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LO QUE DIOS HA UNIDO por David Instone-Brewer.

amado360Ensayo24 de Mayo de 2016

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LO QUE DIOS HA UNIDO

por David Instone-Brewer

Estaba siendo entrevistado para el que sería mi primer trabajo como pastor, y estaba nervioso e inseguro sobre qué esperar. Los doce diáconos estaban sentados en fila frente a mí y se turnaban para hacerme preguntas, las cuales respondía tan claramente como podía. Todo iba bien hasta que me preguntaron: “¿Cuál es su posición sobre el divorcio y nuevo matrimonio? ¿Casaría a un divorciado o a una divorciada?”

No sabía si esta era una pregunta con truco o de verdad. Debe haber habido una necesidad pastoral muy arraigada detrás o debe haber sido una prueba de mi ortodoxia. En cualquier caso, pensé que no podía resumir mi punto de vista en una oración; y mientras más lo pensaba, no podía decidir exactamente cuál era mi punto de vista. Di una respuesta deliberadamente vaga. “Cada caso debe ser juzgado según su propia circunstancia.”

Funcionó; me dieron el trabajo. Pero me propuse estudiar el tema del divorcio, y hacerlo rápidamente.

Fue una buena cosa hacerlo. Resultó que estaba rodeado de gente que necesitaba respuestas a preguntas sobre el divorcio y nuevo matrimonio. Mi iglesia bautista quedaba cerca a una congregación anglicana y dos iglesias católicas. Hombres y mujeres divorciados de esas congregaciones venían a preguntarme si podía casarlos, habiendo sido rechazados en sus iglesias locales. Entonces descubrí que algunos de mis diáconos eran divorciados y vueltos a casar. ¿Debía echarlos del liderazgo de la iglesia? Si lo hacía, perdería gente que yo consideraba algunos de los más espirituales de la iglesia, gente con hogares y matrimonios cristianos ejemplares.

¿Qué dice la Biblia?

El Nuevo Testamento presenta un problema al entender lo que el texto dice sobre el divorcio y sus implicaciones pastorales.

Jesús parece decir que el divorcio está permitido sólo si ha ocurrido adulterio: “Les digo que, excepto en caso de infidelidad conyugal, el que se divorcia de su esposa, y se casa con otra, comete adulterio.” (Mateo 19: 9 NVI). Sin embargo, esto ha sido interpretado de muchas maneras. La mayoría dice que Jesús permite el divorcio sólo por adulterio. Pero algunos alegan que Jesús originalmente no permitió ni siquiera eso. Sólo en Mateo él ofrece una salida del matrimonio: “excepto en caso de infidelidad conyugal”. Más allá de lo que Jesús dice, Pablo también permite el divorcio. Él lo permite si un no creyente decide irse (1 Corintios 7: 12-15). Muchos teólogos añaden esto como una segunda razón para el divorcio.

Aun así algunos pastores han encontrado esta enseñanza difícil de aceptar, porque parece tan no práctica –inclusive cruel en ciertas situaciones. Esto sugiere que no puede haber divorcio por abuso físico o emocional, y Pablo inclusive parece prohibir la separación (1 Corintios 7: 10).

Como resultado, algunos cristianos tranquilamente ignoran esta enseñanza bíblica aparentemente “no práctica” o encuentran otras formas alrededor de ella. Por ejemplo, ellos sugieren que cuando Jesús habló sobre “infidelidad conyugal” quizás él incluyó otras cosas como abuso. O cuando Pablo habló sobre ser abandonado por un no creyente, quizás él incluyó cualquier comportamiento que no sea favorable al matrimonio o ser abandonado por cualquiera que esté actuando como un no creyente. Muchos han adoptado tal estiramiento de la Escritura porque no pueden aceptar lo que ellos creen que el texto aparentemente dice.

Pero, ¿el texto literal dice lo que pensamos que dice? Mientras hacía estudios doctorales en Cambridge, probablemente leí cada escrito de los rabís del tiempo de Jesús. Me metí en sus cabezas lo suficiente como para empezar a entenderlos. Cuando comencé a trabajar como pastor y fui confrontado casi inmediatamente con hombres y mujeres divorciados que querían volver a casarse, mi primera respuesta fue volver a leer la Biblia. He leído los textos bíblicos sobre el divorcio muchas veces en el pasado, pero encontré algo extraño mientras lo hacía nuevamente. ¡Ahora decían algo que no había escuchado antes de leer a los rabís!

Divorcio “por cualquier motivo”

Los textos no han cambiado, pero sí mi conocimiento del idioma y la cultura en los que fueron escritos. Estaba leyéndolos ahora como los hubiera leído un judío del primer siglo, y esta vez aquellos pasajes confusos tenían más sentido. Mi libro, Divorcio y Nuevo Matrimonio en la Iglesia (InterVarsity Press), es un resumen de varios libros y  documentos académicos que empecé a escribir con este nuevo entendimiento de lo que Jesús enseñó.

