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La Biblia


Enviado por   •  26 de Mayo de 2014  •  11.281 Palabras (46 Páginas)  •  177 Visitas

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Es terrible y triste que la humanidad haya puesto su confianza en la inteligencia y en las teorías humanas y no en la palabra de Dios. La Biblia es una fuente de profundos conocimientos y nos da respuestas que la ciencia desconoce o no quiere reconocer como vedades eternas.

A veces me da risa el hecho de que los seres humanos nos creemos que podemos jugar con Dios. Nadie puede negar que en este libro hay información clara, precisa, verosímil y que dicha información ha podido ser confirmada.

Cuando los historiadores negaban categórícamente la existencia de Moísés,la destrucción de Sodoma y Gomorra, la Torre de Babel, la existencia de los reyes de Babilonia, el acto de Josué de detener el sol; las piedras hablaron y confirmaron estos relatos bíblicos. El arca de Noé apareció en el monte Ararat, las bolas de azufre están sobre las ruinas de Sodoma y Gomorra, las ruinas de la Torre de Babel fueron descubiertas por los arqueólogos.

Pero la Biblia es mucho más profunda, es espada de dos filos, ella nos muestra la historia de la humanidad claramente, no es el laberinto de tinieblas de que nos hablan los historiadores y los hombres de ciencia.

Cuando se trata de un hecho bíblico estos caballeros quieren tener a mano toda la evidencia circunstancial, hasta quieren testigos, algunos pretenden que el Arca de Noé esté completa y Noé sentado a la puerta esperando una visita. Sí, desean una copia del acta de nacimiento de la esposa de Caín, un estudio génetico basado en el DNA. Es increíble la soberbia de estos señores. Estos hechos datan de apenas unos seis mil años y están detallados en una forma genial por el autor bíblico, en cambio ellos nos hablan de una explosión, "big bang", de un meteoro terrible que golpeó a la tierra hace 65 millones de años y que fue el responsable de que desaparecieran los dinosaurios; ¿Dónde está la prueba? No hablo de especulaciones, no hablo de razonamientos basados en lo que uno quiere escuchar, hablo de datos, hechos, circunstancias, hablo de evidencia que podamos examinar, no de "falaxias científicas carentes de todo valor"

La Biblia es clara. Sigue un hilo a través de estos seis mil años. Es como el hilo que utilizó Peseo para salir de la cueva. Seguir la historia de la humanidad con la antorcha de la ciencia, es como caminar perdido en un gran laberinto que no conduce a ninguna parte.

Todos los caminos nos llevan a una gran verdad. Este universo, esta tierra no es obra de la casualidad. Esta creación refleja inteligencia, armonía, la aplicación de cientos de leyes de la física, la química y la biología. Aquí no hay nada a la azar, aquí no hay tal caos como algunos afirman, todo fluye como las aguas cristalinas del río que van a parar al mar. Pero no hay peor ciego que aquél que no quiere ver. Nada cuesta decir, somos producto de un ser inteligente al cual debemos amar. Pero el ser humano no actúa solo, hay fuerzas del mal que lo empuja a apartarse del Creador. Aunque ellos se resisten a creer esto, eso no cambia la verdad que nos muestra la Biblia. Existe el mal, existe un ser brillante, inteligente que nos odia y hace todo lo posible para que la humanidad siga de espalda a Dios.

Ciencia y Biblia, Biblia y ciencia, cosa interesante que debemos estudiar. No es acomodar la verdad bíblica para que armonice falsamente con la ciencia, sino que la ciencia armonice con la verdad de la Palabra de Dios.

No tenemos nada que buscar en ese camino que día a día nos aleja del Señor. Es un afán desmedido por atribuirse conocimientos que ya Dios expuso en su palabra. Ellos alaban a los que descubren lo que hace tiempo era evidente, las leyes siempre han existido pero ellos aplauden a aquellos hombres que un día anunciaron tal o cual cosa. Pero, ¿Qu1én es más importante? El que descubre una ley de la física o aquél que es el autor de la misma? Desde que este planeta fue creado hay una fuerza de gravedad que atrae los cuerpos hacia el centro. Quien diseñó esa ley es más admirable que Newton quien la descubrió. Así sucede con todo. ¿Qué es más extraordinario, visitar a un planeta, la luna o colocarla en árbita sin errar la ruta por miles de años?¿Quién es más maravilloso, el que hace un corazón artificial y funciona por unos años o aquél que nos dio uno de carne y puede estar latiendo casi 120 años?

¿Quién es más admirable, el pintor de la Monalisa o aquel que pinta el arcoiris?

No, mis distinguidos amigos, amigas, hermanos, hermanas, mi Dios es maravilloso, su palabra es el "pan de vida del espíritu", la ciencia nos lleva a todas partes y a ninguna parte llegamos, la Biblia nos lleva a Dios, nos guía por el sendero de la luz, nos lleva ante la presencia del ser más extraordinario, un Dios de amor, de misericordia y de justicia.

La ciencia nos enseña que existe la tierra y el Universo infinito. Lo afirma con tal certeza que ya nadie le cuestiona. Es una falsa, una mentira terrible. La Biblia nos habla de algo más profundo, más glorioso.

La ciencia y sus hombres se levantan por todo el planeta en los centros educativos, en las Universidades, en las Academias, allí, como si tuvieran la "verdad cogida por el rabo" proclaman la gran mentira del origen del universo. Ese universo que desconocen, que sólo han visto una pequeña porción, y con ese poco conocimiento de algo tan enorme, elaboran sus famosas teorías que se enseñan a nuestros hijos. Rechazan la verdad de la creación por la mentira de una explosión. Es algo increíble, que sin tener a mano toda la información expongan como verdades eternas estas cuestiones y que nieguen tajantemente la verdad de la Palabra de Dios.

Primero, no hay un cielo, ni dos, la Biblia nos habla de un tercer cielo. Así que si tenemos una cosmovisión binaria de la creación toda conclusión a la cual podamos llegar, no importa si razonamos con lógica o no, el resultado no será válido porque partimos de una premisa equivocada.

Si digo que dos más dos son cinco, y que cinco más seis son once, y luego afirmamos que once más siete son dieciocho, el resultado es falso, porque dos más dos son cuatro y no cinco.

Lo mismo sucede. Si afirmamos que solo existe este cielo que vemos, que no es otra cosa que una capa de nubes y el resto es un universo infinito en expansión y descartamos la verdad de la Biblia de que hay un tercer cielo entonces todo tipo de análisis que hagamos nos llevará, no importa lo lógico que sea, al error.

La Biblia afirma que Dios hizo la tierra y al cielo. Si Dios en un principio hizo la tierra y el cielo es porque habitaba en otro lugar, pues ni el universo existía ni la tierra, sino

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