cuarenta y cinco años, la mayor parte del tiempo en Birmingham, con menos prominencia que antes, pero aún querido por sus antiguos amigos. Sus escritos fueron muchos, pero los que más circularon fueron sus tratados y varios volúmenes de sermones. En 1864 publicó un libro titulado Apología pro Vita Sua, relato de su propia vida religiosa y su cambio de opiniones con el que demostró su completa sinceridad y aumentó el respeto que ya muchos sentían por él, excepto algunos mordaces opositores. En 1879 lo nombran cardenal y muere en Birmingham en 1890. Ningún clérigo ni ninguna denominación en este siglo superó a Newman en su influencia.

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