Uno de mis hallazgos más dramáticos es concerniente a una pregunta que los fariseos le hicieron a Jesús: “¿Está permitido que un hombre se divorcie de su esposa por cualquier motivo?” (Mateo 19: 3 NVI). Esta pregunta me recordó que unas décadas antes de Jesús, algunos rabís (los hilelitas) habían inventado una nueva forma de divorcio llamada el divorcio “por cualquier motivo”. Para el tiempo de Jesús, este divorcio “por cualquier motivo” se había vuelto tan popular que casi nadie iba a las razones literales para el divorcio del Antiguo Testamento.

El divorcio “por cualquier motivo” fue inventado de una sola palabra en Deuteronomio 24: 1. Moisés permitió el divorcio por “motivo de inmoralidad”, o más literalmente, “una cosa de desnudez”. La mayoría de judíos reconocieron que esta inusual frase estaba hablando de adulterio. Pero los rabís hilelitas se preguntaban por qué Moisés había añadido la palabra “cosa” o “motivo” cuando solo necesitaba usar la palabra “inmoralidad”. Ellos decidieron que esta palabra extra implicaba otra razón para el divorcio –divorcio por “un motivo”. Alegaban que cualquier cosa, incluyendo una comida quemada o arrugas donde antes no había, ¡podían ser un motivo! El texto, decían, enseñaba que el divorcio estaba permitido debido a adulterio y “cualquier motivo”.

Otro grupo de rabís (los shamaitas) no estaban de acuerdo con esta interpretación. Ellos decían que las palabras de Moisés eran una sola frase que se refería a ningún tipo de divorcio  “excepto inmoralidad” –y por eso el nuevo divorcio “por cualquier motivo” era inválido. Estos puntos de vista opuestos eran bien conocidos por los judíos del primer siglo. Y los fariseos querían saber qué opinaba Jesús. “¿Está permitido que un hombre se divorcie de su esposa por cualquier motivo?” preguntaron. En otras palabras: “¿Está permitido que usemos el divorcio “por cualquier motivo”?

Cuando Jesús respondió con un rotundo no, él no estaba condenando el “divorcio por algún motivo”, sino el nuevo invento del divorcio “por cualquier motivo”. Jesús estaba firmemente de acuerdo con el segundo grupo en que la frase no significaba que el divorcio estaba permitido debido a “inmoralidad” y “por cualquier motivo”, sino que Deuteronomio 24: 1 se refería a ningún tipo de divorcio “excepto inmoralidad”.

Esta fue una afirmación chocante para la multitud y para los discípulos. Significaba que no podían divorciarse cuando lo quisieran –tenía que haber un motivo lícito. También quería decir que virtualmente cada hombre o mujer divorciado no estaba realmente divorciado, ya que la mayoría de ellos usaron el divorcio “por cualquier motivo”.

Lucas y Mateo resumieron todo el debate en una oración: Todo el que se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio (Mateo 5: 32; Lucas 16: 18 NVI), porque todavía estaban casados. El hecho de que dijeran “todo el que se divorcia” en lugar de “virtualmente toda persona divorciada” es una típica hipérbole judía –como Marcos diciendo que “toda la gente” en Jerusalén vino a ser bautizada por Juan (Marcos 1: 5). Podrá no ser obvio para nosotros, pero los primeros lectores entendieron claramente lo que significaba.

Después de unas pocas décadas, sin embargo, ya nadie entendía estos términos. El idioma siempre cambia rápidamente. La iglesia primitiva, e inclusive rabís judíos, se olvidaron de lo que era el divorcio “por cualquier motivo”, porque poco después de los días de Jesús, se convirtió en el único tipo de divorcio ofrecido. Se le llamaba simplemente divorcio. Esto significa que cuando Jesús condenó el divorcio “por cualquier motivo”, las generaciones tardías pensaron que se refería al divorcio por algún motivo.

Reafirmado el matrimonio

Ahora que sabemos lo que Jesús rechazó, también podemos ver lo que no rechazó. Él no estaba rechazando el Antiguo Testamento –él estaba rechazando una interpretación judía incorrecta del Antiguo Testamento. Él defendía el verdadero significado de Deuteronomio 24: 1. Y hay otra cosa sorprendente que él no rechazó: Jesús no rechazó la otra razón para el divorcio en el Antiguo Testamento, la cual aceptaban todos los judíos.

A pesar que la iglesia olvidó la otra causa para el divorcio, cada judío en los días de Jesús sabía de Éxodo 21: 10-11, que permitía el divorcio por abandono. Antes que los rabís introdujeran el divorcio “por cualquier motivo”, este era probablemente el tipo más común. Éxodo dice que todas, inclusive una esposa esclava, tienen tres derechos dentro del matrimonio –los derechos a comida, vestido y amor. Si éstos eran desatendidos, la esposa afectada tenía el derecho de buscar libertad de ese matrimonio. Aunque las mujeres podían, y lo hacían, obtener el divorcio por abandono –el hombre todavía tenía que escribir el certificado de divorcio. Los rabís decían que tenía que hacerlo voluntariamente, así que si se resistía, ¡la corte lo mandaba golpear hasta que se ofrecía a hacerlo voluntariamente!

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